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Tomás González Morago

Biografía

González Morago, Tomás. Madrid, p. m. s. xix – Granada, 26.VIII.1885. Dirigente y periodista anarquista.

Hijo de padre carlista, nació en un pueblo de la provincia de Madrid. Casado y grabador de metales de profesión, poseía en los años sesenta un pequeño taller en la calle Caballero de Gracia de la capital. Afiliado al Partido Demócrata, en 1864 defendió las ideas “individualistas” frente a las “socialistas” de Pi y Margall. Siendo socio del Fomento de las Artes de Madrid, ayudó a crear su orfeón, al que perteneció, entre otros futuros internacionalistas, el tipógrafo Anselmo Lorenzo. Con el triunfo de la Revolución de 1868, ingresó en el Partido Republicano Federal y se alistó en el batallón del Hospicio de los Voluntarios de la Libertad, que comandaba Francisco García López.

En noviembre de 1868, y a través del periodista José Guisasola, entró en contacto con Giuseppe Fanelli, el anarquista italiano enviado por Bakunin para hacer propaganda de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) y de la recién creada Alianza de la Democracia Socialista, la organización secreta bakuninista que defendía el apoliticismo en contra de la corriente internacionalista marxista. Facilitó la reunión —sin asistir a ella— entre Fanelli y un grupo de trabajadores republicanos en casa del litógrafo Julio Rubau Donadeu, el 24 de enero de 1869, en la que se organizó el núcleo madrileño fundador de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT) bajo la presidencia del sastre y escritor Ángel Cenegorta, entrando a formar parte de la Comisión de Propaganda. Siendo miembro de la Sección de Madrid de la AIT, solicitó el 24 de octubre de 1869 ingresar en la Alianza clandestina de Bakunin, con sede en Ginebra, a la que ya pertenecían, en Barcelona, el tipógrafo Rafael Farga Pellicer y el médico Gaspar Sentiñón, dando entonces por acabada su colaboración con los republicanos y la milicia civil.

Como vocal de propaganda de la sección madrileña, redactó y firmó el Manifiesto a los trabajadores de España de 24 de diciembre de 1869, en el que se llamaba a la unión de los trabajadores para organizar la AIT y conseguir por sí mismos la “emancipación” y la “justicia” social; rechazaba, como falsa solución, el programa republicano federal (de “clases medias”) y las cooperativas de producción (que convertían en “explotadores” a los obreros), y defendía, entre otros instrumentos, las “cajas de resistencia” contra el capital, la solidaridad obrera internacional, la creación de un periódico afín y la reducción de las cargas domésticas de la mujer trabajadora. Perteneció al comité de redacción de La Solidaridad, órgano de prensa de la sección (luego federación) madrileña, aparecido el 15 de enero de 1870, que desapareció, tras sostener una dura polémica con el republicano societario Fernando Garrido, el 21 de enero del año siguiente. Intervino en el Congreso Obrero de Barcelona de junio de 1870, que fue fundacional de la Federación de la Región Española (FRE) de la AIT, siendo elegido miembro del primer Consejo Federal.

Simpatizante de la Comuna de París, promovió en 1871 desde la sección madrileña —al igual que el año anterior desde el periódico— la no celebración de la fiesta del 2 de mayo por los trabajadores, convocando para ese día un “Té fraternal de franceses y españoles de ambos sexos” en el Café Internacional de la calle de Alcalá. En este acto, en el que hablaron Baldomero Lostau y Celso Gomis, saludó a la Commune con un discurso en contra de la fiesta patriótica española —que excitaba la xenofobia contra el francés— y a favor de la fraternidad universal, lo que provocó que la reunión del café terminase disuelta a golpes por la progubernamental Partida de la Porra. Para evitar persecuciones, emigró en junio a Lisboa con Lorenzo y el zapatero Francisco Mora, sus compañeros del Consejo Federal, llevándose consigo la documentación de la Asociación. Durante este exilio, ayudó a formar el primer núcleo lusitano de la AIT y de la Alianza, dimitiendo del Consejo, por desacuerdo con sus compañeros, el 16 de agosto. Tras celebrarse en Valencia la Conferencia clandestina de la FRE, en la que no fue elegido para la nueva dirección, regresó a Madrid en septiembre, coincidiendo con el inicio del debate parlamentario sobre la ilegalización de la Internacional.

En el Congreso de Zaragoza de la FRE, de abril de 1872, atacó con dureza a los marxistas y el autoritarismo de los Estatutos de la AIT. Fundador de la revista El Condenado (del 21 de enero de 1872 al 2 de enero de 1873), hizo una decisiva defensa desde sus páginas de las ideas bakuninistas frente a las marxistas del periódico La Emancipación, que dirigía José Mesa, y consiguió que los redactores de éste fuesen expulsados de la Federación Madrileña en junio de 1872.

La “Nueva Federación Madrileña” (marxista) no fue luego reconocida por el Consejo Federal de la FRE, aunque sí por el londinense Consejo General de la AIT. Escindida la Federación española a favor de los bakuninistas, asistió, junto a Farga, Charles Alerini y Nicolás Alonso Marselau, al Congreso de La Haya de la AIT, de primeros de septiembre de 1872, en el que se produjo el cisma de la Primera Internacional, tras el que se puso del lado de los bakuninistas expulsados por la mayoría seguidora de Marx y defensora de la participación política de los obreros. Desde Holanda se trasladó con sus acompañantes a Suiza para asistir al Congreso de Saint-Imier, donde los internacionalistas expulsados de la AIT ratificaron las tesis antiautoritarias de Bakunin a mediados de septiembre.

De vuelta a España, rehusó a la invitación de las sociedades obreras de Barcelona de presentarle como candidato a diputado en Cortes y apoyó la decisión del Consejo Federal de adherirse a los acuerdos de Saint-Imier (censurando los de La Haya). Mantuvo la misma postura en el Congreso de la FRE de Córdoba, de diciembre de 1872, en el que se pronunció a favor del bakuninismo —culminando la división del socialismo español— y de la sustitución del Consejo Federal por una mera “Comisión Federal de Estadística y Correspondencia”, encargada de coordinar las federaciones locales autónomas, con sede en Alcoy (la ciudad representada por él). Inclinado por los métodos insurreccionales, durante 1873 mantuvo correspondencia con Bakunin y se entrevistó con Pi y Margall, presidente del poder ejecutivo de la República, para protestar por la persecución sufrida por los obreros internacionalistas.

Disuelta la Internacional española por el gobierno dictatorial de 1874, fue redactor del periódico clandestino El Orden, que se publicó en Madrid entre 1875 y 1878, “hoja socialista de propaganda y acción revolucionaria”, muy influyente en los medios anarquistas, en la que colaboraron, entre otros, el abaniquero Juan Serrano Oteiza, Nemesio Gili, Farga y Lorenzo.

En 1877 fue delegado en el Congreso de la AIT (anarquista) de Verviers y en el internacional de Gante, en el que no se llegó a una reconciliación entre las dos ramas socialistas. Su postura a favor de la lucha clandestina y violenta le aisló de sus compañeros.

Trabajando de tipógrafo en la Casa de la Moneda, fue detenido por falsificación de billetes, siendo expulsado por su inmoral conducta de la Federación de Trabajadores de la Región Española el 30 de diciembre de 1883. Tras pasar por la prisión de Madrid, murió víctima del cólera en la cárcel de Granada, donde cumplía condena.

 

Bibl.: V. M. Arbeloa, “Estudio preliminar” y notas, en VV. AA., I Congreso obrero español (Barcelona, 18-26 de junio de 1870), Madrid, ZYX, 1972; J. J. Morato, Líderes del movimiento obrero español, 1868-1921, selecc. y notas de V. M. Arbeloa, Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1972, págs. 95- 102; C. E. Lida, Anarquismo y revolución en la España del xix, Madrid, Siglo XXI, 1972; A. Lorenzo, El proletariado militante: memorias de un internacional [1901-1923], pról., notas y cronología de J. Álvarez Junco, Madrid, Alianza, 1974; J. Termes, Anarquismo y sindicalismo en España. La Primera Internacional (1864-1881), Barcelona, Crítica, 1977; M. Nettlau, Miguel Bakunin, la Internacional y la Alianza en España, 1868- 1873, Madrid, La Piqueta, 1977 (3.ª ed.); J. Álvarez Junco, La ideología política del anarquismo español (1868-1910), Madrid, Siglo XXI, 1991 (2.ª ed. corr.).

 

Gregorio de la Fuente Monge