Palacio, Mahoma. ?, s. m. s. xv – 1506 ant. Fustero, mazonero y maestro de obras.
Destacado miembro de la morería zaragozana, ya contaba con la experiencia profesional suficiente en la primavera de 1488, cuando sus servicios fueron requeridos por Pedro González de Mendoza, primado toledano y cardenal de la Basílica de la Santa Croce in Gerusaleme. Así se desprende del análisis del contrato que firmó el 23 de abril de ese mismo año con Martín de Aezcoa, un colega que se comprometió a seguirle en un inminente desplazamiento a Castilla para trabajar a su lado durante ocho meses “en la obra del cardenal d’Espanya”. Más difícil resulta precisar el propósito exacto del viaje, dado que por entonces estaban en obras tanto el desaparecido palacio que el prelado se hizo levantar en Guadalajara como el Colegio universitario de Santa Cruz que había fundado apenas dos años antes en Valladolid. Nada puede aventurarse respecto a la primera residencia, pero si Mahoma Palacio dirigió sus pasos a la ciudad del Pisuerga es probable que trabajara en los alfarjes del primer piso del patio colegial e, incluso, en las techumbres de las dos salas de la crujía sur.
A él debía de referirse Fernando el Católico como el “fijo de Brahem Palacio, el mayor” en la orden que cursó en marzo de 1492 para que se trasladase a trabajar a la Alhambra de Granada junto a “los dos fijos de maestre Moférriz, el que labra organos y el otro que labra algez”, y maestre “Arrami” acompañados cada uno de ellos de “dos officiales de sus oficios, muy buenos, de manera que con los maestros por todos sean doze”.
Un año más tarde, el 23 de abril de 1493, contrató junto a Faraix de Gali y Brahem Moférriz la realización del “alizer y cubierta de la sala nueva” del palacio real de la Aljafería de Zaragoza, una obra que ya estaba ultimada el 14 de octubre de ese mismo año, cuando los artífices reconocieron haber recibido el total de los 8000 sueldos pactados.
Los problemas estructurales surgidos en el curso de las obras de ampliación de la Seo de Zaragoza, impulsadas desde 1490 por el arzobispo Alonso de Aragón (1475-1520), le obligaron a intervenir en la fábrica antes incluso de la venida a tierra del segundo tramo abovedado de la antigua nave del Evangelio y de uno de los pilares sobre los que se volteaba —aquel del que arranca el coro en este mismo lado—, a comienzos de febrero de 1498. También tomó parte en el montaje de los andamios para el reparo del pilar y aparece en las cuentas de fábrica —en ocasiones como Palacio el Joven para distinguirlo de su padre, Brahem Palacio— dando su opinión, junto a otros profesionales, en las reiteradas visitas que se giraron al antiguo cimborrio medieval en noviembre y diciembre de ese mismo año; en mayo, junio y agosto de 1499 y a comienzos de 1500.
Esta presencia continuada en las obras de la Seo dificulta su identificación con el artífice homónimo registrado entre 1495 y 1499 en las cuentas de Gonzalo de Baeza, tesorero de la reina Isabel. No obstante, consta que era primo del también carpintero real y asimismo zaragozano Sebastián Palacio, mencionado en 1502 como moro converso. Mahoma Palacio, que fue uno de los maestros fundadores de la cofradía instituida por los moros zaragozanos dedicados a la construcción, según el privilegio otorgado para su creación por Fernando el Católico el 30 de marzo de 1503, ya había fallecido para 1506, cuando su primo, Sebastián Palacio, extendió una carta de procura como heredero suyo.
Obras de ~: con F. de Gali y B. Moférriz, Techumbre del Salón del Trono de la Aljafería, Zaragoza, 1493.
Bibl.: R. S. Janke, “El alizer y cubierta de la sala nueua de la Aljafería, una obra documentada”, en Boletín del Museo Arqueológico Nacional, II (1984), págs. 137-143; C. Gómez Urdáñez, Arquitectura civil en Zaragoza, vol. II, Zaragoza, Ayuntamiento, 1988, págs. 232-233; J. Ibáñez Fernández, Arquitectura aragonesa del siglo xvi. Propuestas de renovación en tiempos de Hernando de Aragón, Zaragoza, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Institución Fernando el Católico-Instituto de Estudios Turolenses, 2005, págs. 22-25 y 193-205; J. Criado Mainar y J. Ibáñez Fernández, Sobre campo de azul y carmín. Programas de ornamentación arquitectónica al romano del Primer Renacimiento aragonés, Zaragoza, Fundación Teresa de Jesús, 2006, págs. 19-37 y 52; J. Ibáñez Fernández, “Los cimborrios aragoneses del Quinientos: una revisión necesaria”, en VV. AA., Actas del X Simposio Internacional de Mudejarismo (celebrado en Teruel 14, 15 y 16 de septiembre de 2005), Teruel, Instituto de Estudios Turolenses, 2006.
Javier Ibáñez Fernández