Ortiz, Alonso. Toledo, s. m. s. xv – 1507. Historiador, liturgista y canónigo.
Nació en una familia conversa. Era hermano del canónigo Francisco Ortiz el Nuncio, y más joven que él, pues era hijo de la segunda esposa del padre. Sus relaciones nunca fueron muy cordiales entre ambos dada la psicología pacífica de uno y la vida un tanto turbulenta del otro. Era hermano también del canónigo Nicolás Ortiz.
Desde muy joven fue una persona seria y estudiosa y pronto dedicó sus esfuerzos al servicio de la Iglesia.
Muy pronto obtuvo una ración en la Catedral de Toledo, con cuyas rentas probablemente se costearía los estudios. En 1467 siendo bachiller en Derecho, fue nombrado párroco de Nombela. Frecuentó la Universidad de Salamanca, donde adquirió una sólida formación, alcanzando el doctorado in utroque jure. Muy joven todavía, el 18 de septiembre de 1473, optó a una canonjía en la Catedral de Toledo, pero el Cabildo, en condiciones de dudosa legalidad, hizo colación de ella en Juan Morales, un poderoso y bullicioso hombre de iglesia típico de aquel tiempo, que era ya deán en la Catedral de Sevilla.
Después de cinco años de pleito y lucha tenaz en Roma, y de tres sentencias favorables, consiguió la plaza controvertida, siéndole conferida el día 2 de febrero de 1478.
Ya en el seno del Cabildo, Alonso Ortiz se consagró por entero al estudio con una dedicación exclusiva a sus trabajos de compulsa de códices, a la adquisición de una biblioteca personal y a la composición de sus obras. Parece que pasó una temporada larga en Italia antes de 1470, pero fue su estancia en Roma entre 1473 y 1478 la que le puso en contacto con el humanismo cristiano, regresando a España impregnado de los nuevos ideales humanistas. A pesar de sus profundos conocimientos en Derecho, nunca ejerció la lucrativa profesión de jurista, sino que siempre se consideró teólogo. Fue un hombre modesto y laborioso, y no es exagerado afirmar que fue el mayor humanista e intelectual del último cuarto del siglo xv dentro de las filas del clero toledano. El cronista Münzer, después de visitar Toledo y de tener la suerte de que Alonso Ortiz le acompañase y le explicase la sacristía y los tesoros artísticos de la Catedral, escribió elogiando su persona: “Canónigo de la catedral, jurisconsulto y consumado poeta, cuyo gran saber se reflejaba bien en sus palabras”.
Sintió una vocación decidida por la liturgia. Estudioso de ella y buen conocedor de su estructura y espíritu pudo realizar el gran servicio de componer numerosos textos litúrgicos y de corregir las malas lecturas de los códices. Colaboró primero con el arzobispo Carrillo y después con el cardenal Mendoza.
Bajo este arzobispo parece que realizó la impresión de un Misal Toledano, pero, al resultar éste lleno de errores, hubo que recoger la impresión y destruirla.
El cardenal Cisneros le encargó posteriormente una nueva impresión del Misal Toledano, siendo realizada en Toledo por el editor Hagenbach en 1499.
Buen humanista, tuvo en alta estima los monumentos de la antigüedad española. Le era muy grato leer continuamente los códices, enmendar sus lecturas corruptas y ajustar los textos a la antigua pureza.
Durante el pontificado del cardenal Cisneros, y por encargo suyo, realizó también la impresión del Misal Mozárabe en 1500, y del Breviario Mozárabe en 1502.
Además de su labor como liturgista, Ortiz fue un excelente escritor en latín y castellano, aprovechando el vehículo de la imprenta para dar a conocer sus trabajos. Polemizó con el protonotario Juan Rodríguez de Lucena, en una obra teológica, que apoyaba la postura de los Reyes en la candente cuestión de los conversos ante la Inquisición, y escribió un Tratado de la herida del rey, en forma de carta consolatoria a la Reina, con motivo de la agresión sufrida por Fernando el Católico en Barcelona. Poseyó la mejor biblioteca de Toledo en su tiempo con novecientos noventa y ocho volúmenes, algunos de ellos manuscritos. La donó a la Universidad de Salamanca y hoy día se conservan muchos de sus libros con su firma autógrafa. Fundó en la Catedral Primada la capilla de Santa Marina, que se edificó a principios del siglo xvi.
Murió en 1507 y fue enterrado, junto a su madre, en la capilla de Santa Marina, que él mismo había fundado.
Bibl.: J. M. Martín Patino, “El Breviario Mozárabe de Ortiz”, en Miscelánea Comillas, 40 (1963), págs. 205-297; J. Vives, “Ortiz, Alonso”, en Q. Aldea Vaquero, T. Marín Martínez y J. Vives Gatell (dirs.), Diccionario de Historia Eclesiástica de España, vol. III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto Enrique Flórez, 1973, págs. 1843-1844; A. Fernández Collado, La Catedral de Toledo en el siglo xvi. Vida, arte y personas, Toledo, Diputación Provincial-Universidad de Castilla-La Mancha, 1999; M.ª J. Lop Otín, El cabildo catedralicio de Toledo en el siglo xv. Aspectos institucionales y sociológicos, Madrid, Fundación Ramón Areces, 2003.
Ángel Fernández Collado
