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Thomas White

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Biografía

White, Thomas. Thomas Vitus. Clonmel, Tipperary (Irlanda), 1558 – Santiago de Compostela (La Coruña), 28.V.1622. Jesuita (SI) irlandés fundador de los colegios de irlandeses de España.

Thomas White participó del papel que tuvo Valladolid en la formación del clero católico para Inglaterra e Irlanda. Ya se encontraba en la ciudad del Pisuerga, en 1582, antes de la fundación en 1589 del Colegio de ingleses de San Albano. Para entonces ayudaba a distintos jóvenes estudiantes irlandeses que trataban de estudiar en Valladolid. Habitualmente, se encontraban encaminados —como Thomas White— hacia el sacerdocio, clérigos que estaban llamados a la reconquista católica de Irlanda e Inglaterra. Aunque solicitaron ayuda a los regidores de la ciudad, parece ser que este irlandés utilizaba una subvención de 100 ducados, procedente de su tío Thomas Strong, obispo que era de Ossory y auxiliar de la importante archidiócesis de Santiago de Compostela, ámbito geográfico que recibía buena parte de los exiliados irlandeses católicos y que habría de destacar como “verdadera capital del pueblo irlandés en el exilio”. Thomas White reunía a estos jóvenes en su propia casa, contando también para el sustento con su propio trabajo y las limosnas que recogía, pues esta misión podía ser atractiva para los castellanos de aquellos días.

En Valladolid, los exiliados católicos se institucionalizaron en la fundación que realizó el jesuita inglés Robert Persons en el mencionado Colegio inglés de San Albano en septiembre de 1589, primero junto al Convento de Santa Clara y, definitivamente, en unas casas de la calle Real de Burgos —hoy conocida como de Don Sancho—. Persons no consideró conveniente que irlandeses e ingleses compartiesen un mismo seminario, sobre todo después de los conflictos que había vivido aquel jesuita en la Ciudad Eterna. Sin embargo, creyó que debía ser Thomas White el que solicitase auxilio al rey Felipe II para facilitar la formación de sacerdotes irlandeses en Castilla. Valladolid no era tampoco el escenario adecuado, para evitar competencia con los ingleses. El rey Felipe aprobaría la creación de un colegio y lo dotaría en la cercana Salamanca. Además, había caballeros irlandeses en los ámbitos cortesanos de Castilla y éstos expusieron al Monarca que los jesuitas podían ser los profesores adecuados para responsabilizarse de este seminario. El de Ingleses de Valladolid también estaba dirigido por la Compañía, como ocurría con el de Roma del que procedía Robert Persons. Así los colegios-seminarios fueron una pieza esencial, aunque en ellos se produjeron conflictos de diferente naturaleza entre profesores y alumnos, españoles e irlandeses. Todos ellos eran un producto tridentino que facilitó la formación de futuros sacerdotes. El primer rector del Colegio de Salamanca, el jesuita James Archer, contaba con una notable experiencia pastoral en el ejército en los Países Bajos. Llegó a España en 1592 y consiguió ayuda del Monarca para esta nueva casa de irlandeses. En ese mismo momento, Thomas White decidió su entrada en la Compañía de Jesús, en el noviciado castellano de Villagarcía de Campos, en junio de 1593.

Mientras White se hallaba en el período de segunda probación o noviciado, ejercía de director espiritual de los estudiantes irlandeses, entre 1592 y 1594. Se le pidió que se trasladase a Lisboa para dirigir el Colegio de irlandeses del padre John Howling. Las tierras gallegas continuaban siendo el enclave esencial para recibir a los exiliados irlandeses católicos en Castilla. Archer había viajado a Irlanda, para explorar la puesta en marcha de la misión, actuando como representante del conde de Tyrone, Hugo O’Neill, noble rebelde a las imposiciones de la reina Isabel. Mientras, en 1598 White se hallaba en La Coruña, acogiendo a los exiliados. Fue entonces cuando se produjo el encuentro de este jesuita con Dominic Collins, oficial de Caballería que había sido en la Liga católica durante las guerras francesas. Collins decidió su entrada en la Compañía de Jesús como coadjutor, regresando a Irlanda donde fue finalmente martirizado.

Durante la citada ausencia de James Archer, Thomas White lo sustituyó al frente del Colegio de Salamanca, siendo al término su rector, entre 1598 y 1605. Había pronunciado los últimos votos en la Compañía, en Valladolid, en septiembre de 1601. Los conflictos entre irlandeses católicos continuaron. Florence Conrey, una de las personalidades más importantes de esta estructura del exilio en España, acusaba a White de marginar en la admisión en los colegios a los estudiantes que procedían de las provincias irlandesas de Ulster y Connacht. Por ello, se solicitaba su dimisión. En 1604, White viajaba a Roma para tratar con el prepósito general de la Compañía, el napolitano Claudio Aquaviva el estado de los colegios o seminarios irlandeses que habían sido encomendados a la administración de los jesuitas. Podía ser una solución a los problemas planteados, el nombramiento de un prefecto general de los colegios. Con posterioridad a este viaje, White pudo permanecer en Irlanda hasta que, entre 1606 y 1608, fue rector del Colegio de los irlandeses de Lisboa.

Felipe III manifestó su disconformidad en cómo el sacerdote secular Enrique MacCarthy dirigía el Colegio de los irlandeses de Santiago de Compostela, fundado en 1605. La controversia resultó cuando los jesuitas recibieron el encargo de administrarlo, no estando ausente la polémica y controversia, pues los de la Compañía lo convertirían en un seminario. El provincial jesuita de Castilla contempló el problema que sobrevenía con la decisión del Monarca, mostrando su desacuerdo. No sirvió de nada ninguna de las oposiciones, pues en 1612 Thomas White tuvo que hacer frente del gobierno del Colegio compostelano irlandés. Los que eran hasta entonces colegiales, no estaban obligados a ordenarse como sacerdote y a formular el juramento de fidelidad, por el cual se comprometían con su Irlanda natal, para regresar a ella y predicar la fe católica, contribuyendo así a su restauración. White obligó a cambiar el rumbo, siguiendo el modelo, una vez más, del colegio inglés de Roma, evitando que los exiliados de los colegios fuesen un conjunto de pretendientes pensionados por la Corona española. Los que no aceptaron esta medida, fueron expulsados.

Cuando llegó la calma a Santiago de Compostela, Richard Conway fue nombrado rector del Seminario y éste contribuyó a solventar la anterior oposición. White regresó a Salamanca en 1613, con la función de obtener recursos económicos para sostener este colegio. De esta manera, los jesuitas irlandeses Combeo y Vitus —con sus apellidos latinizados y españolizados— se habían convertido en los “Persons” de la Misión de Irlanda. White debió viajar, en 1618, a Sicilia para hacerse cargo de los 7000 ducados que su Reina difunta había destinado a la misión irlandesa y que debía ser aplicada a los colegios. Un año después se encontraba en Santiago de Compostela, la mencionada capital del exilio irlandés, donde murió de fiebres en mayo de 1622.

 

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Javier Burrieza Sánchez

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