Roces Suárez, Wenceslao. San Andrés de Agües (Asturias), 3.II.1897 – Ciudad de México (México), 28.III.1992. Jurista, político y traductor.
En el curso 1918-1919, Wenceslao Roces acabó la carrera de Derecho en la Universidad de Oviedo con el Premio Extraordinario de Licenciatura. En 1920 se doctoró con una tesis titulada El caso fortuito en el Derecho de obligaciones, con la que obtuvo el Premio Extraordinario de Doctorado, y ese mismo año obtuvo una beca de la Junta para Ampliación de Estudios, con la que se estableció en Alemania hasta 1922, donde consiguió un inmejorable conocimiento del idioma, trabajando allí bajo la dirección de Otto Lenel, el romanista, y Rudolf Stammler, el iusfilósofo. Al año siguiente, en 1923, obtuvo la Cátedra de Derecho Romano en la Universidad de Salamanca.
Allí se dedicó a dar a conocer la obra de su maestro Stammler, por medio tanto de estudios propios como de traducciones de la obra del neokantiano, así como otras traducciones al castellano de obras fundamentales del Derecho Romano. Durante la década de los veinte Roces colaboró sobre todo con la Revista de Derecho Privado y la Revista General de Legislación y Jurisprudencia, en las que se pueden rastrear sus intereses e influjos. Su llegada a Salamanca coincidió con la implantación en España de la dictadura de Primo de Rivera, que Roces repudió desde un principio, uniéndose a quienes lucharon contra ella y, especialmente, a Miguel de Unamuno, con quien le unió una estrecha amistad, colaborando ambos en el empeño por derrocar al dictador, por lo que sufrieron diversas sanciones.
Tras otro viaje a Alemania, avanzados los veinte, Roces abandonó el idealismo kantiano y se “convirtió” al materialismo marxista. A partir de entonces dedicó su inmensa capacidad a la introducción del pensamiento de Marx en España, por una parte, y por otra a la actividad política en el Partido Comunista de España (PCE), partido en el que se integró a principios de los años treinta, después de pedir la excedencia voluntaria de su Cátedra e instalarse en Madrid. En la capital participó en las más diversas actividades y organizaciones: en El Ateneo, el Frente Antifascista, la asociación de Amigos de la Unión Soviética o el Socorro Rojo Internacional.
A la vez, durante este tiempo Roces dio inicio a la que sería su obra máxima, la traducción de la literatura marxista al castellano (sobre todo las de Marx y Engels, pero no sólo), apareciendo en estos años cuidadas ediciones de El Manifiesto Comunista y del primer volumen de El Capital. Tras la revolución asturiana de octubre fue encarcelado y, al salir, se exilió en la Unión Soviética, donde afianzó su conocimiento del ruso, que también aplicaría a la traducción. Tras la victoria del Frente Popular, regresó a España.
Al poco de estallar la Guerra Civil, Roces fue nombrado subsecretario del Ministerio de Instrucción Pública, siendo ministro el también comunista Jesús Hernández. La labor de Roces también fue fundamental en este ámbito, impulsando la lucha contra el analfabetismo, tanto de niños como de adultos, y sobre todo preservando el tesoro artístico del Museo del Prado y el bibliográfico de la Biblioteca Nacional.
Cuando terminó la Guerra Civil, privado de su condición de catedrático por los vencedores, se marchó al exilio. Descartada la Unión Soviética como destino y tras un periplo por diversos países, se asentó definitivamente en México, donde continuó integrado en el PCE (en el que llegó a pertenecer al Comité Central) a la vez que fue contratado por la Universidad Nacional Autónoma de México, en la que desarrolló su carrera académica. A la vez, en el Fondo de Cultura Económica y en Grijalbo, siguió desarrollando su labor traductora, de la que también ahora destacan las versiones de la literatura marxista, lo que convierte al romanista en el más eficaz y riguroso traductor de Marx al castellano.
Tras la muerte de Franco, en 1977, Wenceslao Roces regresó a España, presentándose en las elecciones por la Candidatura para un Senado Democrático, junto con socialistas y democristianos, y obteniendo el escaño. Tras un breve paso por el Senado, sin embargo, antes de que acabase el año, Roces regresó a México. Ya en la última etapa de su vida, de vuelta en su segunda patria, recibió muy diversos reconocimientos y distinciones mexicanas por la labor allí llevada a cabo.
Obras de ~: “El concepto de Derecho (y su distinción de la moral, de las normas convencionales y del poder arbitrario)”, en Revista General de Legislación y Jurisprudencia (RGLJ), vol. 144, 1924; “Stammler, filósofo del Derecho y civilista”, en RGLJ, vol. 147, 1925; “Una edición completa del Capital”, en Bolchevismo, 3, 30 de julio de 1932; El camino de la riqueza. Hechos y doctrinas, Cuba, 1941; La cultura de nuestro tiempo, México, España Popular, 1948; “Algunas consideraciones sobre el vicio del modernismo en la Historia Antigua”, en Cuadernos del Seminario de Problemas Científicos y Filosóficos de la UNAM 5, 1958; “En el centenario de El Capital”, en Cuadernos Americanos, 1967; “Necesidad de actualizar la enseñanza del Derecho Romano: Derecho Romano y marxismo”, en INDEX 4, 1973; Los problemas de la Universidad. Artículos y conferencias, México D.F., Ediciones SPAUNAM, 1975.
Bibl.: A. H. de León-Portilla, España desde México. Vida y testimonio de transterrados, México, UNAM, 1978 [entrevista a Roces, en la que repasa su vida y obra]; P. Ribas, La introducción del marxismo en España (1869-1939), [Ensayo bibliográfico], Madrid, Ediciones de la Torre, 1981; P. Ribas, Aproximación a la historia del marxismo español (1869-1939), Madrid, Endymion, 1990; J. M. Laso Prieto, “Wenceslao Roces: un intelectual comunista”, en Mundo Obrero, marzo (1993); A. Sánchez Vázquez, “En homenaje a un español ejemplar: Wenceslao Roces” en Del exilio en México. Recuerdos y reflexiones, México D. F., Grijalbo, 1997; B. Rivaya, “De la Extensión Universitaria a la revolución proletaria: el caso de Wenceslao Roces”, en Boletín del Real Instituto de Estudios Asturianos, 153 (1999); “Comunismo y compromiso intelectual: Wenceslao Roces”, en Papeles de la FIM, 14 (2000); “Bibliografía de Wenceslao Roces”, en Papeles de la FIM, 15 (2000).
Benjamín Rivaya