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Isidoro Mir y Ascaso

Biografía

Mir y Ascaso, Isidoro. San Lorenzo de la Parrilla (Cuenca), 2.I.1777 – Fuente el Fresno (Ciudad Real), 29.VIII.1835. Guerrillero y general carlista.

De calidad noble, según consta en su hoja de servicios, Isidoro Mir había estudiado Medicina y Leyes y era escribano al comienzo de la Guerra de la Independencia.

Fugado de Madrid a la llegada de Napoleón, se dirigió a La Mancha, donde formó una partida con la que participó en numerosos combates, ya fuera de manera independiente, ya unido temporalmente a tropas del ejército regular. El 5 de abril de 1809 derrotó junto al castillo de Consuegra a un destacamento francés, por lo que la Junta Central le confirió el grado de capitán de Infantería, comisionándole además para “operar en guerrillas” agregado a la primera división del ejército del Centro, haciéndose constar entre sus méritos que había donado cerca de 20.000 reales.

El 11 de agosto de 1809 estuvo en la batalla de Almonacid, donde ayudó a sostener la retirada, y al día siguiente atacó y batió a una columna francesa en la ermita de la Oliva, próxima al campo de batalla, por lo que fue ascendido a teniente coronel y nombrado “Comandante de las Partidas de Guerrilla de la Mancha”.

El 22 de febrero de 1810 atacó una descubierta enemiga en las proximidades de Ciudad Real, batiéndola y penetrando en las calles de la ciudad, que pronto hubo de abandonar. Por la acción se le concedió el grado de coronel, y el 1 de marzo de 1810 se le designó “Comandante General de las partidas de guerrilla de la Mancha por nombramiento de los generales marqués de la Romana y don Gabriel de Mendizábal, con el carácter de brigadier”, poniéndose al frente de un batallón de Infantería y un escuadrón de Caballería que recibieron el nombre de “División de Guerrillas”. Posteriormente se colocaron también bajo sus órdenes las guerrillas que operaban en la raya de Extremadura. A principios de marzo de 1811 batió en Don Benito una columna francesa y el 8 de abril se apoderó del puente de la Puebla de Montalbán, aunque tuvo que retirarse de inmediato.

Tras esta acción, y sin que sepamos el motivo, permaneció desde el 3 de mayo de 1811 “preso y confinado en diferentes puntos”. Ello no le impidió seguir laborando en pro de Fernando VII, pues “conducido de Extremadura a Cádiz” tuvo noticia de que el ejército de ultramar estaba pronto a sublevarse por lo que el 3 de julio de 1819 mantuvo una entrevista con el conde de La Bisbal: “en ella manifestó a dicho capitán general todos los planes de los conspiradores [...] y la proximidad del rompimiento, que se frustró en la madrugada del 9 del mismo por el movimiento que ejecutó dicho capitán general, desarme y prisiones que hizo en el campamento de El Puerto de Santa María: sin embargo, se verificó en 1 de enero de 1820 la desgracia, que tantas veces previno el que representa, y una y muchas veces se ofreció a las autoridades de Cádiz para contribuir con su persona a batir los revolucionarios de la isla”. Se negó a jurar la Constitución, como ya había hecho en su día, y “en el mismo mes de marzo de 1820 buscó amigos, y formó junta para conseguir su objeto, y cuando ya estaba próximo el rompimiento por los puntos de Jerez de la Frontera, Sevilla, Córdoba, Lucena, Cabra, Montilla, Aguilar, Algeciras, y Sierra de Landébalo, en fuerza de las muchas delaciones, fue preso en 14 de junio de 1821”.

Condenado a muerte, consiguió la absolución de varios de los con él implicados, como Grimarest, y restablecida la Monarquía absoluta pidió se le reconociera la graduación de brigadier que se le había concedido en 1810. Por Real Orden de 28 de octubre de 1825 se le otorgó el empleo de brigadier y se dispuso quedase en total olvido la causa que se le formó en 1813, pese a lo cual, y a las múltiples instancias que hizo, permaneció de cuartel sin conseguir ningún mando.

En enero de 1826 se le otorgó permiso para casarse con María de la Paz Pérez. En marzo de 1834 se hallaba preso en Madrid, como comprendido en la conspiración de Estefani. Puesto en libertad por falta de pruebas, el 26 de octubre de 1834 obtuvo pasaporte para Navahermosa a fin de que pudiera reunirse con su familia y el 31 de noviembre se daba orden al comandante general de Toledo de vigilarle, pese a lo cual el 5 de junio de 1835 se tuvo noticia de que se había unido a las guerrillas carlistas, asumiendo su mando. En su breve campaña penetró en localidades como Guadalupe y Herrera del Duque, y mantuvo diversos combates contra el coronel Aveciá. El 15 de agosto realizó incluso un intento de apoderarse de Ciudad Real, adentrándose posteriormente en la provincia de Jaén en compañía de Jara y García de la Parra. Tras un combate adverso Mir se retiró hacia Fuente el Fresno, en cuyas proximidades fue batido y muerto. Sus restos fueron llevados a Ciudad Real y colgados de la reja de una casa, con un cigarrillo en los labios, para que sirvieran de advertencia a quienes pensaran unirse a los carlistas.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exp. personal.

M. Ferrer, Historia del Tradicionalismo Español, ts. VIII y IX, Sevilla, Trajano, 1941-1959; N. Horta Rodríguez, “Don Isidro Mir, Guerrillero sin fortuna”, en Ejército (febrero de 1966).

 

Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera