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Enrique Valeriano Pérez Esplúguez

Biografía

Pérez Esplúguez, Enrique Valeriano. Enrique de la Sagrada Familia. Oña (Burgos), 14.IV.1854 – Monteagudo (Navarra), 30.IX.1927. Vicario general de la Congregación de Agustinos Recoletos, primer prior general de la Orden de Agustinos Recoletos.

Fueron sus padres Lesmes Pérez de Mena, capitán de Caballería, y Josefa Esplúguez Pellicer. Cuando contaba cinco años, sus padres decidieron trasladarse a la capital de la provincia para procurar mejor educación y estudios a sus hijos. De 1859 a 1871 estudió en el Colegio de San Carlos, regentado por la Compañía de Jesús. En octubre de 1871 la familia se trasladó a Madrid, y entonces Enrique continuó los estudios en el Colegio de San Isidro de la Asociación de Católicos.

Durante el año de estancia en Madrid, conoció a los agustinos recoletos, y a los dieciocho años ingresó en el Convento de Monteagudo (Navarra). Tras un año de noviciado, profesó el 15 de enero de 1874.

Cursó los estudios de Filosofía y Teología en los Seminarios de Monteagudo y Marcilla (Navarra). El 22 de septiembre de 1877 fue ordenado sacerdote en Pamplona.

Después de la ordenación sacerdotal cursó oratoria sagrada durante el curso 1877-1878. Al terminarlo, fue destinado al Monasterio de San Millán de La Cogolla (La Rioja), y allí fue párroco entre los años 1879 y 1887.

Desde 1887 hasta 1908, fue procurador general de los agustinos recoletos ante la Santa Sede. En el capítulo general celebrado en San Millán de La Cogolla en 1908 fue elegido vicario general de la Congregación de Agustinos Recoletos o Descalzos de España e Indias y, al ser elevada ésta en 1912 por el papa Pío X a la categoría de Orden Religiosa, fue su primer prior general, nombrado el 24 de septiembre del mismo año 1912. En 1914, a los sesenta años, terminó el generalato el padre Enrique, pasando el gobierno de la Orden a manos del padre Fidel de Blas. A los setenta y tres años, el día 30 de septiembre de 1927, en el Convento de Monteagudo (Navarra), murió.

Defendió la autonomía de la Recolección Agustiniana contra todo intento absorcionista o unionista en la Orden de San Agustín. Fiel al Papa y a la Santa Sede, mantuvo, no obstante, una cierta reserva respecto a algunos oficiales del Vaticano y a su burocracia administrativa, llegando incluso a adoptar una actitud de abierta resistencia frente a sus pretensiones.

De hecho, su afán de cumplir y hacer cumplir las leyes y tradiciones de la Recolección Agustiniana generó conflictos con los consejeros generales y con el procurador ante la Santa Sede.

Como gobernante, encauzó la Congregación según los principios señalados en el capítulo general de 1908 que se celebró en San Millán de la Cogolla (La Rioja). Durante su gobierno se reanudó la celebración de los capítulos, tanto generales como provinciales, con lo cual se normalizó el sistema de autogobierno y se dictaron orientaciones precisas; se reorganizó la Congregación, con una nueva división geográfica de las provincias, y la correspondiente asignación de casas y religiosos; se llevó a cabo una serie de reformas legislativas: las constituciones, el ritual, el ceremonial y demás libros litúrgicos de la Orden. Mérito singular del padre Enrique Pérez fue la reforma que hizo —casi enteramente solo— de las Constituciones de los Agustinos Recoletos, acomodándolas a las nuevas circunstancias del siglo xx, a las necesidades de la Orden y a la legislación entonces vigente en la Iglesia. La Recolección, privada de sus posesiones —en parte por la enajenación de las haciendas de Filipinas y los fracasos económicos—, se volvió más pobre y humilde, más espiritual y evangélica, más fiel al espíritu agustino- recoleto de los orígenes; por otro lado, se consolidó la expansión de los agustinos recoletos por América.

Se perfeccionó la formación de los candidatos, realizándose un esfuerzo serio por ofrecer a los aspirantes una formación más adecuada. Se afianzó entre los Recoletos la conciencia de la propia identidad y se recuperó la confianza en los valores corporativos.

Finalmente en 1912, la Santa Sede concedió a los agustinos recoletos la independencia jurídica de los agustinos y elevó a la Congregación a la categoría de Orden en 1912. Por lo que a él le correspondió el honor no concedido antes —durante trescientos veinticuatro años— a ningún otro, de ser el primer prior general de la Orden de Agustinos Recoletos.

En 1908 eran poco más de trescientos los religiosos profesos, pero en 1914 se acercaban a los quinientos.

De ellos doscientos cuarenta y cinco pertenecían a la provincia de San Nicolás, ciento diez a la de Santo Tomás de Villanueva; y el resto —un centenar aproximadamente— a La Candelaria. La Orden intensificó su presencia evangelizadora, sobre todo en Brasil y las islas Filipinas. Concretamente en la isla de Palawan (Filipinas), la Santa Sede creó el año 1910 una prefectura apostólica y encomendó su administración a los agustinos recoletos.

 

Bibl.: J. J. Lizarraga (OAR), “Juventud del Padre Enrique Pérez (1854-1927)”, en Recollectio, 2 (1979), págs. 189-259; J. J. Lizarraga (OAR), “El Capítulo General de 1908 y el Padre Enrique Pérez”, en Recollectio, 6 (1983), págs. 101-139; M. Carceller Galindo, Historia general de la Orden de Agustinos Recoletos (1867-1891), t. XII, Madrid, Imprenta Sáez, 1984; A. Martínez Cuesta, La Orden de Agustinos Recoletos. Evolución carismática, Madrid, Augustinus, 1988; J. J. Lizarraga (OAR), El padre Enrique Pérez, último vicario y primer Prior General de la Orden de Agustinos Recoletos, Roma, Institutum Historicum Augustinianorum, 1990 (tesis doctoral defendida en la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma, el 21 de junio de 1989); Agustinos Recoletos Provincia de San Nicolás de Tolentino, Agustinos Recoletos. Historia y espiritualidad, Madrid, Provincia de San Nicolás de Tolentino, Secretariado Provincial de Formación, 1995; B. Estrada Robles (OSA), Gobierno de la Orden agustiniana a través de los siglos, Guadarrama (Madrid), Editorial Revista Agustiniana, 2005, pág. 808; J. J. Lizarraga (OAR), I Centenario del capítulo general de San Millán de la Cogolla: 1908-2008, en Boletín de la Provincia de San José, 62-63 (2010), págs. 177-211; A. Martínez Cuesta, “Capítulo general de San Millán de la Cogolla, 1908”, en Boletín de la Provincia de San José, 62-63 (2010), págs. 157-175.

 

José Javier Lizarraga Navarlaz, OAR y José Martín Brocos Fernández

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