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Álvar García de Toledo

Biografía

García de Toledo, Álvar. Señor de Belmonte de Tajo (I). Pinto (Madrid), p. m. s. xvi – ?, 9.V.1586 ant. Alcalde de la Chancillería de Valladolid, alcalde de Casa y Corte, consejero de Indias.

Hijo de otro Álvar García de Toledo, fue tataranieto de Hernán Álvarez de Toledo y chozno del adelantado Álvar García de Toledo y de su mujer Teresa Dávalos, biznieta a su vez del famoso Ruy López Dávalos, condestable de Castilla en época de Enrique III. Era además pariente lejano de las dos principales ramas de la familia Toledo (los duques de Alba y los condes de Oropesa, de apellido Álvarez de Toledo).

Natural de Pinto, fue alcalde del Crimen en la Chancillería de Valladolid hasta que el 26 de abril de 1569 ascendió a alcalde de Casa y Corte ocupando la vacante causada por la muerte de Francisco Castilla.

Consta también que fue miembro del Consejo de Indias. Casó con María del Águila, natural de Guadalupe e hija del doctor Juan del Águila, médico de cámara y protomédico de Carlos I y Felipe II, con quien tuvo a su sucesor Antonio de Toledo y del Águila; a Juan de Toledo, soldado al servicio del cardenal archiduque Alberto de Austria y caballero de Calatrava; a Álvar García de Toledo, canónigo de Jaén, y a Teresa de Ávalos que casó con Manrique de Guzmán.

El 28 de julio de 1579, Álvar García de Toledo, como alcalde de Corte, fue el encargado de detener al influyente secretario de Estado Antonio Pérez, comprometido en el asesinato de Juan de Escobedo. Según cuenta en sus memorias, el secretario de Felipe II pasó cuatro meses detenido en casa de don Álvar y después “de casa del alcalde de Corte le lleuaron a su posada por auer caýdo malo”. Entre las maquinaciones que rodearon el caso, el corregidor de Laredo y pariente de Juan de Escobedo, Melchor de Puerta Agüero, en un memorial dirigido al Rey acusaba a Álvar García de haberse inventado la enfermedad de Antonio Pérez: “Agora ha venido a noticia de muchos deudos se ha soltado a Antonio Pérez con trato de falsa relación y engaño que se hizo a Vuestra Magestad de que se admira el mundo haya este atrevimiento en Álvar García de Toledo y dos médicos, [...] Enríquez y Madera, persuadidos según es muy notorio de personas más graves, dando a entender tenía tabardillo y estar a lo último de la vida, lo cual ha seído invención y fingimiento”. Antonio Pérez permaneció recluido en su casa hasta el 31 de enero de 1585, cuando de nuevo Álvar García de Toledo y su colega el alcalde Espinosa volvieron a detenerle y le encarcelaron.

La mala situación de la Real Hacienda era el argumento empleado por Felipe II para vender los bienes expropiados a la Iglesia y adjudicados a la Corona. Así ocurrió con el señorío de Pozuelo de Belmonte (actual Belmonte de Tajo, en la provincia de Madrid), que el Monarca quitó a los obispos de Segovia y vendió a Álvar García de Toledo con la intermediación de García Barrionuevo de Peralta, caballero de la Orden de Santiago y acaudalado vecino de Madrid, quien por estas fechas estaba negociando con el prestamista Juan Curiel de la Torre la compra de un lote de pueblos en Guadalajara. De la documentación se desprende que García Barrionuevo, habiendo tenido noticia de que Álvar García de Toledo pretendía comprar Belmonte, acordó con él incluirlo en la misma operación y cedérselo después, y para garantizar este compromiso otorgó una carta el 24 de febrero de 1579. En cumplimiento de este acuerdo García Barrionuevo hizo todas las gestiones para la compra de Belmonte durante la primavera de 1579 y Felipe II ordenó el 22 de julio entregarle a él la posesión del pueblo; sin embargo, la recibió ya Álvar García, a quien también se le expidió el privilegio real de venta el 29 de mayo de 1581. Se aplicaron los precios vigentes para las enajenaciones de señoríos al norte del Tajo: 16.000 maravedís por vecino y 42.500 por cada millar de renta anual. Teniendo en cuenta que las rentas anuales de Belmonte eran de 14.721 maravedís y que vivían en el pueblo trescientos sesenta y nueve vecinos y medio, se fijó el precio en 6.537.642 maravedís.

Álvar García de Toledo hizo mayorazgo de Belmonte en su testamento otorgado en Mondéjar el 30 de enero de 1586, del que se copian algunos fragmentos en un pleito entablado por Álvar García y continuado por su hijo Antonio ante la Casa de la Contratación a cuenta de unos bienes de su pariente Álvar García Suárez de Toledo, contador de Quito, que naufragó yendo de Panamá a Guayaquil y murió sin haber dejado testamento.

La licencia para fundar este mayorazgo la había otorgado Felipe II el 11 de marzo de 1585.

Murió en el invierno o la primavera de 1586, pues el 30 de enero había otorgado testamento y el 9 de mayo su hijo Antonio, en un escrito aportado al pleito que trataba la Casa de la Contratación, se llama ya “heredero del dicho alcalde Álvar Garçía de Toledo”; el 20 de mayo se sacó un traslado del testamento y ese mismo día varios testigos declararon que el alcalde había muerto.

 

Bibl.: A. Pérez, Relaciones de Antonio Pérez, secretario de Estado que fue del rey de España don Phelippe II deste nombre, París, 1598 (1624); Marqués de Pidal, Marqués de Miraflores y M. Salvá (eds.), Colección de documentos inéditos para la Historia de España, t. LVI, Madrid, Imprenta de la Viuda de Calero, 1870, págs. 241-244; N. Ávila Seoane, “Pozuelo de Belmonte, de señorío episcopal fronterizo hasta las manos de un valido de los Austrias”, en Historia, instituciones y documentos, 32 (2005), págs. 47-80 y 400.

 

Nicolás Ávila Seoane

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