Belenguer Soler, Enrique. Blanquet. Valencia, 17.I.1881 o 21.VI.1881 – Sevilla, 15.VIII.1926. Torero (banderillero).
Dos son las fechas que se proponen para el nacimiento de uno de los más grandes banderilleros de todos los tiempos: José María de Cossío indica en su magna obra que vino al mundo el 17 de enero de 1881, mientras que Vicente Sobrino, que a comienzos del siglo xxi escribió su biografía, señala que nació el 21 de junio de ese mismo año.
Tras unos primeros trabajos como tallista y ebanista, el 21 de junio de 1896 debutó como banderillero en la cuadrilla de los Niños Valencianos. De esa época le viene el apodo de Blanquet, en honor del gran banderillero Manuel Blanco, Blanquito. Y como Blanquito toreó hasta 1899, Enrique Belenguer, que pronto lo tradujo al valenciano, pasó a apodarse Blanquet.
Según Sobrino, sus rápidos éxitos como banderillero le llevaron a intentar fortuna como matador, aunque pronto desistió de su empeño.
Entre las primeras cuadrillas en que figuró, se encontraba la de José Pascual, Valenciano, importante en el desarrollo de su carrera, aunque muy poca cosa en comparación con los toreros a los que Blanquet acompañó en los años siguientes. A continuación estuvo varios años junto a los matadores de toros Antonio Boto, Ragaterín, y Rafael González, Machaquito, con quienes acabó de encumbrarse en su profesión.
A partir de 1913 toreó con Rafael el Gallo y, en 1914, con su hermano Joselito, figura máxima entonces del toreo. Dice Sobrino: “Consolidado ya como un gran torero ante los ojos de todo el mundo, con el menor de los Gallo disfrutaría de su mayor gloria profesional.
Su llegada a la cuadrilla de José es el premio gordo a una trayectoria imparable. La culminación de una carrera jalonada de éxitos sin solución de continuidad: el reconocimiento, ante la vista de todo el mundo, de su gran valía. Blanquet se convierte muy pronto en el peón de confianza de Gallito, pero es, además, su brazo derecho, su colaborador insustituible en el ruedo y ante el toro. [...] Su posición en la cuadrilla no es la de uno más. Goza de privilegios especiales, en claro reconocimiento del maestro a las aptitudes del subalterno”.
En la cuadrilla de Gallito el reparto de función está muy claro: Blanquet lidiaba los toros duros y difíciles, aquéllos en los que el maestro necesita ayuda; para los toros nobles, Joselito reservaba a Cantimplas, otro verdadero artista. Según Sobrino, “Blanquet ha sido paradigma de los banderilleros. El peón de brega más poderoso y eficaz que ha dado la historia del toreo [...]. También es cierto que en elegancia y estilo pudo, y de hecho así fue, tener competidores, pero nadie llegó a las connotaciones lidiadoras que le hicieron ser el más grande de todos”.
Tras la muerte de Gallito en Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920, Blanquet se colocó en 1921 con Ignacio Sánchez Mejías (cuñado de Gallito) y, en 1922, con su paisano Manolo Granero, a quien sólo pudo acompañar hasta el 7 de mayo de ese mismo año, fecha en que éste murió en la plaza de Madrid corneado por el toro Pocapena. En esos meses de 1922, Blanquet coincidió en la cuadrilla con Enrique Clemente, Alpargaterito, otro gran subalterno valenciano.
Hondamente impresionado por la muerte de Granero, decidió retirarse de los toros. Sin embargo, reapareció ante la llamada de Sánchez Mejías. Con sólo cuarenta y cinco años de edad, el 15 de agosto de 1926, sufrió, después de torear en Sevilla con Ignacio, un infarto en el tren que debía trasladarle, junto con el resto de la cuadrilla, a Ciudad Real.
Bibl.: J. M. Cossío, Los toros. Tratado técnico e histórico, vol. 3, Madrid, Espasa Calpe, 1943, págs. 104-105; V. Sobrino, “Blanquet”, en V. Sobrino y J. L. Benlloch, Blanquet, Morenito de Valencia, Alfredo David, Alpargaterito, Paco Honrubia y Manolo Montoliu, Valencia, Diputación, 2002 (col. Los grandes Mestres/Maestros del toreo valenciano n.º 6), págs. 9-33; M. Feiner, Toreros de plata. Historias y vivencias de cuadrillas, Madrid, Espasa, 2004, págs. 61-64.
José Luis Ramón Carrión