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Dionisio Capaz Rendón

Biografía

Capaz Rendón, Dionisio. El Puerto de Santa María (Cádiz), 1780 – Madrid, 1855. Capitán general de la Armada, ministro de Marina.

Nació en El Puerto de Santa María en 1780 y sentó plaza de guardia marina en Cádiz en 1798. Promovido a alférez de fragata en 1800, permaneció cinco años en destinos inferiores y de prácticas armadas hasta que en 1805, como alférez de navío, embarcó en el Bahama al mando del brigadier Alcalá Galiano con el que tomó parte en el combate de Trafalgar destacándose por su valor y siendo hecho prisionero. Los comienzos de la Guerra de la Independencia le sorprendieron en Aya­monte, donde de inmediato se inscribió en la nómina de los alistados para luchar contra la invasión francesa. Ascendió a teniente de fragata en 1809 y a teniente de navío en 1811. En este rango fue elegido dos años más tarde diputado a Cortes por Cádiz, donde hizo gala de su ideología liberal, por lo que al regreso de Fer­nando VII fue arrestado y conducido a Madrid y des­pués trasladado al castillo de San Sebastián en Cádiz en el que pasó dos años de confinamiento. En 1818 ya liberado embarcó como segundo comandante de la fragata María Isabel, de cincuenta cañones, una de las embarcaciones adquiridas a los rusos, encargada de escoltar un numeroso convoy de armas y municiones para hacer frente a la insurgencia en la costa del Pací­fico. Por enfermedad de su comandante se hizo cargo del mando y, tras numerosas dificultades de toda ín­dole (enfermedades, sublevaciones, falta de alimentos), llegó a Talcahuano, donde fue atacado por dos buques de la incipiente escuadra chilena haciéndose pasar por ingleses. En condiciones de notoria inferioridad, Ca­paz varó el buque y arrió la bandera, echando a tierra a la gente que pudo a bordo de un bote. Los chilenos se llevaron a la fragata María Isabel como trofeo y Ca­paz fue procesado y sometido a Consejo de Guerra, del que salió absuelto al celebrarse en unas condicio­nes que le favorecían tras la implantación del trienio constitucional. Con la situación política a su favor fue promovido a capitán de fragata y nombrado secretario de la Junta del Almirantazgo y del Despacho Univer­sal de Marina en el ministerio progresista de Evaristo San Miguel, llamado “de los siete niños de Écija”. Ese mismo año de 1822 ascendió a capitán de navío, ce­sando en el ministerio el año siguiente y participando en las operaciones contra el ejército francés del duque de Angulema que asedió Cádiz. Con la caída del ré­gimen constitucional salió de España y, dado de baja en la Armada, paso en el exilio prácticamente toda la “década ominosa”. Su vida transcurrió a partir de esos años más como hombre político que como oficial de la Armada. Volvió en 1834 y se le reintegró a su grado. Ascendió a capitán de navío en 1835 y un año más tarde, a brigadier, tras el motín de los sargentos de La Granja.

En 1837 fue elegido senador por Toledo como re­presentante del Partido Progresista y en 1838 ascen­dió a jefe de escuadra. Ese mismo año fue nombrado secretario de Estado y del Despacho de Marina no llegando a tomar posesión del cargo por renuncia, pero nuevamente fue designado ministro de Marina desempeñando esta vez el cargo en los años 1842 y 1843. Al producirse el levantamiento de ese mismo año, emigró nuevamente y no regresó hasta 1847 en que fue promovido al cargo de teniente general. La revolución de 1854 le dio el cargo de vocal de la Junta Consultiva y en 1855 ascendió a capitán general de la Armada, cargo que desempeñó hasta su muerte, ocurrida en diciembre de ese mismo año.

Dionisio Capaz es uno de los personajes de la Ar­mada más controvertido de la primera mitad del si­glo xix. Tuvo un valioso aprendizaje marinero ha­llándose en notables campañas y destacando por su bizarría en combates y acciones navales, pero a partir de capitán de fragata su carrera la hizo de diputado o en la revolución. Ha tenido escasos apologistas y más numerosos detractores (Torrente, Fernández Duro, Guillén). Las fluctuaciones políticas de la primera mi­tad del siglo influyeron esencialmente en su carrera, interrumpida frecuentemente por apresamientos o exilios. Hombre más político que marino —se ha di­cho de él— la intriga política le llevó a alcanzar la su­prema dignidad de la Armada, en cuya galería —llena de virtudes—, no puede figurar sino como despótico, ambicioso y violento.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico de la Marina don Álvaro de Bazán (Viso del Marqués, Ciudad Real), Expe­diente personal.C. Fernández Duro, Armada Española, Madrid, Museo Naval, 1973; VV. AA., Enciclopedia General de Andalucía, Sevilla, Ediciones Anel, 1989; F. de Bordejé, Crónica de la Marina Española en el siglo xix, t. I, Madrid, Editorial Na­val, 1993.

 

JoRamón Cervera Pery

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