Balcera, Mariano. ¿Potosí? (Bolivia), s. m. s. XVIII – p. t. s. XIX. Criollo, pintor neoclásico que floreció en Potosí a fines del siglo XVIII.
Muy pocos datos se poseen acerca de la vida de este pintor, a quien por la introducción de personajes históricos o la presencia de lugares potosinos en algunas de sus obras, se presume que fuera oriundo de la llamada Villa Imperial de Potosí.
Se documenta su presencia en Potosí a partir del año 1797, pintando para la iglesia mayor de Potosí, aunque se descubrió hace poco un cuadro suyo de 1787. Con su firma y la fecha 1798 existe otro cuadro titulado Santa Fortunata en su urna (Museo de la Casa de Moneda) al que J. Mesa y T. Gisbert (1977) califican de “desagradable”: la santa es un cadáver ya, una joven sin color, a quien se ha vestido con ropa fastuosa y brocateada, los pies desnudos llevan collares, “no expresa dramatismo barroco y sólo se preocupa de pintar detalles”. Otra obra suya, no fechada, identificada por Chacón (1973) en una colección particular, es una tabla (100 x 60 cm) pintada por ambos lados en uno se desarrolla el asunto de El taller de San José, mientras que por el otro lado se muestra la escena de Jesús encuentra a su Madre en el camino del calvario; en esta tabla aparece la identificación: “Balcera me fecit”. En estas dos pinturas J. Mesa y T. Gisbert (1977) han apreciado defectos de dibujo y perspectiva, mientras que, por el contrario, dicen: “el tratamiento de detalle en rostros, manos y actitudes es impecable”. Este matrimonio de catedráticos de Historia del Arte, Gisbert-Mesa, en una breve síntesis del arte en Potosí (1992) mencionan tan sólo como el cuadro más importante de Balcera una de las pinturas en tabla citadas, a la que ahora denominan: Cristo con la cruz a cuestas atravesando la plaza de Potosí, porque lo verdaderamente original de Balcera es que, en este camino al calvario, aparece un retrato fotográfico de la plaza potosina, teniendo por fondo la casa del Corregidor y la cárcel. “Sólo a un artista potosino podría parecerle natural poner a Cristo frente a su Madre. Cristo está dando la cara, como si tomase ese camino, al Cerro Rico”. Últimamente se ha descubierto otro cuadro firmado por Balcera (colección particular, Buenos Aires). Está fechado en 1787, representa a la Virgen de la Merced con tres donantes; éstos son Esteban de Villanueva y su esposa, y la lado una figura femenina pequeña (pudiera ser su hija). La textura es ya la de un cuadro neoclásico; hay corrección en la figura de María y el paisaje del fondo es interesante. En resumen, Balcera es un discípulo de relativa importancia, “ni mayor ni menor”, del gran pintor Melchor Pérez Holguín.
M. Chacón (1973) aduce un documento de 31 de diciembre de 1799 por el que “se anotó 140 pesos pagados al maestro pintor Balcera por la pintura de cuadros, pintura y coro de la Capilla” (de Nuestra Señora de Aránzazu, en la iglesia potosina de San Agustín). Nada sobre estos trabajos ha podido identificarse.
No debe confundirse este pintor con Francisco Balcera, perteneciente al siglo XIX, quien trabajó pintando en la iglesia de Santo Domingo (Potosí) durante los años 1822 a 1825, ya en la época de independencia. Pudiera suponerse, pero sin prueba alguna, que fuera hijo suyo.
Bibl.: M. Chacón Torres, Arte virreinal en Potosí. Fuentes para su historia, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1973, pág. 131; J. de Mesa y T. Gisbert, Holguín y la pintura virreinal en Bolivia, La Paz, Librería Editorial “Juventud”, 1977, págs. 63 y 247; “El barroco tardío del siglo XVIII en Perú y Bolivia”, en Summa Artis, Historia General del Arte, vol. XXIX, Arte Iberoamericano desde la colonización a la independencia (2.ª parte), Madrid, Espasa Calpe, 1992, págs. 564-565; J. M. Barnadas (dir.), Diccionario Histórico de Bolivia, vol. I, Sucre, Grupo de Estudios Históricos, 2002, pág. 248.
Fernando Rodríguez de la Torre
