Tourlón, Adrián. Holanda, ? – Lisboa (Portugal), 1702. Hombre de negocios de Carlos II.
Pertenecía a un grupo de mercaderes y hombres de negocios que establecidos en el norte de la Península se dedicaban a negocios mercantiles de importaciónexportación y se incorporó a las actividades financieras con la Monarquía a finales del reinado de Carlos II. Tenía casa en Madrid aunque se hallaba avecindado en Bilbao, donde ejerció como cónsul de los mercaderes franceses desde 1667, lo que denota su fuerte vinculación con comerciantes galos, afianzada por su matrimonio con una mujer de esa nacionalidad.
Desde Bilbao y tras un largo rodaje en el comercio lanero internacional decidió en 1688 entrar en el arrendamiento de un nuevo derecho sobre las lanas de exportación, el llamado “Derecho de extensión de la plata en las lanas y añinos” puesto en marcha por la Real Hacienda en 1686 que se hallaba asociado a la Renta General de Exportación de Lanas. Para tomarlo, envió al Consejo de Hacienda un arbitrio convincente en el que proponía cobrar el impuesto con más eficacia y rendimiento, desgajándolo de la Renta General, por entonces en poder de Manuel José Cortizos.
Para demostrar la eficacia de su propuesta ofreció 17.000.000 de maravedís de vellón por ella, aumentándola a 18.000.000 de maravedís al año siguiente. Una vez se ganó la confianza del Consejo de Hacienda con esta mejora hizo puja en la Renta General de las Lanas en 1691, ya con su hijo Adrián Antonio asociado a la firma. Elevando el precio del arrendamiento antecedente en 19.175.000 maravedís de vellón y se comprometió a aumentarlo cada año que permaneciera en su poder en 5.000.000 de maravedís. Anticipó además 60.000 escudos de plata en unas condiciones excepcionales: un 6 por ciento de interés (recordemos que lo normal era un 8 por ciento) y sin cobrar ningún tipo de porcentaje por la conducción de la moneda.
Ser arrendatario de una renta real le obligó a estar naturalizado y a trasladarse a la Corte dejando a su hijo en Bilbao. En 1693 realizó un “servicio” sin intereses de 4000 doblones de a dos escudos de oro en oro para que volviesen a unirse la Renta de la Extensión de la Plata con la General y no se pudiera admitir puja de mejora en una sin la otra. Esta condición obligaba al aspirante que la pretendiera, a tener un respaldo económico muy sólido. Finalmente, en 1698, Tourlón, con todos los derechos de las lanas en su poder, prorrogó el arrendamiento hasta 1702 mejorando su propia oferta.
A partir de 1693 también arrendó la renta de Puertos Secos de Castilla y Portugal por diez años y en 1696 los Millones de la ciudad de Segovia, los de Ocho Mil Soldados y los Derechos sobre las Velas también por diez años. Pero tras el estallido de la Guerra de Sucesión abandonó Castilla con destino a Lisboa en 1702, temiendo las represalias que pudiera acarrearle su origen holandés. Allí le sorprendió la muerte sin conseguir llegar a su tierra de origen que era lo que, al parecer, pretendía.
La Hacienda Real decretó entonces el secuestro de sus bienes que quedaron a partir de ese momento en manos de un administrador nombrado por el Consejo, Manuel de Herrera, que había entrado como administrador particular de la casa en diciembre de 1698 y que más tarde delegaría en su hijo José de Herrera. Éste actuó en nombre de la Real Hacienda desde 1702 a 1706 y desde esa fecha lo hizo directamente adueñándose de todas las dependencias que fueron de la Casa Tourlón.
Bibl.: C. Sanz Ayán, Los banqueros de Carlos II, Salamanca, Universidad de Valladolid-Junta de Castilla y León. 1989; Estado, Monarquía y Finanzas, Madrid, CEPC, 2004.
Carmen Sanz Ayán