Nin Castellanos, Joaquín. La Habana (Cuba), 29.IX.1879 – 24.X.1949. Compositor, pianista, pedagogo y musicólogo.
Era hijo del oficial del Cuerpo de Caballería español Joaquín Nin y Tudó y de la cubana, oriunda de Camagüey, Ángela Castellanos Perdomo. En 1880 la familia se trasladó a España y fijó su residencia en Barcelona, ciudad en la que Nin Castellanos comenzó los estudios de Música, destacando por su inteligencia y aptitudes para la interpretación pianística, al punto de ser considerado un niño prodigio. Con sólo doce años de edad ofreció su primer concierto en el Teatro Lírico de Barcelona, recibiendo dos años después el título de profesor de Piano. A los dieciocho fue nombrado subdirector de la Insitució Catalana de Música, fundada por Joan Gay i Planella en Barcelona, hecho que le aproximó muy tempranamente al movimiento nacionalista musical, de gran fuerza en el territorio catalán debido al magisterio y la influencia de Felipe Pedrell.
Cuando aún no había cumplido veinte años regresó a Cuba y comenzó a relacionarse con el ambiente artístico de la isla, dándose a conocer como intérprete y profesor. El 8 de abril de 1902 se casó en La Habana con la cantante Rosa Culmell Vaurigard, cubana de nacimiento, pero de ascendencia franco-danesa. Tras su matrimonio viajó a Europa y se radicó en París, donde nació su hija Anaïs (1903). La Schola Cantorum parisina se convirtió en el centro más destacado de su actividad musical: ingresó en las especialidades de Canto gregoriano, Armonía y Contrapunto; tocó, a solicitud de Vicent d’Indy, que dirigía la institución en aquel entonces, el Concierto en re menor de J. S. Bach y posteriormente realizó la primera audición de un concierto de J. C. Bach, siendo el primero, según testimonio de su hijo Joaquín Nin-Culmell, que interpretaba obras para piano y orquesta de la familia Bach, las cuales eran relativamente poco conocidas por esos años. También en París recibió clases de perfeccionamiento pianístico de Moszkowski y fue nombrado profesor honorario de la Schola Cantorum, todo ello sin abandonar su actividad artística en giras de concierto por Europa y América, siendo común que la crítica reconociera su maestría como intérprete. Durante una de las estancias en La Habana de la familia Nin-Culmell, nació su segundo hijo, Thorvald (1905).
En 1908 se instaló en Berlín, donde mantuvo una estrecha relación profesional y de amistad con la pianista venezolana Teresa Carreño. En la ciudad alemana nació su tercer hijo, Joaquín (1908), y escribió su primer libro, Pro Arte (Berlín, 1909). Dos años después, en 1910, fue invitado a viajar a La Habana con la intención de crear un Conservatorio Nacional y una Sociedad de Conciertos y aunque tales propósitos no pudieron realizarse, sí fundó una Sociedad Filarmónica, impulsó la publicación de un Boletín Musical y se dedicó también a la interpretación y enseñanza del Piano. Volvió a Europa, residió esta vez en Bruselas, de cuya Universidad era profesor honorario, y escribió un nuevo libro bajo el título Ideas y comentarios (Bilbao, Publicaciones de la Revista Musical de Bilbao, 1912). La residencia en Bruselas se extendió cerca de tres años y, finalmente, Nin regresó a París donde trabajó intensamente como conferencista, crítico y ejecutante, mientras continuaba su labor como profesor de perfeccionamiento pianístico en la Schola Cantorum.
En 1939 regresó definitivamente a su país de origen. Trabajó en el Conservatorio Nacional, fue profesor en el Conservatorio Municipal de Música de varios músicos cubanos entre los que destacan César Pérez Sentenat, Alfredo Levy y Carmelina Santana Reyes. Escribió numerosos estudios sobre música, entre los que sobresalen sus ensayos sobre ética y filosofía del arte y otros artículos que fueron publicados por varias revistas europeas e hispanoamericanas, de las que destacan Guide Musical, de Bruselas: Monde Musical y Courrier Musical, de París, y Pro-Arte Musical y Musicalia, de La Habana. Fue jefe de redacción de esta última revista en su segunda época (1940-1946), cuando la publicación reapareció como Revista Bimestral de Arte y Crítica, bajo la dirección de sus fundadores María Muñoz de Quevedo y Antonio Quevedo, junto a José Ardévol como secretario de redacción; también en la década de 1940 colaboró con la Revista Conservatorio, que era el órgano de difusión del Conservatorio Municipal de La Habana.
Joaquín Nin Castellanos se encuentra entre los más relevantes intérpretes de la música española, por lo que fue conocido, sobre todo en Francia, como el “embajador de la música hispana”. Según señalaban los críticos y afirmaban los testimonios de sus discípulos, Nin poseía una sólida técnica pianística y trasmitía a sus interpretaciones una notable expresividad, dejando a un lado el virtuosismo que consideraba superficial e innecesario.
Como investigador realizó numerosos estudios relacionados con la música folclórica y dedicó sus esfuerzos a recuperar obras inéditas de música antigua, continuando así la línea de trabajo de Pedrell. Recreó y armonizó numerosas canciones folclóricas, lo cual constituyó la base de su obra Veinte cantos populares españoles para canto y piano, publicados por la Ediciones Max Eschig (MXE), en 1923. Fueron objeto de su interés como musicólogo y pianista las obras para clave de compositores ingleses, italianos, franceses, alemanes, así como las partituras españolas de teatro lírico y las piezas para laúd. Realizó trabajos de reconstrucción histórica de obras de autores franceses como Chambonniers, Couperin, Rameau y Daquin, entre otros. De su labor como investigador y musicólogo se derivaron varias ediciones, entre ellas las de 33 sonatas antiguas de autores españoles —que incluyen obras del padre Antonio Soler, Mateo Ferrer, Mateo Albéniz, Cantallops (Cantallos) y Blas Serrano—, revisadas, digitadas, comentadas y precedidas de un estudio histórico (Seize Sonates Anciennes d’Auteurs Espagnols [MXE, 1925] y Dix-sept sonates et piecès anciennes d’auteurs espagnols [MXE, 1928]); Siete cantos líricos españoles antiguos (MXE, 1926) y Siete canciones picarescas españolas antiguas (MXE, 1926), armonizadas y comentadas, para canto y piano; Clásicos españoles del violín. Diez obras de José Herrando (año 1750) (MXE, 1937), para violín y piano, con bajos realizados por Nin; Canto lírico antiguo de Esteve, armonizado para soprano y orquesta de cuerdas con timbales, y El jilguerito con pico de oro, de Laserna, canto lírico antiguo armonizado para soprano y orquesta.
Como compositor se le considera seguidor del estilo de Granados y Manuel de Falla en cuanto a realización formal y técnica, situándosele en una posición contraria, desde el punto de vista estético, a los postulados de otros creadores españoles como Adolfo Salazar, Frederic Mompou, Roberto Gerhard y Óscar Esplá. Su estilo compositivo se encuentra acorde con los postulados de la modernidad nacionalista de inicios del siglo xx, con la figura de Manuel de Falla y la música impresionista francesa como principal eje de atracción de su poética creativa. Trató de aunar en su obra la “autenticidad” y la “pureza” del folclore de distintas regiones de España, aludiendo en su música a elementos expresivos como la melodía, el ritmo y los modos tradicionales, sin renunciar a los conceptos de modernidad.
En ocasión del “milésimo concierto dado en París el 3 de febrero de 1939 por Joaquín Nin”, las Ediciones Max Eschig de esa ciudad ofrecieron un recuento de las obras y trabajos del compositor que dicha casa había dado a conocer, señalando además algunos de los sellos discográficos que habían difundido su música hasta entonces, entre los que se encontraban Odeón, Gramophone, Polydor, Columbia, Parlophone y Pathé; sumaba a ello una extensa lista de intérpretes de la obra del compositor como María Barrientos, Gertrud Strauss, Mischa Elman, Eva Gauthier, Gaspar Cassadó, Lydia de Rivera, Carolina Segrera, José Echániz y Ninón Vallin, por citar sólo unos pocos de una referencia que podría llegar a varios cientos. Sus trabajos y obras de música fueron reseñados y objeto de atención de importantes críticos que le fueron contemporáneos, como C. Krebs, W. Nager, Adolfo Salazar, Paul Nettl, José Subirá, Joaquín Turina y Eduardo López-Chavarri.
En su trayectoria profesional resulta significativo destacar que Joaquín Nin fue profesor honorario de la Schola Cantorum de París y de la Nueva Universidad de Bruselas; recibió, entre otras, las distinciones de caballero de la Orden de Isabel la Católica, y miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, Medalla de Honor de la Academia de Historia Internacional de París y caballero de la Legión de Honor de Francia; socio de honor de los Amigos de la Música y profesor de honor de los Amigos de la Música de Barcelona, miembro del jurado del Conservatorio de París y perteneció además a la Academia Nacional de Artes y Letras de Cuba.
Obras de ~: Veinte cantos populares españoles, voz y piano, MXE, 1923; Danza ibérica (En Sevilla una noche de mayo), piano, MXE, 1926; En el jardín de Lindaraja, violín, piano, MXE, 1927; Cadena de valses, piano, MXE, 1929; Canto elegíaco (vocalización) para mezzosoprano y orquesta, 1929; Cinco comentarios, violín y piano, MXE, 1929; Mensaje a Claudio Debussy, boceto sinfónico para piano, MXE, 1929; Segunda danza ibérica, piano, 1930; Diez villancicos españoles, voz y piano, MXE, 1932; 1830, Variaciones sobre un tema frívolo, piano, MXE, 1933; Le chant du veilleur, para mezzosoprano, violín y piano, MXE, 1937; Canto de cuna para los huérfanos de España, piano, MXE, 1939; Minué en estilo antiguo (“De Murcia”, “De Andalucía”, “De Castilla”), cuarteto de laúdes; Pregón cubano o Allá lejos, piano, 1940.
Escritos: Pro Arte, Berlín, 1909; Ideas y comentarios, Bilbao, Publicaciones de la Revista Musical de Bilbao, 1912.
Bibl.: H. Collet, L’Essor de la musique espagnole au XX siècle, París, MXE, 1929; Obras y trabajos de Joaquín Nin, París, MXE, 1939; C. Pérez Sentenat, Joaquín Nin, La Habana, Conservatorio Nacional, 1939; A. Ramírez, “Compositores cubanos de hoy: Joaquín Nin, Parte I y II”, en Carteles, La Habana, 1942, págs. 6-7; O. Mayer-Serra, Música y músicos latinoamericanos, México D. F., Atlante, 1947; J. Nin-Culmell, Joaquín Nin: Pro Arte e Ideas y comentarios, Barcelona, Dirosa, 1974; M. Sánchez, Orquesta Filarmónica de La Habana. Memoria 1924-1959, La Habana, 1979; A. V. Casanova Oliva, “Nin”, en E. Casares Rodicio (dir. y coord.), Diccionario de la música española e hispanoamericana, vol. VII, Madrid, Sociedad General de Autores y Editores, 2000, págs. 1039-1041; J. Nin-Culmell, “Nada envejece tan rápido como la vanguardia”, en Revista Residencia (Madrid, Residencia de Estudiantes), en www.residencia.csic.es/bol/num3/nin.htm.
Victoria Eli Rodríguez