Coelho y Vozmediano, Juana de. Madrid, 1548 – VIII-IX.1615. Dama castellana.
Era hija de Alonso Coelho, contino de los Reyes Católicos, de origen portugués, y de María de Vozmediano, miembro de un importante linaje madrileño.
Casó con el secretario de Felipe II Antonio Pérez el 3 de enero de 1567, después de una aventura de la que nació su hija primogénita, Gregoria.
Vivió en la década siguiente el fulgurante ascenso de su esposo en la corte hasta convertirse en uno de los hombres de mayor confianza de Felipe II. Sin embargo, con su caída en desgracia en 1578, Juana se convirtió en uno de sus apoyos más firmes. De este modo, viajó embarazada a Lisboa en 1582 para rogar al Rey que no abriera un proceso contra Antonio y le restaurase en su gracia, pero fue detenida en Aldea Gallega y obligada a regresar.
En 1585 frustró la detención de su consorte en Madrid entreteniendo a los alguaciles mientras aquél saltaba por un balcón. Ya capturado, Antonio Pérez fue conducido al castillo de Turégano, donde estuvo acompañado por su esposa hasta que ésta fue devuelta a Madrid y encerrada con sus hijos. Allí se negó a entregar a la Corona los papeles de Antonio hasta que no recibió una carta de su esposo con esa orden. Fue entonces liberada e hizo innumerables gestiones a favor de su marido, sobre todo ante el confesor real Diego de Chaves y ante la familia Éboli. En 1586 fue encerrada en Torrejón de Velasco, desde donde intentó recuperar los bienes familiares, que habían sido embargados. A finales de 1587 Antonio se unió a su familia en la relativamente benigna prisión de Torrejón.
En 1589 Juana estaba en Madrid bajo arresto domiciliario, pero podía visitar a su marido, preso en las casas de Cisneros de la misma ciudad. De este modo preparó su evasión de la cárcel, el 19 de abril de 1590.
Según la tradición, Antonio Pérez huyó vestido con la ropa de su mujer, la cual permaneció en Madrid mientras su marido escapaba a Aragón.
Por su complicidad fue encerrada junto a sus hijos en la torre de Pinto hasta 1599, poco después de la muerte de Felipe II. Aunque desde 1603 recibió una pensión de 800 ducados de renta junto a otros beneficios y ayudas, su familia vivió con bastante estrechez en Madrid. Antonio Pérez falleció exiliado en Francia, sin que pudiera llegar a reencontrarse con su familia, pero Juana aún pudo asistir a la rehabilitación de su esposo por parte de la Suprema en marzo de 1615. Murió seis meses después.
Bibl.: A. Pérez, Las obras y relaciones de Antonio Pérez, Ginebra, Pietro Chouét, 1654, págs. 57-92, 473 y 1074-6; G. Marañón (ed.), Los procesos de Castilla contra Antonio Pérez, Madrid, Estanislao Maestre, 1947, fols. 135 y 247; Antonio Pérez, Madrid, Espasa Calpe, 1998, págs. 37-40 y 344-374.
Rubén González Cuerva