Sureda y Miserol, Bartolomé. Palma de Mallorca (Islas Baleares), 1769 – 10.III.1851. Ingeniero, maquinista, ceramista, dibujante y grabador.
Nacido en una familia de carpinteros, estudia en la Escuela de Dibujo de la Real Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del País (1785-89). Protegido por Tomás de Verí, miembro del “equipo hidráulico” dirigido por Agustín de Betancourt, se inscribe en 1792 en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, aunque no conste haber cursado estudios en la misma. Ayudante de Betancourt, le acompaña en su viaje a Inglaterra (noviembre de 1793), donde aprende nuevas técnicas de dibujo y de grabado, así como desarrolla funciones de espionaje industrial (dibuja planos de máquinas, trabaja en una fundición y en una fábrica de loza). Merced a la Paz de San Ildefonso entre España y Francia, fue expulsado de las islas (octubre de 1796), retornando a Madrid. Custodio del Real Gabinete de Máquinas, se enrola con Betancourt en la expedición del conde de Mopox a Cuba, embarcándose en 1797, pero son apresados por los ingleses. De nuevo en Madrid, graba las espléndidas láminas sobre máquinas del Real Gabinete, que dirige Juan López de Peñalver, y le enseña a Goya la técnica del grabado al aguatinta (que empleando un grano fino asemeja a la aguada), quien la utiliza ya en sus Caprichos (1798-1799).
Enviado por Betancourt, gracias a la mediación de Luis Abrahán Bréguet (Sureda se casó con una pariente suya), en 1800 trabajó como aprendiz en Albert et Collier et Cie, en Coye (Oise, Francia), por lo que hubo de pagar 20.000 francos de estipendio; su objeto era el formarse para dirigir la nueva mecanización de la Real Fábrica de Algodones de Ávila que regenta Betancourt (se incorpora en 1801). Tanto desde Francia, como merced a esporádicos viajes a Inglaterra, envió planos para la realización de máquinas que trabajasen la lana y el algodón.
En 1802 es enviado a París, para formarse en la fabricación de porcelanas y cerámicas, y reclutar algunos especialistas. Recala durante unos quince meses en las manufacturas de Sèvres, que dirigidas por Alexandre Brongniart han abandonado la clásica política de ocultación de secretos productivos, aprendiendo tanto sobre la obtención de pastas como sobre su coloración y decoración. Director de Labores de la Real Fábrica de Porcelanas del Buen Retiro (1803), renueva productos, procesos y su organización (interna y comercial). Tras diversos experimentos, inicia una producción empleando la sepiolita, lo que permite hablar con propiedad de “porcelanas (duras) de Madrid”. Ascendido a director en jefe (1807), acumula las funciones técnicas y de intendencia, siendo el único máximo responsable español de su historia, ya que la denominada Casa de la China será vandálicamente saqueada por las tropas de Napoleón (1808) e incendiada por las inglesas (1812).
En 1809 solicita licencia para ir a París, “deseoso de adquirir mayores conocimientos sea en el ramo de porcelana, ó en el de hilados de lana”. Quizás albergando la intención de seguir a Betancourt hasta la Rusia zarista, Napoleón no le dejó seguir ese camino. En 1814 le propone a Fernando VII el establecimiento de una fábrica textil en Mallorca; aunque no se llegó a construir, Sureda se desplazó a la isla a finales del año.
Director técnico de la Real Fábrica de Paños de Guadalajara (1817), mecaniza el hilado de la lana; nombrado su director facultativo (1821), renueva productos, procesos y organización. En 1822 es director en jefe de la Real Fábrica de Loza de la Moncloa, implantando una producción a gran escala, inspirada en formas francesas y corrientes decorativas inglesas de estampación, que se expandirán a centros como Pickmann (Sevilla) y Sargadelos. Ayudado por su hermano Mateo, también destacado maquinista, a la sazón director de elaboraciones, Bartolomé es director de la Real Fábrica de Cristales de la Granja (1824), encargándose de su reorganización, sin sueldo.
Director del taller de construcción y reparación de máquinas, y de la cátedra de Delineación del Real Conservatorio de Artes (fundado en 1824, bajo el impulso de Juan López de Peñalver), también sin sueldo, permanecerá hasta su jubilación, por razones de salud, en 1829. Retirado en Mallorca, colaborará en empresas locales, sobre todo con la RSE Mallorquina (socio de mérito, 1836), o tras la Desamortización de Mendizábal en la identificación de obras de arte que debieran formar parte de un museo.
Maquinista, ceramista, grabador excepcional y director de empresas, como “ingeniero” mecánico, fue inventor de máquinas transformadoras de movimientos, hecho manifestado por Lanz y Betancourt en su Essai sur la composition des machines; patentó con un discípulo de Vaucanson una máquina para hilar diversas materias filamentosas; mecanizó Reales fábricas; y fue reconocido por Luis XVIII con dos cruces pensionadas por sus contribuciones a la mecanización del sector textil francés. Como “ingeniero” químico-ceramista obtuvo y produjo la mejor cerámica dura europea del momento. Industrialista claramente apegado a las corrientes maquinistas de la época, también innovó en cuestiones de dirección de empresas. En su dimensión de grabador, las láminas para ilustrar la Descripción de las Máquinas que hay en el Real Gabinete de ellas, de López de Peñalver, dan cuenta de su habilidad artística, habiéndose dedicado en parte durante su jubilación a la pintura. Además, introdujo en España la litografía, que había practicado en París entre 1811 y 1814. Al parecer, es técnica que también le enseñó a Goya (Vieja Hilandera, 1819).
Obras de ~: Cuaderno de Notas sobre cerámica (1802-1826), ed., intr..y notas de J. Sierra Álvarez e I. Tuda Rodríguez, Madrid, Museo Municipal de Madrid, 2000.
BBLI.: VV.AA., Bartolomé Sureda (1769-1851). Arte e Industria en la Ilustración tardía, Madrid, Museo Municipal de Madrid, 2000.
Manuel Silva Suárez