Segura, Alfonso. Villarrodrigo (Jaén), c. 1486 – ?, 1530 post. Humanista.
Pocas cosas se sabe con certeza sobre este joven aficionado a los studia humanitatis y discípulo del humanista siciliano Lucio Marineo Sículo. Cuando en julio de 1508 Alfonso Segura conoció al humanista siciliano en Zaragoza, decidió al punto convertirse en discípulo suyo y, a la imagen de otros modelos de la Antigüedad, cimentar esa relación en un continuo intercambio de cartas. Esas misivas, publicadas dentro del epistolario del italiano (los Epistolarum familiarium libri XVII, Valladolid, 1514) son las que, precisamente, nos permiten conocer algunos datos sobre su vida; de hecho, de no ser por esas cartas, su nombre habría quedado posiblemente en el olvido. Así, se sabe que Alfonso nació alrededor 1486, pero no sabemos nada de su familia ni de su verdadero apellido, porque Segura es en realidad un sobrenombre o apodo tomado de la villa de Segura de la Sierra, enclave cercano a su pueblo: para él, Segura era un nombre “más noble, más suave y más breve” (ep. IV 10). En la ep.
X, cuenta que, tras iniciar sus estudios en su tierra natal, se trasladó a Alcalá de Henares, donde siguió las enseñanzas de Hernando Alonso de Herrera, catedrático de Retórica de dicha universidad, y de Alfonso de Isla (ep. XV 5 y XVI 5), profesor de Gramática del que sólo se tienen algunas noticias indirectas. Fuera ya de las aulas alcalaínas (en un momento en el que la universidad no había inaugurado oficialmente sus clases), Segura entró en contacto con algunos eruditos afincados en la Corona de Aragón, como el humanista Juan Sobrarias, cuyo opúsculo De laudibus Alcagnicii (pronunciado en 1506, aunque publicado posiblemente en 1513) se abre precisamente con una carta de Segura, donde recomienda vivamente la lectura de este opúsculo y ensalza a su autor. Además de Sobrarias, sus cartas desvelan también su estrecha amistad con el secretario del arzobispo de Zaragoza, Gaspar Barrachina, corresponsal y hombre muy cercano a Marineo.
Posiblemente, Sobrarias y Barrachina fueron quienes le facilitaron el acceso a Marineo, pues la fecha de su primer encuentro nos remite a uno de los viajes del siciliano a Zaragoza para concluir allí su historia de Juan II de Aragón. El caso es que, desde sus primeros contactos, uno y otro se mostraron entusiasmados, y Marineo decidió protegerlo y apadrinarlo en la medida de sus posibilidades. Segura, por su parte, siempre le mostró respeto, cariño y admiración, que quedaron reflejados en un buen número de cartas y en su De Lucio Marineo Siculo per Alfonsum Seguritanum perbrevis narratio, una breve biografía de Marineo que se imprimió como parte de la ep. VI 2 del epistolario de su maestro.
Poco después de aquel primer encuentro y gracias al buen hacer del siciliano, Segura entró al servicio de una influyente familia de conversos, los Caballería, al ejercer como tutor de Juan de la Caballería, hijo de Francisco de la Caballería. Esta relación fue de vital importancia para Segura, que se trasladó de inmediato a Lérida para iniciar allí los estudios de Derecho junto a su pupilo y señor. Segura permaneció en el Estudio General de Lérida durante los cursos académicos de 1509-1510 y 1510-1511. Tras una estancia en Alcañiz, adonde se había retirado el joven Caballería aquejado de fiebres, Segura retomó sus estudios de leyes en Salamanca. Ya entonces había rechazado un puesto como maestro en casa del célebre jurista Palacios Rubios (ep. XII 15), que estaba dispuesto a contratarlo gracias a la intercesión de Marineo. De aquella época salmantina data su amistad con Juan de Vergara, que en aquel momento cursaba estudios en la Universidad de Alcalá. Una vez más debemos a Marineo y a su amistad con Segura la conservación de las cartas cruzadas entre los dos jóvenes, que se incluyeron en los libros XIV y XV del epistolario del siciliano y que pueden fecharse en torno a 1512.
Por aquellos años, Segura aprovechó su relación con Marineo para entrar en contacto con algunos influyentes miembros de la Corte próximos al italiano; así, envió cartas a Luis Sánchez, el tesorero del Rey Fernando (ep. VII 11 y 12); Pedro Mártir de Anglería (ep. XVI 17); Juan Ruffo, arzobispo de Cosenza y nuncio papal (ep. V 8); Antonio Mudarra (ep. XII 8); Diego Ribera, obispo de Mallorca (ep. XI 20) y el propio Alfonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza, en cuyo honor escribió una extensa laudatio, la Oratio ad Alfonsum Aragoneum de laudibus et pontificatus et regni diligentissime eius gubernationis, que Marineo decidió publicar al lado de sus propias orationes en 1514. Segura acompañó su discurso de una carta de presentación, en la que reconoce que había escrito su texto espoleado por su maestro, quien de continuo le recomendaba ejercitar sus conocimientos de Retórica y mostrar así su familiaridad con Cicerón, cuyo Pro Marco Marcelo le sirve de inspiración en todo momento.
Tras la publicación del epistolario de Marineo en 1514, el rastro de Segura se pierde. Por ese motivo, no se puede conocer el año de su muerte, aunque se sabe que estaba vivo en 1530, año en que el humanista siciliano lo incluyó en el elenco de los hombres ilustres de su tiempo inserto en el De rebus Hispaniae memorabilibus (Alcalá de Henares, 1530), donde dice que se había hecho monje cartujo en el convento de Scala Dei, donde se refugió, pues “aunque podría haber conseguido grandes honores y dignidades”, se sintió llamado por Dios y prefirió ganar el “camino del cielo”.
Obras de ~: Epistola Ioanni Sobrario (impresa en J. Sobrarias, Oratio de laudibus Alcagnicii, Zaragoza, Jorge Coci, c. 1513); Epistolae (44 cartas publicadas en L. Marineo Sículo, Epistolarum familiarium libri XVII, Valladolid, Arnao Guillén de Brocar, 1514); Oratio ad Alfonsum Aragoneum de laudibus et pontificatus et regni diligentissime eius gubernationis (inserta junto a otros cuatro discursos de L. Marineo, en L. Marineo Sículo, Epistolarum familiarium libri XVII, Valladolid, Arnao Guillén de Brocar, 1514).
Bibl.: J. M.ª Maestre Maestre, Alabanzas de Alcañiz. Discurso del alcañizano Juan Sobrarias pronunciado ante el senado de la villa en el año del señor de 1506. Introducción, edición crítica y facsímil, traducción anotada e índices, Alcañiz-Cádiz, Instituto de Estudios Humanísticos, 2000, págs. 10-13; T. Jiménez Calvente, “La Oratio ad Alfonsum Aragoneum de laudibus et pontificatus et regni diligentissime eius gubernationis de Alfonso de Segura, discípulo aventajado y escritor en ciernes. Edición, traducción y estudio”, en e-Humanista, 5 (2005), págs. 48-95; “Las orationes de Lucio Marineo Sículo (con unas notas sobre epístolas panegíricas y discursos epistolares)”, en e-Humanista, 22 (2012), págs. 537-581.
Teresa Jiménez Calvente
