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Juan Luis López Martínez

Biografía

López Martínez, Juan Luis. Marqués del Risco (I). Zaragoza, 19.VI.1644 baut. – Madrid, 28.XII.1703. Jurista, alcalde del Crimen de la Audiencia de Lima, regente de la Cancillería y del Consejo de Aragón.

Nació en la ciudad de Zaragoza, en cuya parroquia de Santa María Magdalena fue bautizado el 19 de junio de 1644. Era hijo legítimo de Juan Lamberto López, natural de Zaragoza (1616-1679), que fue catedrático de Artes en la Universidad de esa ciudad, ganó un proceso de infanzonía en la Real Audiencia de Aragón en 1656, fue insaculado en los oficios del reino en 1657 y finalmente fue diputado del reino. Su madre, María Teresa Martínez y Sainz de Mur, también había nacido en Zaragoza (1620), donde falleció el 6 de marzo de 1694. Se casaron en 1641 en Zaragoza, y del matrimonio nacieron, además de Juan Luis, otros seis hijos: Teresa Águeda (1642), religiosa profesa en el convento de las carmelitas descalzas de San José de la ciudad de Zaragoza; Blas Antonio (1643), monje profeso en el real monasterio de Aula Dei de la Orden de la Cartuja; Jerónimo Salvador (1645), obispo de Barbastro; Francisco Jorge (1648), de la Compañía de Jesús; Isidro López, capitán de caballería; y Manuel Lamberto (1658), obispo de Teruel.

Estudió en la Universidad Zaragoza, donde recibió los grados de licenciado y maestro en la Facultad de Artes (11 de noviembre de 1661), y los de licenciado y doctor en Leyes (7 de noviembre de 1666). En 1667 leyó de extraordinario en la Universidad de Zaragoza. Desde 1668 hasta el 8 de agosto de 1670 se desempeñó como vicerrector de la Universidad y, en 1671, fue elegido consiliario de la Facultad de Artes y abogado del fisco de la Universidad (17 de diciembre). Compaginó su actividad académica con el ejercicio de la abogacía, alcanzando general reconocimiento. En sus primeros informes defendió el derecho de prelación que asistía a su madre, sobre los demás acreedores, respecto a los bienes embargados a su padre. También defendió a su Universidad, en dos discursos publicados en 1660-1661, de la tacha de parcial a favor de la Iglesia de la Seo y en contra de la de Nuestra Señora del Pilar. Además, como representante del fiscal universitario, informó a favor de la libre provisión de las cátedras, y en una acusación criminal contra ciertos catedráticos.

En los años siguientes compaginó sus ocupaciones profesionales con la redacción de diversas obras jurídicas. Así, en 1676 publicó en Madrid un escrito sobre la usura. En 1678, también en Madrid, se imprimió una de sus obras sobre derecho aragonés titulada De origine Justitiae, sive Judicis medii Aragonum exercitatio, cum annotaties. En 1679 publicó otro trabajo sobre el mismo tema, Ad Nonnullos Aragoniae Foros Emendationis. Y, de ese mismo año, se conoce otro escrito jurídico suyo sobre revocación de firma.

Desde 1671 contó con la protección de Melchor de Navarra y Rocafull, duque de la Palata, que era vicecanciller del reino de Aragón. Por ello, en 1680, al ser nombrado el duque virrey del Perú, ejerció su influencia para que lo acompañara a las Indias, con el puesto de alcalde del Crimen de la Audiencia de Lima (4 de noviembre de 1680). Junto al nombramiento, recibió el cometido extraordinario y la misión secreta de observar y anotar cuanto pasaba en Perú tocante al Patronato, jurisdicción y buen gobierno.

Embarcó para Indias en el navío Santa Teresa y, ya en Perú, tomó posesión de su plaza el 23 de octubre de 1681. En Lima su mentor, el virrey duque de la Palata, continuó utilizando sus servicios, encargándole diversas misiones. Así, el 8 de noviembre de 1681, le nombró auditor general de la gente de mar y guerra de aquel reino. Precisamente, sobre este oficio y su jurisdicción publicó, en 1682, un Tratado histórico-jurídico. El 13 de mayo de este último año fue nombrado juez privativo de los extravíos de oro y plata sin quintar, y de la prohibición de comerciar con plata labrada y sacarla de Perú. El 20 de septiembre siguiente, le encomendó el delicado cargo de asesor en la revisión de la residencia hecha al virrey del Perú, conde de Castellar, por el arzobispo de Lima Melchor de Liñán y Cisneros. El 28 de abril de 1683 fue comisionado para actuar como juez en las reclamaciones y quejas que puso Gaspar Fernández de Grado, tesorero de la Santa Cruzada, contra el corregidor de la ciudad de Ica, Juan de Villegas y Godoy. Y, el 29 de mayo, amplió la citada comisión a que proveyese en todas las causas y negocios de la justicia y gobierno de la citada ciudad de Ica y en la provincia de Cañete.

El buen hacer mostrado en el desempeño de todos estos puestos fue premiado por el virrey con el cargo de gobernador de la Villa y Mina Real de azogues de Huancavelica, que llevaba anejo el oficio de corregidor de la provincia de Angaraes (12 de octubre de 1683). Además, el 3 de noviembre de 1683, fue nombrado superintendente de las Cajas Reales de la indicada villa, visitador de su hospital y juez comisario del Juzgado Mayor de bienes de difuntos y del de censos. Tres días después fue designado alcalde mayor de minas y, el 20 del mismo mes, fue nombrado teniente capitán general en todo el territorio de su jurisdicción.

Don Juan Luis tomó posesión del gobierno de Huancavelica el 15 de diciembre de 1683, iniciando una ardua e intensa gestión. Su primera tarea consistió en ejecutar el nuevo asiento que había firmado el Rey con los mineros y azogueros, en 1683. Posteriormente contrató nuevos asientos de maíz y de cal. Además intervino a favor de los indios de las provincias de los Corabambas y Chancas, que eran mitayos de la mina de Huancavelica, consiguiendo que se les pagase sus trabajos en propia mano, y que se les restituyese a sus tierras sin entretenerlos abusivamente en nuevas labores. Al mismo tiempo, obligó a los corregidores y caciques a hacer cumplir a sus indios la obligación de la mita. Especial mención merecen los éxitos económicos conseguidos durante su gobierno. Por ejemplo, en los años 1684, 1686 y 1687 consiguió, junto a la correspondiente leva de soldados, una aportación de los mineros de 54.683 pesos, destinada a financiar los gastos ocasionados por la presencia de piratas y obras en las murallas de Lima. Por otra parte, gracias a las mejoras que se llevaron a cabo en la mina de Huancavelica, se incrementó la producción de azogue. Y, además, consiguió reducir en 10.931 pesos la deuda que los anteriores gobernadores tenían con los cuatro curas de Huancavelica.

Pese a todo, desde 1685 deseaba regresar a España. Por fin, en 1689, al cesar en el Virreinato su antiguo protector, el duque de la Palata, insistió en sus gestiones ante el nuevo virrey, el conde de la Monclova. Por fin, el 23 de octubre de 1689, se le concedió licencia para venir a la Península durante cuatro años, con reserva de su plaza de alcalde del Crimen de Lima y con la mitad del sueldo. Unos días después, el 1 de noviembre, cesó en el cargo, siendo sustituido por Andrés de Madariaga (9 de noviembre de 1689).

Tras obtener sentencia absolutoria por su gestión, en el correspondiente juicio de residencia (19 de mayo de 1690), regresó a la metrópoli. Durante su estancia en Huancavelica, y a requerimientos del duque de la Palata, había escrito varias obras jurídicas. En 1684 compuso un Discurso legal teológico práctico en defensa de la provisión y ordenanza de 20 de febrero de 1684, alegato a favor de la jurisdicción real que fue impreso al año siguiente en Lima. De esa etapa son también sus Observaciones Teo-Políticas en que se ilustran varias leyes de la Recopilación de leyes de Indias y las Observaciones Político Sacras sobre la Real Cédula de 17 de diciembre de 1689.

Ya en la Corte, gracias a su brillante hoja de servicios y a la influencia de sus patrocinadores, fue nombrado fiscal del Consejo de Aragón, en lugar del fallecido Comes y Torro. Juró el cargo el 15 de septiembre de 1694. Y, por Real Decreto de 18 de junio de 1698, ascendió a regente de dicho organismo, en lugar del jubilado Ozcariz.

Tampoco abandonó entonces su fecunda actividad científica. En 1695 se imprimió en Madrid su escrito En defensa de la jurisdicción de Su Santidad, que ejerce en el castigo de los delitos atroces el juez del Breve Apostólico en el Principado de Cataluña y Condados de Rosellón y Cerdania. También en Madrid, en 1699, se publicó su Disceptatio Fiscalis de jure Maieslatico Sac. Supr. Regn. Coronae Aragon Consilli, Vice, et nomini Principis, et de officio Thesaurarii Generalis ejusdem Coronae contra peregrina juditia, ex Regio Decreto.

El 19 de julio de 1702 Felipe V le concedió el título de I marqués del Risco. Murió en Madrid, el 28 de diciembre de 1703, tras haber conferido poder para testar dos días antes, en cuya conformidad se extendió su testamento ante el escribano Jacinto Domínguez Leal, el 22 de diciembre de 1704.

Se había casado por poder el 12 de mayo de 1668, en la parroquia del Sagrario de Lima, con Isabel Lorenza Messía de Valenzuela, natural de Quito, donde fue bautizada el 31 de agosto de 1661; era hija del licenciado Diego Cristóbal Messía y Léon Garavito, I conde de Sierrabella, oidor de Quito y Lima, y de Jerónima de Valenzuela, naturales de Madrid y de Baena (Córdoba), respectivamente. De este matrimonio nació en Huancavelica, el 16 de julio de 1689, Juan Luis López Messía, que, tras ejercer la carrera judicial en Valencia, fue nombrado regente de la Audiencia de Asturias (1736) y miembro de los Consejos de Órdenes (en 1739) y de Castilla (en 1741).

Casado con Antonia Blanco y Abarca, natural de Zaragoza, tuvieron un hijo, Pedro de Alcántara López Blanco, que fue caballero de la Orden de Calatrava (1739).

 

Obras de ~: De origine Justitiae, sive Judicis medii Aragonum exercitatio, cum annotaties, Madrid, 1678; Ad Nonnullos Aragoniae Foros Emendationis, Madrid, 1679; Discurso iuridico historico-politico en defensa de la jurisdicion real: ilustracion de la provision de veinte de febrero del año pasado de 1684, Lima, 1685; Observaciones Teo-Políticas en que se ilustran varias leyes de la Recopilación de leyes de Indias, s. f.; Observaciones Político Sacras sobre la Real Cédula de 17 de diciembre de 1689, s. f.; En defensa de la jurisdicción de Su Santidad, que ejerce en el castigo de los delitos atroces el juez del Breve Apostólico en el Principado de Cataluña y Condados de Rosellón y Cerdania, Madrid, 1695; Disceptatio Fiscalis de jure Maieslatico Sac. Supr. Regn. Coronae Aragon Consilli, Vice, et nomini Principis, et de officio Thesaurarii Generalis ejusdem Coronae contra peregrina juditia, ex Regio Decreto, Madrid, Antonius á Zafra, 1699.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Diocesano de Zaragoza, Parroquia de Santa María Magdalena, t. 3.º, Libro de Bautismos desde el año de 1613 al de 1664, fol. 199v.; Archivo General de Indias, Lima, 789, Títulos de Alcaldes del Crimen desde 1603 hasta 1816; Archivo de la Universidad de Zaragoza, Matrícula de la Universidad y Estudio General de la Ciudad de Çaragoça, siendo Rector de ella el Ilustrísimo Sr. Dr. Pedro Abeila, dignísimo canonigo de la Iglesia Metropolitana de dicha ciudad, la qual se comenzo en 24 de octubre de 1646, por mi Geronimo Sanz, notario y secretario substituto de dicha Universidad (1644- 1666), Artes y Derecho, sin foliar.

M. Gómez Uriel, Bibliotecas antigua y nueva de escritores aragoneses de Latasa, aumentadas y refundidas en forma de Diccionario Bibliográfico-Biográfico, vol. II, Zaragoza, Imprenta de Calisto Ariño, 1885; M. Jiménez Catalán y J. Sinués y Urbiola, Historia de la Real y Pontificia Universidad de Zaragoza, Zaragoza, La Académica, 1922; M. Jiménez Catalán, Memorias para la historia de la Universidad Literaria de Zaragoza, Zaragoza, Tipografía F. Martínez, 1925; A. Muro Orejón, “El Doctor Juan Luis López, Marqués del Risco, y sus Comentarios a la Recopilación de Indias”, en Anuario de Historia del Derecho Español, XVII (1946), págs. 785-864; I. Sánchez Bella, “Notas sobre Gaspar de Escalona y Agüero y Juan Luis López, juristas del virreinato peruano”, en Revista Chilena de Historia del Derecho, 6 (1970), págs. 217-237; G. Lohmann Villena, Los Ministros de la Audiencia de Lima (1700-1821). Esquema de un estudio sobre un núcleo dirigente, Sevilla, 1974; J. Fayard, Los miembros del Consejo de Castilla (1621-1788). Informes biográficos, Madrid, Hidalguía, 1982; M. A. González de San Segundo, “Noticias de ministros de las audiencias indianas procedentes de universidades aragonesas”, en Hidalguía, Madrid, año XL, n.º 234 (septiembre-octubre de 1992), págs. 707-708. J. Arrieta Alberdi, El Consejo Supremo de la Corona de Aragón (1494-1707), Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1994.

 

Beatriz Badorrey Martín

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