Ayuda

Baltasar Cárcer de Ferrera

Biografía

Cárcer de Ferrera, Baltasar. Cataluña, f. s. xvi – Flix (Tarragona), 4.IX.1650. Político y militar.

Hijo de Gaspar Gabriel Cárcer y de Caterina, per­tenecientes a una familia barcelonesa de mercaderes oriunda de Cervera que ostentó la ciudadanía hon­rada y en la que destacaron Cristófol de Cárcer, alfé­rez de Almenara en 1643, cuando cayó en poder de Felipe IV, y también Rafael Cárcer, veguer de Barce­lona (1644), representante de la Diputación del Ge­neral (1649) y espía de Juan José de Austria durante el asedio final de Barcelona de 1652.

Baltasar Cárcer pertenecía al Brazo Real, y en esa ca­lidad asistió a las principales juntas prerrevolucionarias. En verano de 1639 participó en la campaña militar de Salses (1639) integrado en las compañías del virrey conde de Santa Coloma sin embargo, acaecida la revolución política a raíz de la revuelta del Corpus de Sang en junio de 1640, se alineó sin reservas con la Diputa­ción revolucionaria. A finales de agosto formó parte de la embajada al virrey para protestar sobre los arrestos que Juan de Garay efectuaba en Perpiñán y por el la­mentable estado en que el ejército real tenía a aquella ciudad, y también participó activamente en las Juntas de Braços, máximo órgano revolucionario. Movilizada la capital catalana contra el ejército del marqués de Los Vélez, fue uno de los designados para acompañar al conseller en cap Joan-Lluís de Calders a la Ribera de Ebro donde inspeccionó todas las posiciones defensivas y elaboró un memorial para acabar de fortificar bien toda la comarca; también acudió capitaneando una compañía en el tercio de Santa Eulalia a Tarragona en diciembre de 1640. Replegados hasta Barcelona, tomó parte en la batalla de Montjuich, siendo uno de los tres sargentos mayores del tercio barcelonés, y más tarde tomó parte igualmente en el asedio de Tarragona (1641) asistiendo al conseller terç Pere-Joan Rossell.

Con posterioridad relegó su colaboración a asuntos políticos, hasta que en 1645 fue inculpado de ser uno de los cabecillas de la conspiración antifrancesa que sofocó el virrey francés conde de Harcourt, y huido de Barcelona se ocultó en el monasterio de Ripoll, siendo destituido y desinsaculado del cargo de oidor real (15 de mayo de 1646). Debió pasarse, sin duda, al bando hispánico, ya que figura entre las víctimas filipistas en la obra de Francisco Pascual de Panno. Ese mismo autor aseguraba que la muerte de Cárcer se produjo al cruzar el río Ebro, durante el asedio a Flix, donde a la sazón debía asistir.

Había desposado con Jerònima Çacosta de Castell­vell, enlace del que no tuvo descendencia, ni obtuvo tampoco las seis mil libras con que fue dotado. Su viuda contrajo segundas nupcias en junio de 1655 con el felipista Fabrici Pons de Castellví.

 

Fuentes y bibl.: Archivo de la Corona de Aragón, Ar­xiu Pablo de Sàrraga, caja n.º 140, camisa “Cárcer”; Relacio verdadera de lo que ha passat en lo siti de Almenar, y en la presa del castell, Barcelona, Pere Lacavalleria, 1643, fol. 3.F. J. Morales Roca, Próceres habilitados en las cortes del Principado de Cataluña, siglo xvii (1599-1713), vol. I, Madrid, Hidalguía, 1983, pág. 179; F. P. de Panno, Motines de Cata­luña, Barcelona, Curial, 1993, pág. 204; J. M.ª Sans i travé (dir.) y Ll. Cases i Loscos (ed.), Dietaris de la Generalitat de Catalunya, vol. V (1623-1644), Barcelona, Generalitat de Ca­talunya, 1999, págs. 730, 738, 751, 778, 1004, 1050, 1061, 1063, 1079, 1128, 1235, 1302, 1340; vol. VI (1644-1656), págs. 893 y 1258; J. Olivares i Berió, Viles, pagesos i senyors a la Catalunya dels Àustria. Conflictivitat social i litigació a la Reial Audiència (1591-1662), Lérida, Pagès Editors, 2000, pág. 303; M. Güell, El setge de Tarragona de 1641, Tarra­gona, Arola Editors, 2003, págs. 42 y 50; A. Simón i Tarrés (ed.), Cròniques de la Guerra dels Segadors, Barcelona, Funda­ció Pere Coromines, 2003, pág. 273 n. 153; N. Florensa i Soler y M. Güell, “Pro Deo, Pro Regi, et Pro Patria”, en La revolució i la campanya militar de Catalunya de 1640 a les terres de Tarragona, Barcelona, Fundació Salvador Vives Casajuana-Òmnium, 2005, págs. 95 y 103, n. 288 y 247.

 

Manuel Güell Junkert­