Ortiz, Francisco. El Nuncio. Toledo, ¿1435? – 1508. Nuncio apostólico y canónigo.
Nació en una familia conversa, en torno a 1435. Es conocido como el Nuncio, por haber desempeñado esta función en el Reino de Castilla y haber tomado este nombre popular el Hospital para dementes que fundó en Toledo. Joven inquieto y ardoroso, participó en numerosos alborotos de la sociedad toledana.
Huérfano de madre, se escapó de la casa paterna a correr aventuras, hasta que fue herido en una corrida de toros en la villa de Ocaña, desde donde su padre lo regresó a Toledo. Algún tiempo después, durante una reyerta en Toledo, sufrió una grave herida de la que pensó que iba a morir, pues una lanza le atravesó la garganta. Vivió en casa de una hermana casada, se dedicó a aprender las Artes Liberales y se colocó de preceptor del niño Vasco Ramírez de Ribera, hijo del mariscal Payo de Ribera. Con él marchó a Salamanca, donde ambos cursaron estudios de Derecho. Obtuvo los grados de bachiller, licenciado y maestro.
Habiendo conseguido Vasco Ramírez la dignidad de abad de San Vicente de la Sierra en la Catedral Primada, volvió con él a Toledo, pero, al presentarse problemas con esta canonjía, se trasladó a Roma para defender los derechos de su discípulo. Allí, durante el pontificado de Pío II, conoció al cardenal español Juan de Carvajal, gozando de su favor y protección.
En una segunda estancia en Roma, en tiempos del papa Pablo II, obtuvo una ración en la Catedral toledana y la dignidad de chantre en la Iglesia de Talavera.
El 23 de mayo de 1472 aparece como titular de una canonjía en la Catedral Primada; como titular de la canonjía 21.ª en 1490; y como dignidad de capiscol en 1476, aunque en 1481 fue desposeído de ella.
En 1474, el papa Sixto IV le nombró nuncio apostólico, colector en Castilla y protonotario apostólico, con un salvoconducto que ponía su persona y sus bienes bajo la exclusiva protección del Papa. Se convirtió así en el hombre de confianza del Papa en Castilla, circunstancia que puso sin duda mucho poder en sus manos y también que le creó numerosas enemistades.
Fue también arcediano de Briviesca.
Su vida, a partir de entonces no fue tranquila, pues, por defender públicamente los intereses del Papa, estuvo enfrentado y fue perseguido constantemente por los Reyes Católicos por temas como su posición en la guerra con Portugal, la provisión de la diócesis de Cuenca, donde intentó tomar posesión en nombre de Rafael Sansoni Riario, sobrino del Papa, y de la diócesis de Tarazona, cuyo candidato no coincidía con el designado por los Reyes e, igualmente, a causa de su amistad y toma de postura en favor del papa Sixto IV y de los intereses económicos de éste en la recaudación realizada a través de indulgencias para la Guerra de Granada.
Por todo ello, fue desposeído de sus bienes y saqueada su casa en varias ocasiones. No fueron mejores sus relaciones con el cardenal Cisneros, pues se puso al frente de la dura protesta del Cabildo toledano ante la anunciada visita que el cardenal tenía programada realizar a su Catedral en 1503. Fue perseguido por la justicia real y posteriormente encarcelado en Huete y en la fortaleza de Trujillo. Se le obligó a renunciar a todas sus dignidades, quedando como un simple canónigo.
Sin embargo, en la fiesta de la Visitación de la Virgen, en 1480, se produjo un gran cambio en su vida, llevándole a abandonar la vida de apasionados enfrentamientos y avatares de todo tipo que estaba llevando.
El cambio quedó plasmado en la fundación, en unas casas de su propiedad en la actual calle Nuncio Viejo de la ciudad de Toledo, de una de las instituciones benéficas más novedosas y famosas: el “Hospital de la Visitación o de los Inocentes”, más conocido como el Nuncio, el primer hospital para dementes que se creó en Castilla, cuyo patronato y administración cedió en favor del Cabildo. En el año 1500 Gonzalo de Lerma, canónigo de Burgos, ejecutó la bula Grata devotionis del papa Alejandro VI, por la que se le concedía al maestro Francisco Ortiz una pensión anual de 2000 maravedís sobre una canonjía de Segovia. Murió en la primavera de 1508, siendo sepultado en el oratorio del Hospital de la Visitación.
Bibl.: F. de B. San Román, “Autobiografía de Francisco Ortiz”, en Boletín de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, 13 (1931), págs. 71-102; A. Fernández Collado, La Catedral de Toledo en el siglo xvi. Vida, arte y personas, Toledo, Diputación Provincial-Universidad de Castilla- La Mancha, 1999; M.ª J. Lop Otín, El Cabildo catedralicio de Toledo en el siglo xv. Aspectos institucionales y sociológicos, Madrid, Fundación Ramón Areces, 2003.
Ángel Fernández Collado