Fajardo Chacón, Diego. Madrid, s. m. s. XVI – océano Pacífico, 7.X.1658. Caballero de la Orden de Santiago, consejero de Guerra, gobernador de Filipinas.
Hijo de Luis de Velasco, natural de Valladolid y vecino de Madrid, y de Luisa Fajardo, natural de Casarrubios, hija que era de Francisco Chacón, natural de Casarrubios, señor del estado de Casarrubios, abuelo este también de Juan Chacón Ponce de León, caballero de la Orden de Calatrava (1643), oidor en Valladolid (1631), consejero de Órdenes (1637) y consejero de Castilla (1644).
Hallándose como castellano en las Islas Terceras, sobre consulta del Consejo de Indias (13 de enero de 1639), fue nombrado presidente, gobernador y capitán general de Filipinas en reemplazo de Sebastián Hurtado de Corcuera. Para alistar su viaje pasó a la Corte, y allí fue nombrado miembro del Consejo de Guerra, plaza que juró poco tiempo después (24 de septiembre de 1640), ordenándosele que mientras no hubiera navíos a la Nueva España sirviera en el castillo de Perpiñán, situación que se mantuvo hasta fines de 1642, de modo que sólo pudo embarcarse al año siguiente, previa licencia de rigor (3 de agosto de 1643) y, finalmente, tomó posesión de sus empleos en Manila el 11 de agosto de 1644, en presencia de su antecesor, cuya residencia publicó a los pocos días y durante cuyo curso le hizo poner en prisiones en el castillo de Santiago.
Al arribar a Filipinas se encontró con una gran escasez de artillería, artilleros y gente de mar y de diversos géneros necesarios para la defensa militar, los que solicitó al virrey de México conde de Salvatierra, pero como no recibiera auxilios admitió el comercio con los ingleses de Zurrate por las necesidades que se padecían (1644), pero esta decisión fue desaprobada y se le ordenó que no innovase en la materia, además, de habérsele impuesto una multa por este hecho. Se ocupó también en acordar paces con los naturales de Joló y Mindanao para evitar sus robos y pillajes, en avanzar las fortificaciones de la ciudad de Manila y en procurar la construcción de galeones en la ribera del puerto de Cavite, para lo cual hizo conducir trescientos indios desde la provincia de Nueva Segovia (1647) con la tenaz oposición de los religiosos dominicos, a quienes acusaba de actuar sin sujeción alguna a las reales órdenes. Todas sus preocupaciones defensivas derivaban, principalmente, de las incursiones y ataques continuos de las naves holandesas, las que, incluso, llegaron a atacar a cañonazos el puerto de Cavite (1647).
En 1651 fue designado para sucederle Sabiniano Manrique de Lara y fue residenciado por el oidor Salvador Gómez de Espinosa, quien remitió al Consejo de Indias los autos de la residencia (1655). Durante todo este tiempo permaneció Fajardo Chacón en Manila, a pesar de que se le había autorizado a pasar a la Nueva España dejando poder y fianza para lo juzgado, y en 1656 no había podido embarcarse debido a sus graves problemas de salud y fue autorizado por el Real Acuerdo a mantenerse en Filipinas hasta que experimentase mejoría y así sólo pudo embarcarse en 1658 rumbo al puerto de Acapulco, pero moriría en el viaje, bajo testamento otorgado el 29 de septiembre de 1658 en la nao capitana Nuestra Señora de la Concepción, a cargo del general Juan de Chaves, sin perjuicio de lo cual ordenaba que se entendiera vigente en lo no contrario el que había otorgado, cerrado, en la villa de Madrid antes de marchar a Filipinas.
No contrajo matrimonio, pero en su testamento se hallaba la siguiente declaración: “Declaro por mi hija bastarda a doña Luisa Faxardo, monja professa en el convento de una de las relixiones de Monjas de la villa de Montalbán” y respecto de ella mandaba que se le dieran seis mil pesos de oro.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 972, n. 3, r. 1; Filipinas, 8, r. 3, n. 112; Filipinas, 9, r. 1, n. 1, 2, 6, 7, 13, 16; Filipinas, 21, r. 15, n. 76; Filipinas, 22, r. 3, n. 3; Filipinas, 22, r. 8, n. 33; Archivo Histórico Nacional, Órdenes-Expedientillos, 159; Órdenes- Santiago, exp. 2819.
Javier Barrientos Grandon
