Ibarra, Francisco de. Estella (Navarra), s. XVII – Lima (Perú), 1693. Maestro albañil y alarife de Lima (Perú).
Son desconocidos documentalmente los primeros años de la vida del maestro Ibarra. En su testamento –practicado en Lima (Perú), el 6 de julio de 1693– declaraba ser “natural del Guipúzcoa, en los reinos de España”. Sin embargo, en otro registro de 1630, detalló ser natural “de Estella, en el reino de Navarra”.
Casado con Teodora Álvarez, fue vecino, al menos desde 1630, de Lima, ciudad en la que residió y trabajó hasta su fallecimiento. Está documentada su labor en la capital virreinal desde el 24 de enero de 1630, cuando realizó un obraje para Antonio de Ribera. Al año siguiente registró, el 12 de septiembre de 1631, un compromiso con el mercader Juan Doblado de Solís para hacer una acequia de cal y ladrillo en su casa y, posteriormente, la traza de tres casas. A partir de este momento sus trabajos se sucedieron con continuidad, especialmente los referidos a la arquitectura doméstica de la capital. En enero de 1632, se concertó con Florencia Niño de Guzmán para hacer algunos paneles y ventanas en su casa y, el 3 de abril, con Alonso de Hita para realizar la albañilería en unas viviendas y tiendas. El mismo año, en mayo, estuvo preso en la cárcel al haber quitado el agua de una acequia, perjudicando a un vecino. El maestro Clemente de Mansilla pagó la fianza necesaria para liberarle. El 21 de abril de 1635, se comprometió con Fernando Cuadrado para hacer la acequia de su casa. Al año siguiente, concertó la obra de un tajamar en el río.
Realizó varias obras en la Iglesia del Hospital de San Andrés, cobrando sus trabajos, en agosto de 1640. El 15 de marzo del año siguiente, concertó con Juan de Escalona ciertas labores para sus casas.
En mayo de 1643, una confirmación documental le relaciona con su suegro, Juan Díaz de la Verja, aunque se desconozcan otros datos de sus relaciones familiares. Por esa época, fue maestro encargado de las fortificaciones del puerto del Callao. En 1651, como maestro de fábricas, preparó –junto al maestro Juan Pérez Pastor– unos tajamares para amortiguar el impacto de las olas en los lienzos murarios.
El 14 de junio de 1648, concertó la cubierta de la capilla de la Santa Cruz de Jerusalén, en la huerta del Monasterio de la Encarnación; y el 1 de agosto, la construcción de la celda de una religiosa en el mismo monasterio.
A finales de 1652, firmó contrato con la abadesa fundadora del Monasterio de Santa Catalina de Sena para levantar una cerca en la huerta. A comienzos del año siguiente, otorgó carta de pago al depositario general de la Corte por unos aderezos menores ejecutados para unas viviendas. En febrero, cobró de Juan de Nolete el precio estipulado por una celda del Monasterio de Santa Catalina. En mayo, participó –junto a los maestros Pedro Miguel y fray Diego Maroto– en el reconocimiento de los reparos del claustro del citado monasterio. También se encargó de la celda para la hija de Micaela de la Masa, en la Concepción, y de la reparación de las casas de Juana de Moya, dañadas por el temblor de julio de 1655.
Desde 1655 fue nombrado alarife de Lima, cargo que ostentó hasta 1680, encargándose de numerosas obras públicas de la ciudad.
En octubre de 1656, alquiló al presbítero Juan Bautista de Fez una casa y su huerta, para usarlas de adoberas durante dos años. Mientras, alternó la realización de obras menores con algunas de cierta importancia. El 16 de septiembre de 1657, extendió carta de pago al mayordomo del Hospital de Santa Ana por 132 pesos que importó la fábrica de una pared medianera. El 3 de diciembre, concertó con fray Diego de Alfaro una capilla en la Iglesia de San Juan de Dios.
Mantuvo buenas relaciones con el maestro Juan de Egoaguirre, de quien fue fiador, en marzo de 1658, para una obra desconocida que llevó la traza del maestro Maroto. El 20 de agosto del mismo año, concertó la reconstrucción del arco toral y el arco del zaguán de la Iglesia y Casa de los Niños Huérfanos; a la que siguió la obra de albañilería en las salas de fundición y de cuño de la Casa de la Moneda, según el compromiso firmado, el 7 de septiembre, con el tesorero Juan de Figueroa.
Fue nombrado por el alarife Maroto tasador de las obras realizadas en la Inquisición, actuando como tal desde el 17 de agosto de 1661. El 6 de septiembre, otorgó carta de pago a Luis Félix de Larainaga por la obra concertada para una celda que estaba levantando en la Encarnación, para Juana de Cabezas. El 8 de diciembre, recibió de Francisco Granados el resto del pago por unas viviendas realizadas.
A lo largo de su dilatada carrera profesional debió tener un amplio taller. El 24 de septiembre de 1664, acogió en su casa como aprendiz del oficio al mulato libre José Antonio Morales y, al año siguiente, a Juan Márquez.
En 1665, firmó el plano de la Iglesia del Sagrario en apoyo del trabajo de Maroto. En mayo, recibió el pago de la religiosa Josefa Izaguirre, a cuenta de una celda en la Encarnación. El 29 de julio, se le adjudicó la obra de los tajamares del río, junto al Convento de Santo Domingo.
Se ocupó de la cañería de agua de la Recoleta de Belén, desde abril de 1668; siendo fiador de la obra el maestro Domingo Alonso. El 20 de febrero de 1670, fue fiador de Diego de Mondragón para la obra de la zanja de la caja de agua.
El 13 de enero de 1671, participó en la tasación de unas casas del Colegio de San Pedro Nolasco. Al año siguiente, consiguió la adjudicación de la obra de las casas de Sebastián de Atienza, proyectadas por Maroto. En diciembre de 1675, pagó una fianza a favor del maestro Escobar, preso en la cárcel pública por una deuda laboral.
De la década de los 80 sólo se conoce un trabajo, el de la cañería para las pilas de agua en la Encarnación y de la Santísima Trinidad, el 3 de agosto de 1681. En octubre, otorgó carta de pago al depositario general de la Corte por las casas, esclavos y otros bienes que recibió tras ganar un pleito. En 1682, la abadesa de la Encarnación le propuso como tasador en las obras realizadas por el maestro Escobar.
No se conoce otro dato hasta el 6 de julio de 1693, cuando realizó testamento, debiendo morir poco después.
Obras de ~: Obraje para Antonio de Ribera, Lima, 1630; albañilería de las viviendas de Juan Doblado, Lima, 1631; casas de Florencia Niño de Guzmán, Lima, 1632; viviendas para Alonso de Hita, Lima, 1632; acequia de Fernando Cuadrado, Lima, 1635; tajamar, Lima, 1636; albañilería del Hospital de San Andrés, Lima, 1640; albañilería de las casas de Juan de Escalona, Lima, 1641; obras en la murallas y tajamares, Callao, 1649-1651; cubierta de la capilla de la Santa Cruz de Jerusalén en la Encarnación, Lima, 1648; celdas en la Encarnación, Lima, 1648, 1661 y 1665; cerca y celdas en el Monasterio de Santa Catalina de Sena, Lima, 1652-1653; celda en la Concepción, Lima, 1653; reparación de las casas de Juan de Moya, Lima, 1655; capilla en la Iglesia de San Juan de Dios, Lima, 1657; arco toral y zaguán de la Iglesia y Casa de los Niños Huérfanos, Lima, 1658; albañilería para la Casa de la Moneda, Lima, 1658; albañilería en las casas de Francisco Granados, Lima, 1661; tajamares, Lima, 1665; cañería de la Recoleta de Belén, Lima, 1668; albañilería de las casas de Sebastián de Atienza, Lima, 1672; cañerías de la Encarnación y de la Santísima Trinidad, Lima, 1681.
Bibl.: E. Harth-Terré, Artífices en el Virreinato del Perú, Lima, Imp. Torres Aguirre, 1945, pág. 215; G. Lohmann Villena, Las defensas militares de Lima y Callao, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1964, págs. 110, 123; R. Vargas Ugarte, Ensayo de un diccionario de artífices de la América Meridional, Burgos, Imp. Aldecoa, 1968, pág. 246; J. Bernales Ballesteros, Lima, la ciudad y sus monumentos, Sevilla, Escuela de Estudios Hispano-Americanos, 1972, pág. 207; A. San Cristóbal Sebastián, “Los alarifes de la ciudad de Lima durante el siglo XVII”, en Laboratorio de Arte (Universidad de Sevilla), nº 6 (1993), págs. 129-155; Fray Diego Maroto, alarife de Lima, 1617-1696, Lima, Epígrafe, 1996, pág. 228; Manuel de Escobar, alarife de Lima, (1640-1695), Lima, Universidad de San Martín de Porres, 2004, pág. 288; La casa virreinal limeña de 1570 a 1687, Lima, Fondo editorial del Congreso del Perú, 2004, pág. 748.
María Dolores Crespo Rodríguez
