Flores Amaya, Micaela. La Chunga. Marsella (Francia), 5.IX.1938 – ?, 3.I.2025. Bailaora flamenca y cantante.
Hija de padres andaluces que emigraron a Francia y tercera de una familia de ocho hermanos, vivió su infancia y adolescencia con muchos problemas económicos. Tenía un año cuando se instaló con sus progenitores en el barrio barcelonés de Montjuic, en una miserable barraca, en la que dormían sobre unos pocos colchones en el suelo. Por el día pasaba las horas en las calles, bailando descalza a las puertas de algunos restaurantes y bares, para ganarse algunas monedas.
El pintor Francisco Rebés la descubrió un día y le ofreció pagarle 10 pesetas diarias por posar para él en su estudio de la calle de Escudillers, en Barcelona. Satisfizo también las clases en una academia de baile. En el cabaré Emporium fue presentada como “la nueva Carmen Amaya”, aquella gran artista del baile, con quien, por cierto, le unía algún parentesco.
Bailaora heterodoxa, seguía bailando sin zapatos, lo que le otorgaba cierta originalidad. Inquieta, nerviosa, suplía otras condiciones técnicas para imponer un estilo propio en el mundo de la danza flamenca.
En el estudio de su protector, La Chunga comenzó a juguetear con los pinceles hasta atreverse, alentada por Rebés, a situarse ante un lienzo. De esa manera, tierna, ingenua, fue pintando cuadros, en los que invariablemente siempre plasmaba, a su manera, figuras de su ambiente flamenco, por lo general bailaoras.
El mundo de los gitanos, al que pertenecía, tendría siempre una presencia pictórica en sus obras.
Cuando celebró su primera exposición fue acogida con extraordinaria simpatía. Y con ese estilo “naif” prosiguió durante años, llegando a exponer su obra en algunas acreditadas galerías de Barcelona, Madrid, París y otras capitales, cotizándose muy por encima de la media de cualquier aficionado. Claro está que su firma estaba ya asociada a su gran popularidad como artista del baile. Grabó también algunas canciones.
A la legendaria Pastora Imperio le resultó simpática y atractiva la figura de la gitanilla, y la contrató en 1956 en su tablao de Palamós (Gerona). Luego debutó en Madrid, en El Corral de la Morería. En una de sus actuaciones madrileñas conoció a la estrella cinematográfica Ava Gardner, quien le proporcionó un contrato en Hollywood.
La presencia de La Chunga en la Meca del Cine parecía ser el argumento de un cuento de hadas. Su figura resultaba pintoresca en aquellos ambientes, y apareció con su arte flamenco en dos películas, donde los directores enfocaban sus pies descalzos como el rasgo más sorprendente de su arte. Su estancia en Estados Unidos le proporcionó otras sorpresas, como fue aparecer en el famoso show televisivo de Ed Sullivan, actuando en escenarios de Las Vegas y Nueva York. Fue también a México.
Al regreso a España en 1959 ofreció un recital de danza flamenca nada menos que en el Gran Teatro del Liceo barcelonés. Era la primera gitana que bailaba en dicho escenario. Fue en un homenaje al celebrado coreógrafo marqués de Cuevas.
En la década de 1960 realizó varias giras por Europa.
Bailó también en Japón, Australia, nuevamente en Estados Unidos, Sudáfrica… Pintores y poetas comenzaron a considerarla como una especie de musa en estos años. Conoció a Pablo Picasso y también a Salvador Dalí, que presenció algunas de sus actuaciones flamencas. León Felipe, Rafael Alberti y Blas de Otero, entre otros, le dedicaron floridos poemas. Se casó con el director cinematográfico José Luis Gonzalvo.
Rodó las películas La cogida y la muerte y La ley de una raza. Fue protagonista de grandes reportajes fotográficos en revistas como París-Match y Life.
Y siguió bailando, incluso a comienzos del nuevo siglo XXI. Siempre descalza.
Obras de ~: La Chunga, la gitana de los pies descalzos, Madrid, Altamira, 1964.
Bibl.: J. Blas Vega y M. Ríos Ruiz, Diccionario enciclopédico ilustrado del flamenco, Madrid, Cinterco, 1985; M. Ríos Ruiz, El gran libro del flamenco, Madrid, Calambur, 2002, pág. 315.
Manuel Román Fernández