Armengol III. Conde de Urgel. El de Barbastro. Ponts (Lérida), VI.1032 – Barbastro (Huesca), III.1065. Noble.
Hijo de los condes de Urgel Armengol II y Belasqueta o Constanza (“filius qui sum Balaschite comitisse, que alio nomine vocatur Constancia”). Hereda el condado en 1038, por la muerte de su padre en peregrinación al Santo Sepulcro de Jerusalén. A pesar del convenio firmado en 1024 entre Armengol II y Ramón Berenguer I que preveía que la tutoría recaería en la casa condal de Barcelona, fue retenida por la madre del menor.
Desde el primer momento el conde preside los actos acompañado de su madre, tal como se aprecia en 1040 en juicios (“in placito ante domna Constantia comitissa et filium eius Ermengaudum comitem Urgellensi”) o en la consagración de la catedral de la Seu de Urgel, aun especificando que se halla “in puerili constituto etate”, manteniendo la escribanía condal en manos clericales. Entre los deberes condales se incluye la atención a la Iglesia y la provisión de sus responsables, razón por la que la condesa en 1040 percibe cien mil sueldos del arzobispo de Narbona para autorizar que el hermano de éste, Guillermo Vifredo, reciba la mitra episcopal.
Continuando la tónica de sus predecesores, Armengol III beneficia el patrimonio de la Iglesia, especialmente la catedralicia, a la que en 1048 otorga la décima parte de las parias que reciba de los reinos de Zaragoza y de Lérida, además del teloneo y las lezdas de las dos ferias de la Seu de Urgel, conjunto que se suma a la donación de diversos bienes como las iglesias de An y Torms o castillos como Solsona, sobre el que establece un convenio de donación en 1054 y una permuta por la mitad del castillo de Santaliña en 1057. El episcopado no sólo consolida los dominios jurisdiccionales obtenidos bajo Armengol II, sino que Armengol III se compromete a defenderlos mediante el convenio de 1061 por el que se obliga a proteger el prelado y “ad tenere omnem suam honorem”.
La minoridad es aprovechada por los nobles para afianzar su dominio jurisdiccional y su presión sobre la condesa, que al no ceder merece ser definida, por la obra atribuida a Monfar, como “una de las más varoniles mujeres de estos tiempos”. Encabezando la presión baronial, el vizconde en 1040 le retira la fidelidad y la ofrece al conde de Cerdaña, que recibirá su homenaje explícitamente “de omnem terram vel honore kastros vel kastelos que usque nunc habui vel tenui de Ermengaudo comité de Urgello”. Verdadera revuelta nobiliaria seguida por los principales barones, en 1041 el vizconde y la condesa ya han acercado posturas, lo que no impide que la animadversión con la casa condal de Cerdaña prosiga, con el corolario de la malfianza hacia el obispo de Urgel, hermano del conde cerdano. En torno a 1050 los condes de Barcelona y de Urgel se comprometen feudalmente contra el de Cerdaña, e incluso obligan a posicionarse en el mismo sentido a sus hermanos, es decir, el obispo de la Seu y el conde de Berga, además del obispo Berenguer de Elna. Mientras, la consolidación de la penetración urgelense por la Conca Dellà facilita tensiones limítrofes con la expansión meridional de Pallars, enfrentando reiteradamente a Artau I de Pallars Jussà con Armengol III.
La alianza entre el conde Armengol III de Urgel y Ramón Berenguer I de Barcelona se reitera en la frontera, reflejando la superioridad del barcelonés, a quien el primero jura fidelidad según las fórmulas feudales.
El conde de Barcelona ha limitado la expansión de Urgel al extender el condado de Osona-Manresa sobre el distrito leridano (Tárrega, 1058) y al conseguir, por pacto con el soberano de Lérida, Camarasa y Cubells (1050), aunque infeudando esta plaza al urgelés hasta que perciba una renta de mil mancusos anuales de parias. Los convenios feudales aseguran la actuación conjunta, sea de pacto diplomático o de agresión bélica en la frontera ribagorzana frente a los dominios de Zaragoza, y concretan que una tercera parte de la aportación y de las ganancias sea para el urgelés (1058), sin que afecte este reparto al castillo de Estopiñán, que queda para el barcelonés, pero sí a los castillos de Cañellas y de Purroy; éste, junto con el de Pilzán, infeudado a Armengol III, según los acuerdos de 1058 y 1063, quien situará este último como dote al contraer matrimonio con Sancha de Aragón.
Gran parte de la expansión urgelesa es de signo baronial, destacando Arnau Mir de Tost, que toma el valle de Áger poco antes de mediado el siglo. Los acuerdos feudales entre el conde Armengol y este barón aseguran su fidelidad preferente a pesar de que esté recibiendo infeudaciones del conde barcelonés, le ofrecen infeudaciones y derechos castlanes en castillos como Caserras y Pilzán, y reconocen una amplia capacidad jurisdiccional sobre espacios como Áger.
El conde, que atiende la frontera desde su sede preferente en Ponts, consigue afianzar el propio dominio en el avance sobre espacios meridionales, como el entorno de Agramunt, tratando también de imponer su preeminencia en el avance occidental, donde en 1062 consigue Laguarres, Lascuarre y Viacamp.
La dinámica feudal impone la conquista de territorio islámico, si bien ésta se orienta según la concordancia con los propios barones, con el conde de Barcelona y con los reinos taifas, de los que se persiguen los acuerdos diplomáticos que aportan las suculentas parias. A cambio de éstas, en 1058 los condes de Barcelona y de Urgel se comprometen a defender al rey de Lérida en sus guerras con su hermano el rey de Zaragoza. Al mismo tiempo, Armengol III encuentra nuevos apoyos en Ramiro, rey de Aragón, Sobrarbe y Ribagorza, con quien pacta en 1063 un acuerdo que incluye un doble lazo matrimonial, entre el primogénito Sancho e Isabel, hija de Armengol III, y entre éste y la hija del aragonés, Sancha, que en 1060 había enviudado del conde Poncio III de Tolosa. El conde de Urgel en 1064 participa en la conquista de Barbastro, quedando encargado de la custodia de la plaza, hasta que en una salida armada muere en batalla, en marzo de 1065. Su cadáver fue trasladado a Áger, donde fue enterrado en la galilea de la iglesia de la canónica de San Pedro.
Reconocido honoríficamente al igual que sus antecesores como marqués, casó tres veces. Hacia 1050 con Adelaida de Besalú, hija de los condes Guillermo I y Adelaida, que fallecería en 1055, fecha en la que contrae matrimonio con Clemencia, hija del conde Bernardo II y Clemencia de Bigorra, que consta casada con el conde hasta 1063. En esta misma fecha hay que situar la boda con Sancha de Aragón, hija del rey Ramiro I. De la primera esposa es hijo el primogénito Armengol, heredero aunque menor de edad, que quedará bajo tutoría de su madrastra. Sus otros vástagos fueron tres hijos, Guillermo, Ramon y Berenguer, y dos hijas, Isabel, que permitió enlazar con el reino de Aragón, y Sancha, que permitió relacionarse con el condado de Ampurias.
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Flocel Sabaté Curull