Márquez, Pedro José. San Francisco del Rincón (México), 22.II.1741 – Ciudad de México (México), 2.IX.1820. Anticuario, historiador del arte, jesuita (SI).
Estudió Humanidades en Tepotzotlán. Ingresó en la Compañía de Jesús el 4 de marzo de 1761. Fue profesor de latín en el colegio del Espíritu Santo en la Puebla de los Ángeles. Al declararse la Pragmática Sanción de 1767 estudiaba Teología en el Colegio Máximo de México. Hubo de trasladarse a Veracruz y de allí a Italia, estableciéndose en Bolonia. Tras la supresión definitiva de la Compañía, en 1773, se estableció en Roma, donde desarrolló su interés por el estudio de la arquitectura y antigüedades clásicas que obtuvo el respaldo del influyente diplomático y erudito coleccionista de antigüedades Nicolás de Azara. Es bastante probable, aunque no se sabe con certeza, que estableciera contacto con José Ortiz y Sanz, traductor y comentarista de Vitruvio, durante su estancia romana entre 1779 y 1784, a quien también apoyó Azara en sus investigaciones. En cualquier caso, lo cierto es que Márquez orientó sus estudios hacia la crítica vitruviana y la arquitectura clásica con gran sentido arqueológico, significándose en el gran debate internacional de la teoría arquitectónica neoclásica, así como por sus reflexiones estéticas, aunque sus principales escritos sobre estos asuntos no aparecieron hasta comienzos del último lustro del siglo XVIII y el primero del XIX.
Como asiduo colaborador de Azara colaboró con los arquitectos pensionados de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Silvestre Pérez, Evaristo del Castillo y Antonio Celles en el estudio de la villa de Mecenas en el Tívoli, excavada años antes por el diplomático aragonés. Fue por ello nombrado académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando el 4 de junio de 1797. También fue miembro de la Real Academia de San Luis de Zaragoza y en Italia de la Accademia di Belli Arti de Bolonia, conocida entonces como Clementina, de la Accademia di Belli Arti de Florencia y de la Accademia Romana di Archeologia, refundada en 1810. En 1801 quiso trasladarse a España, pero una nueva ola de animadversión hacia la Compañía no se lo permitió.
Uno de los aspectos más interesantes de la obra de Márquez es su difusión del arte prehispánico en Europa, al que dedicó varios trabajos, y aún más la aplicación de los principios de la crítica arqueológica empleados en el estudio del arte clásico al arte prehispánico.
Este inusual e innovador estudio comparativo le llevó a considerar que los principios evolutivos en el arte no responden a la evolución del estilo sino a las innovaciones técnicas. Bajo estos supuestos planteó por vez primera relaciones entre las pirámides mesopotámicas, egipcias y mexicanas e incluso le permitió relacionar elementos de la arquitectura antigua romana y mexicana, en un afán por prestigiar una por la otra y rehabilitar, desde una visión cosmopolita, la imagen de América en Europa.
Redactó todas sus obras en italiano, salvo muy raras excepciones, y en la mayor parte de ellas dejó constancia explícita de su lugar de origen, lo que se ha querido interpretar, sin demasiado fundamento, como la expresión de su patriotismo e ideas independentistas alimentadas por las inclinaciones bonapartistas de su mentor Azara y sus relaciones con los franceses durante su ocupación de Roma.
Tras la restauración de la Compañía de Jesús en 1814 y a pesar de su avanzada edad decidió regresar a México. Partió de Italia el 12 de octubre de 1816, junto a Juan Ignacio Amaya, y llegaron al México independizado casi un año después, el 12 de septiembre de 1817. Una vez allí fue nombrado rector y maestro de novicios del colegio de San Ildefonso, donde impartió las enseñanzas de sus estudios italianos, que fueron de gran importancia para generaciones posteriores.
En los últimos años de su vida, además de sus deberes sacerdotales, se preocupó por preparar la edición de su gran proyecto, Los apuntamientos por orden alfabético pertenecientes a la arquitectura donde se exponen varias doctrinas de M. Vitruvio Polion, con el que pretendía coronar tantos años de estudios.
Obras de~: Los apuntamientos por orden alfabético pertenecientes a la arquitectura, donde se exponen varias doctrinas de M. Vitruvio Polion, 1784-1803 (ms. en Biblioteca Nacional); Tavole nelle quali si mostra il punto del mezzo giorno, e della mezza notte, del nascere o tramontare del sole, secondo il meridiano di Roma, pero regolare orologi all’italiana ed alla francese, Roma, 1790; Delle case di cittá degli antichi romani secondo la dottrina di Vitruvio esposta da Pietro Marquez messicano, Roma, presso il Salomoni, 1795; Delle ville di Plinio il Giovane opera di d. Pietro Marquez messicano con un’appendice su gli atri della S. Scrittura, e gli scamilli impari di Vitruvio, Roma, Salomoni, 1796; Sobre lo bello en general. Discurso de don Pedro Márquez. Presbítero. Socio de las Academias de Bellas Artes de Madrid, de Florencia y de Bolonia. A un amigo, Madrid, Oficina del Diario, 1801; Dell’ordine dorico: ricerche dedicate alla Reale Accademia di S. Luigi di Saragoza da d. Pierto Marquez messicano con appendice sopra un’antica tavola di Pozzuolo, Roma, Salomoni, 1803; Due antichi monumenti di architettura messicana illustrati, Roma, Salomoni, 1804; Saggio dell’astronomia, cronologia e mitologia degli antichi messicani: opera di Don Antonio León Gama, tradotta dallo spagnuolo e dedicata alla molto nobile, illustre ed Imperiale Città de Messico, Roma, Salomoni 1804; Esercitazioni architettoniche sopra gli spettacoli degli antichi con appendice sul bello in generale opera de dicata alla reale assemblea di governo del commercio di Catalogna da don Pietro Marquez Messicano, Roma, Salomoni, 1808; Illustrazioni della villa di Mecenate in Tivoli dedicate all’Accademia romana di archeologia da D. Pietro Marquez socio ordinario della medesima, Roma, De Romanis, 1812.
Bibl.: M. Menéndez Pelayo, Historia de las ideas estéticas en España, Madrid, Imprenta de A. Pérez Dubrull, 1883-1889, 5 ts.; J. Orozco Muñoz, Pedro José Márquez. Su vida y obra 1741- 1941, México, Ediciones de Historia y Poesía, 1941; J. Fernández, “Pedro José Márquez en el recuerdo y en la crítica”, en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, n.º 32 (1963), págs. 5-197; J. Fernández, Pedro José Márquez 1741-1820, sobre lo bello en general y dos monumentos de arquitectura mexicana: Tajín y Xochicalco, México, Universidad Autónoma, 1972; D. Rodríguez Ruiz, Pedro José Márquez y el debate arquitectónico a finales del siglo XVIII: estudio de un tratado inédito, tesis doctoral, Madrid, Universidad Nacional de Educación a Distancia, 1985 (inéd.); J. Gutiérrez Haces, Pietro Giuseppe Márquez, un erudito messicano nell’Italia settecentesca, tesis doctoral, Urbino, Universidad, 1985 (inéd.); D. Rodríguez Ruiz, “El orden dórico y la crisis del vitruvianismo a finales del siglo XVIII: la interpretación de Pedro José Márquez”, en Fragmentos, n.os 8-9 (1986), págs. 20-41; “Arquitectura y clasicismo en Pedro José Márquez”, en Homenaje a Justo García Morales: miscelánea de estudios con motivo de su jubilación, 1987, págs. 677-689; J. Gutiérrez Haces, “Los antiguos mexicanos, Vitruvio y el padre Márquez”, en VV. AA., Mitos, leyendas e historia en el arte mexicano. IX Coloquio Internacional de Historia del Arte, México, Universidad Nacional Autónoma, 1988, págs. 177-197; A. Ibargüengoitia, “Pedro José Márquez 1784-1820: primeros estudios de la estética en México”, en Revista de Filosofía, 70 (1991), págs. 41-46; J. Gutiérrez Haces, “La preparación de un diccionario. Los apuntamientos... pertenecientes a la arquitectura del padre Pedro José Márquez”, en Anales del Instituto de Investigaciones Estéticas, XVI (1994), págs. 77-91; F. J. León Tello y M. V. Sanz Sanz, Estética y teoría de la arquitectura en los tratados españoles del siglo XVIII, Madrid, CSIC, 1994; J. Alcina Franch, Arqueólogos o Anticuarios: historia antigua de la Arqueología en la América española, Madrid, Ediciones del Serbal, 1995.
Jorge Maier Allende
