Manrique y Luna, María. Marquesa consorte de Cañete (II). Palencia, f. s. XV-p. s. XVI – Madrid, 7.IX.1587. Aya de las infantas de Castilla, consorte del virrey marqués de Cañete.
María Manrique se casó con Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete y virrey de Perú tras la pacificación de aquellos territorios, llevada a cabo por el presidente Lagasca. Cuando Andrés Hurtado de Mendoza viajó al virreinato de Perú, María se quedó en España al cuidado de su numerosa familia, y cumpliendo la delicada misión de cuidar también —en calidad de aya— de las serenísimas infantas de Castilla.
Vivió, pues, en la Corte de Madrid y en ella murió el 7 de septiembre de 1587. El 3 de mayo del mismo año había otorgado su testamento ante Gaspar Testa.
Dos días antes de su muerte añadiría algunas cláusulas complementarias.
De su testamento se desprende que poseía una gran fortuna, fruto de los bienes de dote que le dieron sus padres al casarse con el marqués de Cañete y de los gananciales y heredados de su esposo, que había muerto veinticinco años antes. Desde la Corte supo administrar perfectamente esos bienes y aumentar los privilegios reales que ofrecían la posibilidad de colocar los dineros en rentas pingües y seguras. Como es obvio, también de Perú llegaron pesos en abundancia.
Como dote contó con nueve cuentos de maravedís pagados en ciertos juros y otros bienes del condado de Osorno. A ello se añadió el marquesado de Cañete en Cuenca y Sevilla con impuestos y rentas muy elevadas, más lo llegado del Perú: “Ítem declaró que después que yo hice la partición con mis hijos me fue traída la cuenta de los gastos que se hicieron en el Perú por el ánima del marqués mi señor y en cumplimiento de ella y de su entierro y misas y obsequias como se contiene en la relación que está firmada de Hernando Parrilla.
Los cuales dichos gastos se han de contar en el quinto de sus bienes y en la dicha partición no se pusieron en cuenta; y asimismo después de la dicha partición he recibido alguna hacienda de los bienes que quedaron del marqués mi señor que son los contenidos en el inventario que está en poder de Bartolomé Ximénez, los cuales asimismo no entraron en la dicha partición, salvo los 6.000 pesos que tiene puestos en su cuenta Martín de Buedo porque estos los avía enviado antes que viniese y se emplearon en ciertos juros que entraron y se repartieron en la dicha partición”. Para la cobranza de la hacienda del marqués en Indias tuvo que mantener pleito con el fiscal del Consejo de Indias.
María pidió ser enterrada en la ciudad de Cuenca junto a su esposo, si ello fuera posible. Igualmente solicitó se le elevasen misas en numerosas iglesias y monasterios, además de vestir a pobres, redimir a presos, socorrer a monasterios necesitados y casar doncellas huérfanas. Asimismo mandó fundar una Capellanía en la capilla de Sancti Espíritu que comenzará a servirse desde el día de su enterramiento. Tomará cargo de todo ello como heredero del mayorazgo, su hijo primogénito Diego Hurtado de Mendoza Manrique y Luna.
Bibl.: A. S. Francia Lorenzo, Palencia en América, Palencia, Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Palencia, 1989.
Emelina Martín Acosta
