Aguilar Rondón, Tomás de. ? p. m. s. xvii – s. m. s. xvii. Hombre de negocios de Felipe IV.
Era la cabeza visible de una casa de negocios en 1650. De origen converso portugués, mantenía dependencias con la Real Hacienda desde, al menos, la década anterior. En los años cincuenta su actividad se centró en el abastecimiento de grano para los ejércitos de Extremadura y en algunas provisiones de plata con destino a Flandes.
Los rendimientos de estos negocios le permitieron acceder a la titularidad de la Tesorería General de los Maestrazgos de las tres órdenes militares que controló por arrendamiento desde 1658 y tenía previsto retener hasta 1662. Las provisiones de dinero fuera de la Península no sólo le permitieron obtener licencias de saca de dinero y granos, sino algunos otros tratos preferenciales, como la condonación en el pago de ciertas medias anatas de juros que tenía en su poder. Mantuvo estrechas relaciones financieras con otras casas de negocios portuguesas, como la de Fonseca Piña o la de Sebastián Cortizos, que le declaraba acreedor prioritario en los años sesenta.
Casado con la hija de otro asentista judeoconverso, ambos cayeron presos en las cárceles de la Inquisición de Valladolid en 1659. Tras unos meses de incertidumbre, consiguió que la administración de su casa corriera a cargo de sus hermanos Alonso y García Aguilar Rondón, que residían en la Corte y que manejaron los negocios al completo a partir de 1660.
A pesar de la aparente incomunicación que sufrió Tomás de Aguilar en las cárceles inquisitoriales, mantuvo contacto con sus hermanos a través de terceros mediante correspondencia cifrada. También consiguió atemperar los efectos de los interrogatorios mediante medicinas narcotizantes, sobornos a su verdugo e incluso a miembros de más altas instancias destacados en los tribunales de Toledo y Cuenca. El proceso finalizó en 1664 con la pena de multa y destierro perpetuo. Se difumina de este modo la presencia de Tomás de Aguilar en el mundo de los negocios, pero sus hermanos prosiguieron la tarea hasta bien entrado el reinado de Carlos II.
Los “Rondones” como eran nombrados en la documentación del Consejo de Hacienda durante la década de los sesenta, realizaron asientos de provisión para el ejército de Extremadura al tiempo que añadían un nuevo administrador a la firma, Francisco del Baus y Frías. Implacables a la hora de hacer valer las cláusulas de sus asientos, embargaban carros y animales de tiro para no dejar de cumplir con los compromisos adquiridos en el abastecimiento de granos.
Su comportamiento generó quejas colectivas e individuales pero la Real Hacienda valoraba sus servicios, razón por la que no sufrieron amonestaciones formales.
A partir de 1674, Alonso de Aguilar Rondón asumió la dirección de la firma en solitario tras la muerte de su hermano. Mantuvo el arrendamiento de maestrazgos y los asientos de abastecimiento militar. Su casa se mantuvo activa hasta 1682.
Bibl.: J. Caro Baroja, Los judíos en la España Moderna y Contemporánea, Madrid, Istmo, 3 vols., 1978; C. Sanz Ayán, Los banqueros de Carlos II, Salamanca, Universidad de Valladolid- Junta de Castilla y León, 1989.
Carmen Sanz Ayán
