Inocencio, San. ?, s. m. s. VI – s. VII. Obispo.
Su vida hace honor a su nombre como fue descrito por el diácono Paulo. “Después de él es elegido un virtuoso varón, de suma santidad y llaneza, llamado Inocencio, cuya condición la expresa bien el vocablo de su nombre. Inocente, en verdad, y cándido; que a nadie juzgó, a nadie condenó, a nadie enjuició; y vivió humilde y piadoso todos los días de su vida. El cual, en el tiempo en que fue consagrado obispo, era, según nos dice el último en el orden de los diáconos”. Sucedió en la sede episcopal al preclaro Masona.
Asistió al Concilio de Toledo del 610, que presidió san Leandro de Sevilla en tiempos de Gundemaro. Debió de estar pocos años al frente de la diócesis emeritense (605-?).
Se cuenta de él que su santidad y penitencia las ponía al servicio de todos para impetrar las lluvias tan deseadas en los tiempos de sequía, presidiendo rogativas, que, según la leyenda, siempre eran escuchadas por el Omnipotente. Su fiesta es el 21 de junio.
Bibl.: P. de Mérida, Pavli Diaconi Emeritensis, Liber de vita et miracvlis Patrvm Emeritensivm [s. vii], Matriti, Apud viduam Ildephonsi Martin, 1633 (Antverpiae, Ap. Joan. Meronsivm, 1638; trad. cast. de D. Sánchez Coro, Libro de la Vida y Milagros de los Padres Emeritenses, Cáceres, Tipografía El Noticiero, 1951; ed., trad. y est. de J. C. Martín Iglesias, tesis doctoral, Salamanca, Universidad, 1996); B. Moreno de Vargas, Historia de la Ciudad de Mérida, Madrid, Pedro Taso, 1633 (Mérida, Patronato de la Biblioteca Pública Municipal y Casa de la Cultura, 1981); E. Flórez, España Sagrada, Madrid, Antonio Marín, 1756; Bolandistas, Acta Sanctorum, November I, Paresiis et Romae, 1866; A. Camacho Macías, La antigua sede metropolitana de Mérida, Roma, 1965 (Mérida, Asociación de Amigos del Museo Nacional de Arte Romano, 2006); T. A. López López, Apuntes para la historia de la Archidiócesis de Mérida-Badajoz, Badajoz, 1997.
Teodoro A. López López
