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Gabriel de la Torre y Aranda

Biografía

Torre y Aranda, Gabriel de la. Señor de Villamar (Burgos) y de Bethléem (Brabante). Burgos, c. 1593 — Cambrai (Francia), 1677. Militar, Caballero de Santiago.

Primogénito de Luis de la Torre y Torre (fallecido en 1629), correo mayor y sargento mayor de Burgos, de quien heredó el señorío de Vellimar. Al no haber consultado el expediente de pruebas para su ingreso en la Orden de Santiago, se desconoce el nombre de su madre, hermana del maestre de campo Juan de Aranda y Sandelín (Amberes, c. 1570 —Gante, 1614), de quien era sobrino materno; por la línea paterna, lo fue también del obispo de Ciudad Rodrigo, Juan de la Torre y Ayala (fallecido el 24 de septiembre de 1639), fundador de la capilla de la Anunciación de Nuestra Señora, en la Catedral de Burgos, donde sería inhumado a la conclusión de las obras (1640) y de la que su sobrino y heredero fue su primer patrón (Orcajo, 1845). Así lo recuerda una inscripción legible en un arco de piedra de dicha capilla, donde se lee: “Primer patrón de esta capilla D. Gabriel de la Torre, Capitán de Caballos, Caballero del hábito de Santiago, Maestre de Campo y sobrino del fundador”.

Según su relación de servicios, “sentó plaza de soldado para servir en el castillo de Gante el 22 de septiembre de 1610” (Archivo Histórico Nacional, E, 800), fecha que, de no contener algún error, nos obligaría a cuestionar la establecida para la muerte del maestre de campo Luis del Villar, a quien el citado Juan de Aranda sucedió en la castellanía de Gante. Dos años después (2 de octubre de 1612), pasó a la compañía de Juan de Vargas, del tercio de Íñigo de Borja, de la cual sería nombrado alférez en febrero de 1613, obteniendo una compañía (6 de febrero de 1615) en el tercio de Simão Antunes. Aunque no se cite en las apresuradas notas que tomé en su día, debió de mediar el preceptivo “suplimiento de servicios”, ya que se precisaban nueve años para alcanzar la graduación de capitán, cuando él no había llegado a cumplir todavía cinco. Sirvió dicho empleo en el frustrado asedio de Bergues-op-Zoom (1622) y en el cerco y conquista de Breda (1624-25), a las órdenes del maestre de campo Diogo Luiz de Oliveira, portugués como Antunes, y sucesor de éste en el Tercio Viejo de Infantería española de los estados de Flandes.

En septiembre de 1626 se le confió una compañía de caballos lanzas con la que asisitió al socorro de Brujas (1631), la defensa del Brabante (1635) y el desalojo de los franceses de los pasos del río Sambre (1636), como también, el mismo año, en las tomas de la Capelle (2-8 de julio) y de Châtelet (22-25 de julio), en territorio francés. A raíz de la última conquista, fue nombrado gobernador de la plaza, donde quedó al mando de un presidio de ocho compañías: la suya de caballos, cuatro de infantería valona y tres alemanas. El 13 de agosto de 1638, un poderoso cuerpo de ejército francés al mando del teniente general François du Hallier, después conde de L’Hôpital y mariscal de Francia, se presentó ante la plaza con intención de recobrarla. Lo consiguieron al tercer asalto (8 de setiembre), a costa de numerosas pérdidas humanas y de reputación, como recordaría el alférez cronista Lorenzo de Cevallos: “Esta fué una plaza de las que mejor se han disputado jamás, porque siendo un puño de tierra se defendió 26 días, haciéndole grandísimo daño al enemigo; y despues de haber resistido dos asaltos, al tercero los alemanes echaron las armas en tierra, con que entraron los franceses y degollaron a casi todos los españoles y valones que había dentro... Llevaron preso a D. Gabriel de Latorre, y le tienen en la Bastilla hasta ahora... Los franceses quedaron avergonzados con este suceso, pues habiendo tomado el Príncipe Tomás a Châtelet el año de 1636 en tres dias, y no perdiendo más que 4 hombres, ellos estuvieron 26 días y perdieron más de tres mil”. El príncipe Tomás de Saboya no pudo auxiliar a los sitiados porque, siguiendo órdenes del Cardenal Infante, debió acudir al socorro de Gueldres (Geldern).

Abandonado a sus propias fuerzas, Gabriel de la Torre protagonizó sobre aquel lugar, tan repetidamente tomado y reconquistado (1557, 1595, 1636, 1638, 1650, 1655 y 1676), su más numantina y prolongada defensa. Sucumbió finalmente, como ni él mismo podía ignorar que ocurriera, pero desorganizó al pujante ejército enemigo —que había sitiado en vano St. Omer y venía de conquistar Renty— y le obligó a tomar reposo en Picardía, aflojando su presión sobre la provincia de Artesia (Artois). Según Trim (2003), De la Torre no fue embastillado, sino que recibió un trato espléndido, siendo alojado en París en una mansión aristocrática. Fue liberado en 1640, pero bajo la condición de obligarse a regresar si el coste de su manutención, que montaba 4000 florines, no era pagado por el Rey. Citando fuentes de los Archivos Generales del Reino (S.E.G., leg. 2226), tales deudas fueron pagadas con cargo al presupuesto del ejército (4 de mayo de 1640) pero, en todo caso, su reincorporación fue anterior, dado que el 19 de abril del mismo año era promovido al empleo de maestre de campo del tercio de infantería española que tenía Jerónimo de Aragón y Tagliavia, hijo del II duque de Terranova, que recibió el mando de otro. En enero de 1641, fue recompensado con la importante castellanía de Lier o Lierre, que los españoles llamaban Lira. Sin embargo, la bibliografía genealógica belga (Jadin, 1952; Koller, 1974, etc.) ha venido reiteradamente confundiendo este gobierno con el de Juliers, capital de un antiguo ducado soberano del Imperio que, merced a la intervención española (1614-1621), pasó a poder de los duques de Neuburgo. Conservó dicho puesto hasta que el 18 de febrero de 1663 hizo entrega del mismo a Cristóbal de Berrio y Barrionuevo, partiendo enseguida a hacerse cargo del gobierno de Cambrai, su castellanía y la capitanía general del Cambresado, que fungió hasta su muerte, en febrero-marzo de 1667, tras haber testado en Cambrai el 23 de octubre de 1666, ante Nicolás Pierrison (Saltillo, 1953).

Había casado con Inés de Valdés, de cuyo matrimonio nacieron, Gaspar de la Torre (que sucedió en el señorio de Villamar, siguió la carrera militar y, tras servir en Flandes hasta finales del siglo, desempeñó la castellania de Gaeta, en Nápoles, donde falleció siendo brigadier de los Reales Ejércitos. Contrajo matrimonio con María Teresa Pardo, hija de Francisco Sánchez-Garrido Pardo y de Emerenciana Pardo de Peralta), Luis Ignacio de la Torre (también militar, que heredó el señorío de Bethléem), Gabriel de la Torre (religioso, que fue capellán de la capilla real y canónigo de St.-Géry. en Cambrai), María Francisca de la Torre (que casó con Jacques-Philippe du Bosch, barón de Meere y señor de Overham).

A la viuda se le reconocieron los sueldos vencidos y no devengados del marido el 19 de septiembre de 1667, ordenándose su liquidación “hasta quedar extinguido el alcance de lo debido” mediante dos pagos anuales con cargo a la tesorería militar. La deuda aún no había sido satisfecha en 1679, cuando hubo de quejarse al Rey por el retraso de los pagos acordados. Por ello, el 14 de diciembre de dicho año se ordenaba al marqués de Castel-Rodrigo “que se incluyesen dos pagas a la suplicante por pada pagemento a la Infantería española.” (Archivo Histórico Nacional, E, lib. 273).

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Secc. de Estado, 800 Relación de servicios del capitán de caballos lanzas Gabriel de la Torre, 17.X.1634; leg. 1268, apd. 1, Relación de servicios del coronel Cristóbal de Berrio y Barrionuevo, 1695; lib.271-D, fols. 160r-163r, Provisión del castillo de Cambray, vacante por haber muerto don Gabriel de la Torre, que lo servía, en don Juan de Monroy, 25.V.1667; lib. 273; Secc. Ordenes Militares, Santiago, exp. n.º 8109, Pruebas para la concesión del título de Caballero de la Orden de Santiago de Gabriel de la Torre y de Aranda, natural de Burgos, capitán de caballos en Flandes, 1635.

P. Orcajo, Historia de la Catedral de Burgos, dividida en tres partes. Burgos, Pascual Polo, 1845, pág. 52-53; A. J. Wauters, Histoire des environs de Bruxelles ou description historique des localités qui formaient autrefois l’ammannie de cette ville, t. III. Bruxelles, Ch. Wanderauwera, 1855, pág. 560 y 659; Carta de S. González al padre R. Pereira, 17.IX.1636 en “Cartas de algunos P.P. de la Compañía de Jesús sobre los sucesos de la Monarquía. Tomo I (1634-36)”, en Memorial Histórico Español: colección de documentos, opúsculos y antigüedades que publica la Real Academia de la Historia, t. XIII. Madrid, Imprenta Nacional, 1861, pág. 496; L. de Cevallos y Arce, “Relación del socorro que envió S.M. desde el puerto de La Coruña a los Estados de Flandes, año de 1637, [...] en la cual van escritas las campañas de el año de 1638 y 1639 [...] y la campaña de 1640 [...]”, en Colección de libros españoles raros o curiosos, t. XVI. Madrid, M. Ginesta, 1880, págs. 261, 264, 291; M. de Novoa, “Historia de Felipe IV, parte II”, en Co.do. In (Madrid, M. Ginesta), vol. 77 (1881), págs. 163 y 312; M. Lasso de La Vega, Marqués del Saltillo, Historia nobiliaria española (contribución a su estudio), t. II, Madrid, Maestre, 1951-1953, pág. 90; L. Jadin, Relations des Pays-Bas, de Liège et de Franche-Comté avec le Saint-Siège d’après les “Lettere di Vescovi” conservées aux archives vaticanes (1566-1779), Bruxelles, Institut historique belge de Rome, 1952, pág. 109; M. Basas Fernández, El consulado de Burgos en el siglo xvi. Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1963, pág. 80; F. Koller, Gens de chez nous dans les divers ordres de chevalerie sous l’Ancien Régime, Dison, Lelotte, 1974, pág. 229; J .L. Sánchez Martín, “Châtelet, escenario olvidado de memorables gestas españolas”, en Researching & Dragona, vol. I, n.º 1 (1996), págs. 4-15; D. J. B. Trim (ed), The Chivalric Ethos and the Development of Military Professionalism, Leiden, Brill Academic Publishers, 2003, pág. 263.

 

Juan Luis Sánchez Martín