Ayuda

Hernando Alonso de Herrera

Biografía

Alonso de Herrera, Hernando. Talavera de la Reina (Toledo), c. 1460 – Salamanca, 1527. Gramático, rector y dialéctico humanista, catedrático en Alcalá y Salamanca.

Hernando Alonso de Herrera es uno de esos profesores humanistas que contribuyó al asentamiento y desarrollo de lo que luego constituirá el Humanismo renacentista español. Nacido en fecha incierta de Lope Alonso de Herrera y de Juana González, tuvo al menos dos hermanos, Gabriel Alonso de Herrera y Diego Hernández de Herrera, ambos más jóvenes que él; de ellos, Gabriel fue el más conocido por su Obra de Agricultura, compilada de diversos auctores (Alcalá de Henares, Arnao Guillén de Brocar, 1513). Nada se sabe sobre su juventud ni sobre sus estudios literarios, pero, por lo que él mismo dice en el prólogo de su obra Tres personae, estudió en Salamanca y tuvo por maestro a Nebrija, como consta además en el título de su obra poética Hymnorum additio, publicada en Salamanca en 1494, un librito de unas sesenta páginas con treinta y dos poemas latinos en diversos metros.

Marchó luego a Granada, donde convivió con Hernán Núñez Pinciano (el famoso Comendador Griego) y a finales del siglo XV se trasladó a Sevilla, donde dedicó su citado opúsculo Tres personae al arzobispo Diego Hurtado de Mendoza; allí tuvo un hijo, Lope Alonso de Herrera. En esta obra, de 1497, combate Herrera la afirmación de Prisciano —sostenida también por Nebrija y Linacro— de que todo nominativo es de tercera persona, excepto ego, tu y los vocativos; Herrera, en cambio, argumenta y demuestra que esa doctrina es falsa y que, en realidad, la persona gramatical no hay que buscarla sólo en la dictio, sino en el verbo y en el contexto oracional: “Dictio per se prolata ad nullam personam est referenda”, opinión parecida a la que posteriormente sostiene El Brocense respecto a que la persona es una categoría del verbo y no del nombre. Un dato interesante de esta primera obra doctrinal de Herrera es la dureza con la que trata a su maestro Nebrija por sostener la teoría de Prisciano. Igualmente, por esos mismos años, estuvo también en Córdoba.

En julio de 1508 se hallaba en Zaragoza el excelso humanista siciliano Lucio Marineo Sículo, quien recibió la visita del joven Alonso de Segura, un discípulo de Alonso de Herrera, contándole maravillas sobre su maestro; escribió entonces Marineo una atenta carta a Alonso de Herrera y éste le contestó con otra, donde le daba cuenta de sus trabajos. Marineo le envió otra epístola aconsejándole que contactara con Luis Sánchez, tesorero real, porque le admiraba y estaría dispuesto a ayudarle; así lo hizo Alonso de Herrera, solicitándole su apoyo. Por dichas cartas se sabe que Herrera dedicaba siete horas diarias a la enseñanza de la Gramática y la Retórica. Estaba entonces en Alcalá, protegido por el cardenal Cisneros, a quien dedicó en 1511 su edición anotada de la Retórica de Trebisonda, libro que Herrera utilizaba en su cátedra de Retórica de la Universidad Complutense.

Y es que, durante el curso de 1509-1510 desempeñó aquí las cátedras de Retórica y Gramática. No obstante, durante el curso de 1512-1513 no estaba ya en Alcalá, pues el 5 de enero de 1513 se declaró vacante su cátedra, sucediéndole Nebrija. Con esta obra, en fin, da a conocer en España las doctrinas retóricas del autor helenístico Hermógenes, que ejercerán notable influencia a lo largo del siglo XVI en retóricos eminentes como El Brocense.

En 1517, fecha de su controvertida obra Disputa de ocho levadas contra Aristótil y sus secuaces, también dedicada a Cisneros, se encontraba ya en la Universidad de Salamanca, en cuyos libros de cuentas aparece durante el curso de 1518-1519 como maestro de Retórica. En torno a esta fecha, escribió y publicó sus comentarios a las Elegantiae de Lorenzo Valla; la publicación de esta obra obedece a la propia labor docente de Herrera en Salamanca, en donde, según los estatutos de 1561: “los cathedráticos de prima de Grammatica, han de leer media hora de Laurentio Valla, y en la otra hora un poeta o historiador, cual el rector les asignare ad uota audientium”, si bien se sabe que la costumbre de leer a Valla en Salamanca era mucho más antigua. Se trata, por tanto, de las propias notas y apuntes de Herrera para leer a Valla en su cátedra salmantina de Gramática.

En cuanto a la Disputa de ocho levadas, concluida en Salamanca y publicada en edición bilingüe latín-castellano por el propio Herrera (no se sabe si en Salamanca o Alcalá, pues no aparece el nombre del editor ni el lugar de publicación), supone un furibundo ataque a todas las doctrinas lógicas de los moderni, a los lógicos de París, a Pedro Hispano, Juan Major y a todo lo que significaban los profesores venidos de París, que citaban con veneración a los autores y doctrinas que Herrera combate. En esta misma línea ofensiva aparecieron luego los escritos In pseudodialecticos (1519) de Luis Vives y las Scholae dialecticae (1588) de El Brocense.

Se han perdido unas Grammaticae adnotatiunculae de las que habla Herrera en su epístola a Marineo Sículo, salvo que con este título se esté refiriendo a la Expositio de las Elegancias de Lorenzo Valla.

Desde esta fecha, 1517, hasta 1527 siguió Herrera en su cátedra salmantina; el 18 de octubre de 1527 se anunció la vacante de dicha cátedra de Retórica por fallecimiento del maestro Herrera, sucediéndole su amigo el Comendador Griego. Entre sus discípulos, se cuentan el humanista Alonso de Segura, Diego de Alcocer y Velasco Gallego. Herrera, en fin, enseñó y escribió sobre temas de gramática, retórica y dialéctica, las disciplinas de más candente actualidad en el momento, y sus obras ejercieron notable influjo en el posterior Humanismo hispano del siglo XVI.

 

Obras de ~: Ferninandi Ferrariensis Aelii Antonii Nebrissensis discipuli Hymnorum additio, Salamanca, 27 de noviembre, 1494; Tres personae seu breuis quaedam disputatio de personis nominum, pronominum et participiorum aduersus Priscianum grammaticum, Hispali, J. Pegnitzer, M. Herbst et T. Glockner, 1496 (Sobre la persona gramatical, ed. de A. Ruiz Castellanos, Cádiz, Universidad de Cádiz, 2002); Opus absolutissimum rhetoricorum G. Trapezuntii cum additionibus Herrariensis, Compluti, in officina Arnaldi Guillelmi de Brocario, 1511; F. Alonso de Herrera, Expositio Laurenti Vallensis “De elegantia linguae latinae”, Salmanticae, Laurentius Leon de Deis, s. a.; Disputatio adversus Aristotelem Aristotelicosque sequaces / Disputa de ocho levadas contra Aristótil y sus secuaces, 1517.

 

Bibl.: A. Bonilla y San Martín, “Un antiaristotélico del Renacimiento. Hernando Alonso de Herrera y su Breve disputa de ocho levadas contra Aristótil y sus secuaces”, en Revue Hispanique (Nueva York), 117 (1920), págs. 61-196; G. González, “La polémica antidialéctica de Alonso de Herrera y Luis Vives”, en Cuadernos salmantinos de filosofía, 11 (1984), págs. 353- 357; C. Baranda, “Un manifiesto castellano en defensa del Humanismo: La Breve disputa de ocho levadas contra Aristótil y sus secuaces de Hernando Alonso de Herrera (Alcalá, 1517)”, en Criticón, 55 (1992), págs. 15-30; A. Ruiz Castellanos, “Hernando Alonso de Herrera: semblanza intelectual y metodología lingüística”, en J. M. Maestre Maestre y J. Pascual Barea (eds.), Humanismo y pervivencia del Mundo Clásico. I.2, Cádiz, Universidad de Cádiz, 1993, págs. 965-976; M. Mañas Núñez, “La Expositio Laurentii Vallensis de Elegantia Linguae Latinae de Hernando Alonso de Herrera”, en J. M. Maestre Maestre, J. Pascual Barea y L. Charlo Brea (eds.), Humanismo y Pervivencia del Mundo Clásico. Homenaje al profesor Antonio Fontán, vol. II, Alcañiz-Madrid, Instituto de Estudios Humanísticos, 2002, págs. 579-592.

 

Manuel Mañas Núñez