Mariano Miquel y Polo

Miquel y Polo, Mariano. Benicarló (Castellón), 10.XII.1787 – Saelices (Cuenca), 26.XI.1857. Militar, brigadier de Ingenieros.

Fue cadete del Regimiento de Infantería “América” de guarnición en Castellón de la Plana, estudiando las matemáticas por su cuenta. El 9 de enero de 1809 era destinado, en calidad de agregado, al 2º Batallón de Zapadores, con el que estuvo integrado, participando activamente en los Ejércitos de Aragón y Cataluña (en el marco de la Guerra de la Independencia) y más tarde en el de Valencia. En esta última ciudad se examinaba ante una junta de jefes y oficiales de Ingenieros, siendo aprobado y admitido en el Cuerpo, con fecha 30 de julio de 1810. Hecho prisionero en 1812 (había ascendido a capitán primero el 31 de diciembre de ese año), en la citada plaza de Valencia al capitular la ciudad, era conducido a Francia de donde se fugaba en 1813, volviendo a presentarse en su unidad de origen. En 1814 era nombrado comandante de la plaza de Peñíscola.

En 1821 estaba destinado en la Dirección Subinspección de Ingenieros de Aragón, y al producirse en España la entrada del ejército llamado de los “Cien mil Hijos de San Luis” para reponer a Fernando VII en el absolutismo, se puso del lado de los “realistas”. Fue recompensado por su valor en la acción de la villa de San Mateo en 1823, con la Cruz de San Fernando de 1ª clase, concedida por Real Cédula de 27 de abril de 1838.

Durante la Primera guerra Carlista (1833-1840) fue promovido a teniente coronel de Ingenieros el 11 de mayo de 1834, siendo nombrado mayor general de Ingenieros del Ejército del Centro en marzo de 1836 y ascendido a coronel del Cuerpo el 30 de marzo de 1838. En el transcurso de la contienda civil, tomó parte en numerosas acciones, en una de las cuales, la de Chiva (1839), se le concedió otra Cruz de San Fernando de 1ª clase, por Real Cédula de 27 de marzo de 1840. Ocupó, además, el cargo de gobernador militar y político de Teruel donde llegaría a ser comandante general. Tras la guerra, fue designado jefe de la Comandancia del Cuerpo de Ingenieros de Madrid y posteriormente de la de Valencia.

En 1845 se le designaba como senador del Reino vitalicio, aunque ya antes lo había sido electo por la provincia de Castellón de la Plana, cargo que ejerció hasta 1846, en el que era destinado al Museo de Ingenieros, siendo promovido a Brigadier del Ejército el 10 de octubre de 1846. Como director del mismo, introdujo notables progresos en la institución, aumentando notablemente sus fondos, que distribuyó en salas con nombres de Ingenieros Ilustres y añadiendo nuevos departamentos, como los Gabinetes Tecnológico Topográfico.

En 1847, por una Real Orden de fecha 30 de agosto, se le nombraba juez fiscal (sin perjuicio de su destino en el Museo) para el juicio contradictorio que debía seguirse para la posible concesión, al entonces único Regimiento de Ingenieros, de las Corbatas de la Real y Militar Orden de San Fernando, en razón a los méritos contraídos por esa unidad durante las guerras de la Independencia y la primera Carlista. En el dictamen fiscal, suscrito por el acreditado brigadier y senador del reino, D. Mariano Miquel y Polo, nos ofrece las pruebas más convincentes de los heroicos servicios prestados por el Cuerpo durante la expresada “guerra civil”, puesto que es un extracto de la copiosa reunión de documentos inscritos en el proceso visto y fallado por el Tribunal supremo de Guerra y Marina en junio de 1847.

En 1849 era destinado como director subinspector de Ingenieros de las Posesiones en África y el 21 de diciembre de 1852 ascendía a brigadier de Ingenieros y destinado a la Dirección Subinspección del Cuerpo en las Islas Baleares, de donde pasaba en 1854 a la de Valencia, que sería su último destino.

Además de las dos cruces de San Fernando citadas, y de otras condecoraciones, era Comendador y Gran Cruz de la Orden Americana de Isabel la Católica, y estaba en posesión de la Cruz y Placa de la Real Orden de San Hermenegildo, de dos Cruces al Mérito Militar, blancas y era Benemérito de la Patria y Senador por designación real (1845).

Realizó, durante la primera Guerra Carlista, una importante obra cartográfica en el Maestrazgo: Huesca, Barbastro, Artasona, Almodóvar del Campo, Plasencia de Jalón, Ayerbe, Zuera y Alquézar.

Obras de ~: Memoria sobre la sublevación del Este del reino de Valencia y facción de Morella, 1834; Memoria dirigida al Exmo. Sr. General en Gefe del Ejército del Centro, Zaragoza, 2 de mayo de1837 (mss.); Errores políticos del día, Madrid, Imprenta Viuda de Sanchiz e Hijos, 1848.

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Exps. Personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1811-1845; El Militar español: periódico científico y literario, dedicado á promover los intereses del Ejército y de la Armada, 1846; P. Madoz, Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar; t. I, Madrid, 1847; Juicio Contradictorio para la concesión al Regimiento de Ingenieros de las Corbatas de la Real y Militar Orden de San Fernando, Madrid, Imp. del Memorial de Ingenieros, 1847; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, M. Tello, 1876; H. de Saleta y Cruxent, Glorias Cívico-Militares del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, para lectura y enseñanza de las clases y soldados de los Regimientos del Arma, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1890; Índice analítico del Memorial de Ingenieros desde el año 1846 al 1920, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros del Ejército, 1925; . Vicente de Cadenas y Vicent, Caballeros de la Orden de Santiago que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XIX, Madrid, Hidalguía, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.º 63-66 (2001-2002); A. Faus Prieto, “Cartografía de la primera guerra carlista. Planos del frente del maestrazgo del capitán Manfredo Fanti (1837-1840)”, en Saitabi: revista de la Facultat de Geografia i Història, 66 (2016), págs. 141-162.