Sánchez Vázquez, Adolfo. Algeciras (Cádiz), 17.IX.1915 – Ciudad de México (México), 8.VII.2011. Filósofo, ensayista y poeta.
Aunque nacido en la provincia de Cádiz vivió desde los diez años en Málaga, ciudad en la que estudió Bachillerato y Magisterio y donde surgieron sus orientaciones políticas y literarias. Influido por su amistad con Emilio Prados inició sus incursiones en la poesía, fundó las efímeras revistas Sur —con Enrique Rebolledo— y Línea —con José Luis Cano— a la vez que colaboraba en otras. Militante comunista desde su juventud, en 1935 inició sus estudios en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Madrid, ámbito académico dirigido por Ortega y Gasset y dominado por el pensamiento alemán (Husserl, Scheler, Heidegger) y por el raciovitalismo, filosofías muy alejadas de sus intereses ideológicos. Asistía a las tertulias literarias donde estrechó lazos de amistad con autores ya consagrados (Alberti, Ramón J. Sender, Neruda) y con jóvenes escritores (Miguel Hernández, Arturo Serrano Plaja, José Herrera Petere).
Durante la Guerra Civil dirigió Octubre, órgano de expresión de las Juventudes Socialistas Unificadas, y los periódicos Ahora y Acero. Escribió uno de los pocos testimonios que existen de la caída de Málaga ante las tropas franquistas (1937), asistió al II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas (julio 1937) y se trasladó al frente, a la undécima División y, posteriormente, al quinto Cuerpo de Ejército, ambos dirigidos por Líster. Combatió en la batalla de Teruel, visitó en varias ocasiones a Antonio Machado en Cataluña y, tras participar en la batalla del Ebro, cruzó la frontera en febrero de 1939. Gracias a la hospitalidad del presidente Lázaro Cárdenas llegó en junio a Veracruz (México), a bordo del Sinaia, junto a Juan Rejano, Pedro Garfias y muchos otros refugiados.
Con la esperanza de que el exilio no durara muchos años reemprendió en México su actividad literaria: publicaba poemas en revistas —entre ellas Taller, dirigida por Octavio Paz—, participaba activamente en otras —como España Peregrina—, fundó Romance y fue vicepresidente de la Unión de Intelectuales Españoles en México cuando León Felipe ocupaba la presidencia. En 1941 se trasladó a Morelia (Michoacán) para dar clases de Filosofía de bachillerato en el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, se casó con Aurora Rebolledo y publicó El pulso ardiendo, libro de poemas que escribió en 1935 y que había conservado Manuel Altolaguirre. En 1943 regresó a la capital e hizo de todo para poder mantener a su familia: traducía sin cesar, sobre todo del ruso, escribía novelas basadas en guiones de películas, dirigía con su mujer una casa de niños refugiados españoles... Mantenía una intensa vida política y reanudó sus estudios universitarios en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cursando Maestría en Letras Españolas.
A principios de la década de 1950, perdidas las esperanzas de regresar a España y buscando esclarecer su compromiso político, vuelve a la UNAM para estudiar la carrera de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras, donde el marxismo sólo estaba representado por Wenceslao Roces y Eli de Gortari, de cuyo Departamento de Lógica dialéctica fue ayudante. Entabló debates filosóficos con los miembros del grupo “Hyperión” (Leopoldo Zea, Emilio Uranga, Jorge Portilla, Luis Villoro), obtuvo la Maestría en Filosofía e inició un proceso de alejamiento y ruptura con el marxismo institucionalizado, proceso que se inscribe en el movimiento de renovación del marxismo, junto a Luckács, Korsch, Gramsci o Henri Lefevbre y que corre parejo a las revelaciones del XX Congreso del PCUS y a la Revolución Cubana. Titular de la cátedra de Estética que dejó vacante Samuel Ramos, profesor emérito de la UNAM desde 1985 y doctor honoris causa por varias universidades (entre ellas la Universidad Autónoma de Puebla, México, Nuevo León, Guadalajara, la Universidad Complutense y la Universidad Nacional de Educación a Distancia), publicó numerosos libros y dictado cursos y seminarios sobre Estética, el pensamiento de Marx y Filosofía de la Historia, convocando en torno a sus clases a jóvenes marxistas, como Carlos Pereyra, Juan Garzón, Jaime Labastida, Bolívar Echeverría, Gabriel Vargas o Rafael Guillén, el “subcomandante Marcos” que lideró el alzamiento zapatista en Chiapas en el año 2000.
Su obra filosófica, abierta continuamente a la crítica y a la renovación, gira en torno a la categoría marxista de praxis. Partiendo de la XI Tesis sobre Feuerbach, rechaza el materialismo ontológico, la doctrina del Dia-Mat, o filosofía oficial soviética, y define el marxismo como Filosofía de la praxis (1967), un pensamiento emancipatorio “que se funda en una teoría de vocación científica, racional [...] que no se limita a dar razón, a interpretar la realidad, a mostrar la necesidad y posibilidad del cambio social, sino que, por su función práctica, se integra en ese proceso de realización en estrecha unidad con la práctica” (Sánchez Vázquez, 1999: 192).
Sus estudios de estética —que surgen de su truncada vocación literaria, especialmente la poética— son una constante en su obra y se difunden más allá del ámbito hispánico. En Las ideas estéticas de Marx y en Estética y marxismo critica el realismo socialista, pues ahoga la libertad de creación imponiendo el contenido y la forma expresiva; en esas obras y en otras posteriores analiza el trabajo artístico en su relación con la praxis humana y bajo el capitalismo, criticando la banalidad de las manifestaciones pseudoartísticas impulsadas por los medios de comunicación de masas, sujetos a las leyes del mercado. Impulsado por las rebeliones estudiantiles de 1968 que conmocionaron la capital de México, escribe su Ética, un texto realizado con fines didácticos que ha sobrepasado las treinta ediciones. Sánchez Vázquez se opone a las concepciones apriorísticas y normativas de la ética, concibiéndola como ciencia de la moral, es decir, de los actos y normas conscientes y voluntarios que afectan a los individuos o a la sociedad, pero insistiendo en que esos actos están vinculados a las relaciones que se establecen con la naturaleza y entre los individuos a través del trabajo. De ahí que los cambios de moral a lo largo de la historia dependan, sobre todo, de los cambios de las condiciones económico-sociales: la ética “no puede dejar en la sombra los problemas morales que plantea, particularmente en nuestra época, la vida económica, y a cuyo esclarecimiento contribuye la economía política, como ciencia de las relaciones económicas o de los modos de producción” (1969: 25-26).
En los últimos años defendió la validez de la filosofía marxista como teoría y práctica para lograr una alternativa a la deshumanización del capitalismo actual y como proyecto de emancipación: “hoy estoy más convencido que nunca de que el socialismo sigue siendo una alternativa necesaria, deseable y posible. Sigo convencido asimismo de que el marxismo —no obstante lo que en él haya de criticarse o abandonarse— sigue siendo la teoría más fecunda para quienes estamos convencidos de la necesidad de transformar el mundo en el que se genera hoy no sólo la explotación y la opresión de los hombres y los pueblos, sino también un riesgo mortal para la supervivencia de la humanidad” (1985: 16). Considerado como uno de los más influyentes pensadores marxistas del mundo hispánico, Adolfo Sánchez Vázquez sirve hoy como referencia para el nuevo impulso de las ideas socialistas en los países latinoamericanos, especialmente en México.
Obras de ~: “Málaga, ciudad sacrificada”, en Hora de España, 1 (1937); El pulso ardiendo, Morelia, Voces, 1942 (ed. y est. prelim. de M. D. Gutiérrez Navas, Málaga, Diputación de Málaga, 2004); Las ideas estéticas de Marx, México, Era, 1965; Filosofía de la praxis, México, Grijalbo, 1967 (ed. ampl., Barcelona, Crítica, 1980); Ética, México, Grijalbo, 1969 (Barcelona, Crítica, 1999); Rousseau en México, México, Grijalbo, 1969; Estética y marxismo, selec., present. e introd.de ~, México, Era, 1970; Del socialismo científico al socialismo utópico, México, Era, 1975; Ciencia y revolución (El marxismo de Althusser), Madrid, Alianza, 1978 (ed. ampl., México, Grijalbo, 1983); Filosofía y economía en el joven Marx (Los manuscritos de 1844), México, Grijalbo, 1982; “Postscriptum a ‘Mi obra filosófica’”, en Adolfo Sánchez Vázquez. Estética, n.º monogr. en Anthropos, 52 (1985), espec. pág. 16; Ensayos marxistas sobre historia y política, México, Océano, 1985; Escritos de política y filosofía, Madrid, Ayuso, 1987; Del exilio en México. Recuerdos y reflexiones, México, Grijalbo, 1991 (Recuerdos y reflexiones del exilio, Sant Cugat del Vallés, GEXEL, 1997); Incursiones literarias, ed., est. intr. y notas de M. Aznar Soler, Madrid, Cátedra, 1991; Invitación a la estética, México, Grijalbo, 1992; Cuestiones estéticas y artísticas contemporáneas, México, FCE, 1996; Filosofía y circunstancias, Barcelona, Anthropos, 1997; Entre la realidad y la utopía. Ensayos sobre política, moral y socialismo, México, Universidad Nacional Autónoma de México-FCE, 1999; De Marx al marxismo en América latina, México, Itaca, 1999; A tiempo y destiempo: antología de ensayos, México, FCE, 2000; De la estética de la recepción a la estética de la participación, México, UNAM, 2004; Poesía, México, FCE, 2005; Creación, estética y filosofía política. Mi recorrido intelectual, presentación de A. Velasco Gómez, México, UNAM, 2006 (Madrid, Universidad Complutense, 2007); Ética y política, México, FCE, 2007.
Bibl.: J. González, C. Pereyra y G. Vargas Lozano (eds.), Praxis y filosofía. Ensayos en homenaje a Adolfo Sánchez Vázquez, México, Grijalbo, 1985; VV. AA., Adolfo Sánchez Vázquez. Estética, op. cit.; O. L. Jiménez Álvarez, Adolfo Sánchez Vázquez. Bibliografía de un exiliado español (tesis doctoral), México, UNAM, 1992 (inéd.); G. Vargas Lozano (ed.), En torno a la obra de Adolfo Sánchez Vázquez, México, UNAM, 1995; VV. AA., “Homenaje a A. Sánchez Vázquez”, en Ateneo del Nuevo Siglo (Málaga), 7-8 (2005), págs. 4-41; J. Villán, “Adolfo Sánchez Vázquez. Filósofo, poeta y estudioso del marxismo”, en El Mundo, 17 de julio de 2011; A. Velasco, “Adolfo Sánchez Vázquez (1915-2011): Republicano, filósofo y humanista”, en Theoria, 74 (2012), págs. 237-242; M. Aznar Soler y J. R. López García (eds.), Diccionario biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, vol. 4, Sevilla, Renacimiento, 2016, págs. 320-324.
José María Piñero Valverde