Atarés Peña, Juan. Huesca, 11.II.1918 – Pamplona (Navarra), 23.XII.1985. General de División.
La trayectoria profesional de este militar estuvo marcada por tres acontecimientos. El primero, la pertenencia al grupo de los alféreces provisionales; integrado por civiles que se incorporaron al Ejército durante la contienda civil y que permanecieron en él finalizado el conflicto. Está considerado el colectivo militar más leal al régimen franquista. El segundo, su ideología falangista, lo que acrecentó su vinculación con el régimen franquista y le convirtió en un crítico temprano del proceso de cambio político. El tercero, la pertenencia a la Guardia Civil, lo que le indispuso aún más contra el sistema democrático como consecuencia de las acciones terroristas desencadenadas por Euskadi Ta Askatasuna (ETA), los Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre (GRAPO) y del Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) contra los miembros de las Fuerzas de Orden Público (FOP) especialmente.
En su trayectoria vital y profesional se pueden distinguir tres etapas. La primera, la Guerra Civil. El 19 de julio de 1936, Atarés Peña era un afiliado a Falange Española y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FE de las JONS) con anterioridad al 16 de febrero de 1936 –Vieja Guardia– que se preparaba para el ingreso en la Academia de Infantería de Toledo, y que de forma inmediata se incorporó a la II Bandera de Falange de Aragón. A lo largo de los tres años que se prolonga en conflicto, Atarés Peña combatió en diferentes frentes y unidades, y realizó los cursos de alférez y teniente provisional. Sin embargo, no fue premiado con ningún ascenso por méritos de guerra ni ninguna condecoración importante –Cruz Laureada de San Fernando y Medalla Militar Individual (MMI)–.
La segunda, corresponde al franquismo. Terminada la contienda, y dado que su interés profesional había sido ingresar en el Ejército antes del 18 de julio de 1936, Ataré Peña decidió continuar en la institución militar, siendo uno de los 10.709 alféreces provisionales que pasaron a engrosar los escalafones del Ejército. Sin embargo, y a diferencia de otros miembros de ese empleo, no formó parte de la División Azul, lo que le impidió alcanzar alguna recompensa que hubiera mejorado su posición en el escalafón. De hecho, obtuvo el empleo efectivo de teniente de Infantería el 29 de febrero de 1944, cuando algunos alféreces provisionales –especialmente de su Arma de procedencia– eran ya capitanes, e incluso estaba próximo su ascenso al empleo de comandante. Tal vez fuera esa carencia de expectativas profesionales dentro del Ejército, lo que le llevó a solicitar el ingreso, en marzo de 1945, en la Guardia Civil, cuerpo que como consecuencia de su actuación en la Guerra Civil tenía un importante déficit de oficiales. Esta decisión iba a acelerar su carrera, pues el teniente de Infantería de 1944 se convirtió en coronel de la Guardia Civil el 5 de octubre de 1965, con tan sólo cuarenta y siete años. Siete años después, alcanzaba el empleo de general de brigada de la Guardia Civil el 1 de octubre de 1972. En poco más de veintiocho años, había ascendido cinco empleos en el escalafón. Este rápido avance no fue exclusivo de Atarés Peña, sino que afectó a otros oficiales y jefes de la Guardia Civil, incluyendo a los pertenecientes a las primeras promociones de este Cuerpo procedentes de la Academia General Militar (AGM), como el futuro teniente coronel Antonio Tejero Molina. Como general de brigada, Atarés Peña recibió el mando de la VI Zona de la Guardia Civil (León) el 13 de octubre de 1972, y a partir del 30 de agosto de 1974, el de la V (Logroño).
La tercera etapa, corresponde a la Transición. Atarés Peña permaneció en el destino anterior hasta que el 26 de febrero de 1978, cuando pasó a mandar la III Zona de la Guardia Civil (Valencia). En ese momento era ya, como su amigo el capitán de navío Camilo Menéndez Vives, un militar contrario al proceso de Transición, y al Gobierno que lo había puesto en marcha, donde el teniente general Manuel Gutiérrez Mellado ocupaba la Vicepresidencia para Asuntos de la Defensa, al que acusaba de ser incapaz de detener la oleada terrorista desencadenada especialmente por ETA, que se había provocado noventa y tres víctimas mortales entre 1976 y 1978, muchas de ellas pertenecientes a la Guardia Civil. Esta predisposición negativa hacía el Ejecutivo explicaría su papel en la reunión que tuvo lugar en el arsenal militar de Cartagena, el 17 de noviembre de 1978, entre Gutiérrez Mellado y más de mil militares. Según el entonces vicepresidente del Gobierno, el encuentro formaba parte de una gira cuyo objetivo era explicar el Informe 1/78, enviado el 2 de octubre de ese mismo año a las unidades, y donde se trataba no sólo de la organización de las Fuerzas Armadas (FAS) y del nuevo Ministerio de Defensa, sino también del principal problema de España, el terrorismo de ETA. Para otras fuentes, formaba parte de las reuniones convocadas en las diferentes guarniciones de España para explicar la Constitución –aprobada por las cámaras y que sería sometida a referéndum el 6 de diciembre de ese mismo año– y resolver cualquier duda que se tuviera sobre ella. Fuera como fuese, la reunión en la localidad murciana giró desde el primer momento en torno al contenido de la Carta Magna, provocando una serie de incidentes entre el vicepresidente del Gobierno y los militares presentes que culminaron en un enfrentamiento directo entre esta autoridad y Atarés Peña. En un momento del mismo, Gutiérrez Mellado dijo al general: “Lo que está haciendo es indigno de su uniforme”. Esta frase molestó especialmente a Atarés Peña que, según algunas fuentes, llegó a insultar al vicepresidente llamándole “cerdo, masón, espía”; mientras que otras afirman que se limitó a decir: “lo llevo con honor y dignidad hace mas de cuarenta años”. Tras este incidente, Atarés Peña fue destituido y sometido a Consejo de Guerra, presidido por el general de división José León Pizarro, general-jefe de la División de Infantería Motorizada Maestrazgo, n.º 3, el 28 de mayo de 1979; resultando absuelto de todos los cargos. Sentencia que confirmó el capitán general de la III Región Militar, teniente general Jaime Milans del Bosch, máxima autoridad judicial militar en ese territorio. Si esta sentencia fue una humillación para Gutiérrez Mellado, resultaron incluso más negativos para su figura política los comentarios realizados sobre la misma por importantes jefes militares. Así, el teniente general José Vega Rodríguez, presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar (CSJM), y por tanto máxima autoridad judicial de las FAS, afirmaría con anterioridad a que se dictara la sentencia que “el general Atarés es un soldado de los pies a la cabeza, pero en aquella ocasión no supo controlar sus nervios y eso le llevó a decir lo que dijo”, o Milans del Bosch, quien declaró: “creo que ha sido una sentencia justa del Consejo de Guerra, por eso la ratifiqué ¿La impresión que me produjo?, pues la misma que ha debido producir en todo buen compañero que conozca las virtudes humanas y militares del general Atarés”. Estas declaraciones era una clara expresión de la situación de enfrentamiento que en ese momento existía entre el Gobierno, y especialmente su vicepresidente, e importantes miembros de la élite militar.
Respecto a Atarés Peña, el Ejecutivo tomó la decisión de no concederle más destinos, pasándole a la situación de disponible forzoso el 10 de julio de 1979. Menos de un año después, y por edad, pasó a situación B el 11 de febrero de 1980, y finalmente a la reserva activa el 8 de noviembre de 1982.
Atarés Peña fue asesinado por la terrorista de ETA Mercedes Galdós Arsuaga el 23 de diciembre de 1985 en Pamplona (Navarra). Veinte años después, el 18 de marzo de 2005, fue ascendido póstumamente a empleo de general de división.
Fuentes y bibl.: Boletín Oficial del Estado, Escalillas del Cuerpo de la Guardia Civil (Instituto de Historia y Cultura Militar); Hoja de Servicios del general de división Juan Atarés Peña (Archivo General Militar de Segovia).
M. Mérida, Mis conversaciones con los generales, Barcelona, Plaza & Janes, 1979; R. Muñoz Bolaños, 23-F: los golpes de Estado, Madrid, Ultima Línea, 2015; R. Muñoz Bolaños, “El gran bastión del Franquismo: el Ejército español en 1975”, en Pasado y Memoria: revista de Historia Contemporánea, 15 (2016), pp. 255-279; R. Muñoz Bolaños, “Deconstruyendo la figura del ex teniente coronel Antonio Tejero Molina”, en Aportes: Revista de Historia Contemporánea, 90 (2016), pp. 137-173; R. Muñoz Bolaños, “Un general insulta a Gutiérrez Mellado”, en Anatomía de la Historia, 23 de octubre de 2013; F. Puell de la Villa, Gutiérrez Mellado. Un militar del siglo XX (1912-1995), Madrid, Biblioteca Nueva, 1997.
Roberto Muñoz Bolaños
