Ayuda

Fernando Brambila y Ferrari

Biografía

Brambila y Ferrari, Fernando. Fara di Gedda d’Adda (Italia), 1763 – Madrid, 23.I.1834. Pintor.

Hijo de Francisco Brambila y de Antonia Ferrari, desde muy joven se dedicó a la pintura, oficio que desempeñaba en Milán cuando lo propusieron para su incorporación a la expedición de Alejandro Malaspina a fines de marzo de 1791. Su contratación fue un tanto fortuita, ya que la petición se hizo a Juan Ravenet, pintor parmesano que se apresuró a aceptar, y a Blas Martini, que, al rechazarla, permitió la inclusión del joven que ya era profesor de la Academia de Bellas Artes de Brera.

Tras un accidentado viaje en calesa desde Barcelona a la capital del reino, se traslada a Galicia. Después de algunas semanas, llegan a Veracruz tras una escala en La Habana. En la capital mexicana se les indica que deben dirigirse a Acapulco, donde se encuentran las dos corbetas, Atrevida y Descubierta, de la expedición comandada por Malaspina, para realizar una travesía científico-política que iba a durar de 1789 a 1794.

Una vez incorporado a la expedición, la misión encomendada al pintor italiano es la realización de vistas de los puertos más importantes visitados por las corbetas (así, Humatac, Palapa, Sorsogón, Manila, Macao, Zamboangan, Sidney, Parramata, Vavao, Lima, Buenos Aires y Montevideo). De estos lugares, Brambila realiza diversas panorámicas que otorgan una información precisa y amplia sobre su situación, sistema de defensas, monumentos, etc., material básico para conocer la vida y estado de aquellas ciudades en las postrimerías del Siglo de las Luces. Las pinturas que realizó Brambila en Lima debieron de agradar a las autoridades locales, ya que le propusieron trabajar en una escuela pública de dibujo de la capital peruana en cuanto acabase su misión, aunque el asunto no prosperó. De gran interés histórico resultó la serie de vistas que Brambila realizó de la ciudad de Manila a lo largo de los seis meses en que permaneció allí. En algunos casos, al decir de la profesora Carmen Sotos, estos dibujos reflejan la última imagen gráfica de una ciudad destruida en la Segunda Guerra Mundial.

Precisamente, en la isla de Luzón falleció Antonio Pineda, naturalista de la expedición, y le fue encargado a Brambila el diseño del túmulo que se erigió en memoria del científico.

En su visita a Australia, los perfectos dibujos de Brambila sirvieron a Malaspina para obsequiar a sus anfitriones ingleses. Algunas de las láminas del pintor italiano fueron enviadas a Inglaterra para que las autoridades británicas contemplaran el rápido desarrollo de la colonización en los alrededores de Port Jackson y en lo que más tarde fue Sidney.

Al regresar las corbetas a la Península en 1794, los pintores, al igual que otros miembros de la expedición, se afincaron en la Corte. El encarcelamiento del brigadier de la Armada tras su fallido complot contra Manuel Godoy no impidió que continuaran los trabajos de Brambila sobre la puesta al día de los dibujos realizados durante la expedición.

En 1799, en atención a sus méritos y a sus continuas reclamaciones, fue distinguido por Carlos IV con el título de “pintor arquitecto y adornista de su Real Cámara”. En el año 1800 contrajo matrimonio con Josefa Tami. De aquel enlace nació una única hija, Antonia, ya que Brambila enviudó joven.

Con motivo de la exaltación del cardenal Luis María de Borbón a prelado del arzobispado de Toledo, se encargó a Brambila, en colaboración con Gregorio Borghini, una gran portada en arco triunfal para colocarla en la Puerta del Perdón de la catedral. Cuando concluyó su obra, en febrero de 1801, valoró su trabajo en 90.000 reales. Comoquiera que el precio pareció elevado, se pidió parecer a otros artistas sobre el trabajo de Brambila. La última palabra la tuvo Francisco de Goya, quien valoró la obra de su compañero en la mitad de lo solicitado por el pintor italiano; éste aceptó el veredicto, no sin haber mostrado ostentosamente su disconformidad con la tasación a la baja de su obra.

En 1806, al entregar los definitivos dibujos de la expedición al director del Depósito Hidrográfico, Brambila tuvo problemas para cobrar su salario. A sus airadas protestas siguió una invitación para que se presentase al intendente de la Casa de Porcelana “para que enterándose de abilidad, diga si puede ser útil al establecimiento”. El 30 de mayo de 1806, los tres directores de la Casa de Porcelana rechazaron, muy amablemente, eso sí, el concurso del pintor lombardo.

No obstante, pronto encontró otro trabajo que realizar, al encargarse, en 1808, de dibujar en aguatinta los desastres causados por las tropas napoleónicas en Zaragoza, acompañado del pintor Juan Gálvez. Parte de estas láminas se publicaron en el Cádiz de 1812, ciudad en la que se había refugiado Brambila buscando cobijo ante el avance incontenible de las tropas napoleónicas.

Estas láminas contribuyeron mucho a popularizar los nombres de sus autores. En 1814 Branbila desempeña el cargo de director de Perspectivas en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y se le nombra, un año después, académico de mérito. En este período de tiempo, su actividad pictórica es notable, ya que trabaja en las obras de reparación que se llevan a cabo en el palacio de la Moncloa en 1816, según Ezquerra del Bayo, y, un año después, en las que se efectuan en la Casa de la Florida.

La obra artística del pintor lombardo también incluye una parte teórica, al ser autor de un Tratado de principios elementales de perspectiva. En 1821 se le encarga la realización de una serie de vistas de los Reales Sitios, tarea que le ocupa hasta su muerte.

Para su realización, el italiano se trasladó a vivir a cada uno de los lugares que debía pintar. En un principio, su trabajo transcurrió en el Real Sitio de San Ildefonso con la ayuda del pintor Rafael Tegeo.

Precisamente, en la Casita del Labrador de Aranjuez se pueden contemplar veintiocho óleos pintados en San Ildefonso que representan vistas generales, palacios, fuentes, ríos, cascadas, estanques y jardines, entre los que destacan dos paisajes nevados de gran valor artístico. De su estancia en San Lorenzo de El Escorial, en 1822, quedan una veintena de cuadros que abarcan desde panorámicas del monasterio hasta las numerosas dependencias que lo componen: iglesia, biblioteca, escalera principal, sacristía, panteón, patios, etcétera.

En 1826 renuncia a su empleo de director de Perspectiva de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, debido a que no podía atenderlo como quería por sus obligaciones como pintor de Corte y el encargo sobre las vistas de los Reales Sitios, que le obligaba a alejarse periódicamente de la capital; no obstante, continuó perteneciendo a ella como académico de mérito. Entre los años 1822 y 1829, la salud de Brambila se va deteriorando a pasos agigantados y es frecuente ver en su expediente personal la solicitud y concesión de licencias “para que pueda pasar a tomar las aguas y baños minerales de Trillo que le son precisos para recuperar la salud”.

Durante su estancia en Aranjuez, entre 1828 y 1829, realiza cuadros que se han convertido en la actualidad en estampas costumbristas de primer orden.

De este período se han inventariado otros veintiocho óleos que siguen la línea y la calidad de su obra anterior. De sus trabajos sobre Madrid, ciudad que pintó en numerosas ocasiones, así como de toda su obra pictórica en los reales sitios, queda constancia documental de gran parte de ellos en el archivo de Palacio. Según la profesora Sotos Serrano, se tiene constancia de que pintó dieciséis óleos, de los que doce pertenecían a la casa del Buen Retiro, vistas que fueron litografiadas, y cuatro al palacio de la Moncloa.

En 1832 apareció su Colección de vistas de los Sitios Reales, compendio del trabajo de aquellos últimos años. La colección constaba de ochenta y ocho vistas, todas firmadas por Brambila, excepto una; fue puesta a la venta a razón de cincuenta reales el cuaderno de cuatro estampas. De esta colección se hicieron dos tiradas, una en blanco y negro y otra en colores.

En el mes de agosto de ese mismo año, el artista otorga en Madrid testamento, por el que nombra a su hija Antonia heredera universal de sus bienes. En un certificado de la iglesia de San Martín se afirma que Fernando Brambila, de setenta y un años de edad, pintor de cámara de Su Majestad, “falleció en veinte y tres de enero de 1834”, en su domicilio en la calle madrileña de Amaniel.

 

Obras de ~: Tratado de principios elementales de perspectiva, que publica la Real Academia de San Fernando para uno de sus discípulos. Ordenado por el Director de esta Arte y del Adorno D. Fernando Brambila, Madrid, Ibarra, Impresor de Cámara de S. M., 1817; Colección de treinta y dos láminas tituladas Ruinas de Zaragoza, grabadas al aguafuerte por D. Fernando Brambila, Cádiz, 1812; Colección de vistas de los Sitios Reales / litografiadas por orden del Rey de España / el Sr. D. Fernando VII de Borbón / en su Real Establecimiento de Madrid, Madrid, Imprenta Real, 1832.

 

Fuentes y bibl.: Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, leg. 41 y Libro de Juntas Particulares de 1814 a 1834; Archivo General de Palacio (Madrid), Expedientes personales, caja 140, exp. 57: D. Fernando Brambila / Testamentaría de Fernando VII, ts. I y II, diversos fols.; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Clero, leg. 7217/3, papeles de la catedral de Toledo.

J. Ezquerra del Bayo, El palacete de La Moncloa, pasado y presente, Madrid, Espasa Calpe, 1919; H. Arredondo, “Fortificaciones de Montevideo. El Portón de San Pedro”, en Revista del Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay (Montevideo), 2 (1927); J. Torre Revelló, Los artistas pintores de la expedición Malaspina, Buenos Aires, Casa Jacobo Peuser, 1944; L. Díaz Trechuelo, Arquitectura española en Filipinas (1565-1800), Sevilla, Escuela de Estudios Hispanoamericanos, 1959; B. del Carril, Monumenta Iconographica, Buenos Aires, Emecé, 1964; A. Gallego, “Catálogo de los dibujos de la Calcografía Nacional”, en Academia (Madrid), 40 (1975), págs. 36-39; M. Ossorio y Bernard, Galería biográfica de artistas españoles del siglo xix, Madrid, Giner, 1975; M.ª del C. Sotos Serrano, Los Pintores de la Expedición de Alejandro Malaspina, Madrid, Real Academia de la Historia, 1982, 2 vols.; M. C. García Sáiz, “Reflexiones ante la imagen gráfica de la Expedición Malaspina”, en La Expedición Malaspina 1789-1794, Madrid, Lunwerg, 1984; A. Malaspina, Diario de viaje, ed. de M. Palau, B. Sáiz y A. Zabala, Madrid, Museo Universal, 1984; M. D. Higueras Rodríguez, Catálogo crítico de la Expedición Malaspina (1789-1794) del Museo Naval, Madrid, Museo Naval, 1985-1994, 3 vols.; D. Manfredi, “Un artista franco-parmense nella Spedizione Malaspina: Giovanni Ravenet”, en Archivo Storico per le Province Parmesi (Parma), XLI, n.º 4, (1989), págs. 385-405; V. González Claverán, La expedición científica de Alejandro Malaspina en Nueva España, México, El Colegio de México, 1993; P. Barber, “Malaspina and George III. Brambila and watling three rediscovered drawings of Sydney and Parramatta”, en Malaspina ’92. Jornadas Internacionales, ed. de M. Palau y A. Orozco, Cádiz, Real Academia Hispanoamericana, 1994, págs. 358-371; E. Soler Pascual, “Fernando Brambila, pintor de Cámara de Carlos IV”, en E. Giménez, M. A. Lozano y J. A. Ríos (eds.), Españoles en Italia e Italianos en España. IV Encuentro de Investigadores de las universidades de Alicante y Macerata, San Vicente del Raspeig, Universidad de Alicante, Secretariado de Cultura, 1996, págs. 27-39.

 

Emilio Soler Pascual

Personajes similares