Guillorme, Manuel Antonio. La Rioja, ú. t. s. xviii – ?, p. s. xix. Retablista.
Nacido probablemente en Arnedillo o Herce (La Rioja), donde su padre, Pedro Antonio Guillorme, mantuvo durante mucho tiempo la residencia familiar, siguió su mismo oficio de maestro de obras yarquitecto de retablos, y desarrolló su actividad por todo el ámbito diocesano (especialmente la Rioja Baja y el valle de Ocón) en las últimas décadas del siglo xviii y primeras del xix. Colaborador habitual de su padre, con el que se inició en la profesión desde muy joven, el momento que le tocó vivir no podía ser más favorable. “Maestro hábil y reconocido por la Academia de las Tres Nobles Artes de San Fernando”, al igual que su padre, rompiendo de ese modo y por imperativos legales con los moldes de formación tradicionales, su sintonía con los modelos madrileños en boga lo convierten no sólo en uno de los intérpretes regionales más cualificados en el manejo de los esquemas neoclásicos, sino en la alternativa autóctona a toda esa larga nómina de canteros de origen vascongado que, tomando como fuente de inspiración los modelos prodigados por Juan Bautista Arbaizar e Ignacio de Elejalde, iban, poco a poco, perdiendo protagonismo condicionados por distintas realidades.
Experto en soluciones de ladrillo, pero sin descuidar tampoco las estructuras en piedra o las querencias barroquizantes de sus antecesores, tan arraigadas en la zona, la confianza de las autoridades religiosas y los terremotos que sacudieron a La Rioja en 1817, dejando tantos templos y edificios particulares afectados (especialmente en el valle de Ocón), lo hicieron intervenir a lo largo de su vida en numerosos lugares de la geografía regional.
En 1790 daba traza y condiciones para alargar la iglesia y construir una torre nueva en la iglesia de Los Molinos de Ocón. Dos años después, y en compañía de su padre, realizaba profundas reformas en la iglesia de Pradillo siguiendo su propio proyecto, en el que quizá quedara ya contemplado el diseño del retablo mayor, a falta de ligeros reajustes. Un poco más tarde aparecía en Santa Lucía de Ocón para hacerse cargo de distintos cometidos en la iglesia, afincándose definitivamente en esta localidad por su excelente situación.
El 20 de agosto de 1792 ajustaba, en compañía de su padre, la construcción del chapitel para la torre de la iglesia de Laguna de Cameros, localidad que ambos conocían muy bien al haber intervenido su padre en el reconocimiento de la ermita de Santo Domingo de Silos. El 25 de octubre de 1798, avalado una vez más por su padre, se obligaba a construir una iglesia de nueva planta para la aldea de Santa Eulalia de Herce o Bajera, de acuerdo con su propia traza y condiciones.
Obras de ~: Reforma de la iglesia, Pradillo (La Rioja), 1792; Iglesia, Santa Eulalia Bajera (La Rioja), 1798.
Bibl.: J. M. Ramírez Martínez, Torres y Conjuratorios, Oyón (Álava), Argraf, 1988.
José Manuel Ramírez Martínez
