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Félix Muedra Miñón

Biografía

Muedra Miñon, Félix. Pamplona (Navarra), 7.I.1895 – ?, s. XX. Militar.

Hijo de un capitán de Infantería, ingresó en la Academia a los dieciocho años, al finalizar sus estudios, tras un breve destino, de menos de un año, en Bilbao, dedicó prácticamente toda su carrera militar a unidades africanas, entonces en permanente estado de guerra. Empezó en el Regimiento Expedicionario de Infantería de Marina, para seguir en diversas Unidades que operaban en la zona occidental del Protectorado y tomar su primer contacto con tropa nativa en la Policía Indígena; después de un breve destino en Logroño, volvió a África, al Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Larache n.º 4, que sería la unidad a la que casi continuamente uniría su vida. En esta etapa de campañas africanas, resultó herido y consiguió el ascenso a comandante por méritos de guerra; obtuvo, además numerosas condecoraciones, entre las que destaca una Cruz de María Cristina. Estuvo a las órdenes del entonces teniente coronel Mola en las operaciones de Dar-Akobba, sobre las que éste escribió un libro, relato de sus experiencias. Finalizada la Guerra en África, decidió perfeccionarse en la profesión haciendo el Curso de Estado Mayor.

El 18 de julio de 1936, le sorprendió en situación de disponible en Madrid, donde se presentó a las autoridades, siendo designado jefe de Estado Mayor de las columnas que operaban sobre Somosierra. Este mismo cargo de jefe de Estado Mayor, lo desempeñó en diversas grandes unidades a lo largo de la guerra. Hay que destacar que fue el jefe de Estado Mayor de la Columna que, operando en Extremadura debía cortar en dos la zona nacional, operación que nunca llegó a realizarse.

Dentro del Ejército Popular obtuvo por ascenso automático el empleo de teniente coronel y por méritos de guerra el de coronel.

En los momentos finales de la contienda, los comunistas le acusaron de colaborar con el enemigo, cosaque, al parecer, era cierta, pues consta que, desde finales de 1938, pasaba información al Ejército Nacional.

También protegió a diversas personas perseguidas por los milicianos.

Al finalizar la guerra, se presentó a las autoridades militares, siendo procesado, condenado a treinta años, pena que le fue conmutada por la de seis años y un día, causando baja en el Ejército.

 

Fuentes: Archivo General Militar (Segovia), Exps. personales.

 

Juan Ignacio Salafranca Álvarez