Alcántara, Antonio de. Córdoba, 20.IV.1619 – Alcolea (Córdoba), 1672. Platero.
Son aún numerosas las lagunas existentes sobre la trayectoria vital de este artista. Según los datos aportados por José Valverde, había nacido en los aledaños de la catedral de Córdoba y fue hijo del también platero Gonzalo de Alcántara; fue bautizado en la parroquia del Sagrario el 21 de abril de 1619. Aunque no hay constancia, es muy probable que aprendiera el oficio junto a su padre y que realizara a su debido tiempo el preceptivo examen de maestría. Se ha supuesto que en torno a 1640 comienza a realizar obras, entre las que cabría situar las realizadas para la villa de Palma del Río.
En 1644, a los veinticinco años, contrae matrimonio con María de Angulo, también hija de platero, de cuya unión nacerán dos hijos. La década de 1650 será crucial para el platero: se piensa que a esos años corresponden sus trabajos para el obispo dominico fray Pedro de Tapia, algunos de los cuales se hallan en el tesoro catedralicio. Cuatro años después perderá a su esposa, lo que provocará en el artista una profunda crisis espiritual que le impulsa a consagrarse al sacerdocio, sin por ello abandonar sus labores de platero.
Le fue concedido un beneficio en la cercana localidad de Alcolea, en la que morirá en 1672.
No abundan las piezas conservadas de su autoría, y aún son menos las que llevan estampada su marca; tampoco las fuentes documentales ayudan, pues escasean hasta el momento las referencias a la actividad del platero; Ortiz Juárez considera suyos un cáliz con patena, una fuente y un aguamanil pertenecientes a la catedral, que pone en relación con los encargos del obispo Tapia, y una custodia de mano para Bujalance, hoy desaparecida. Especial mención merecen las custodias salidas de su mano, en las que queda patente la formación purista de su autor, plenamente acorde con la estética de la platería española de los comedios del Seiscientos. Las de tipo ostensorio se alzan sobre pie circular inscrito en un cuadrado y el astil se articula mediante gollete cilíndrico, nudo esferoide y templete arquitectónico de remate cupulado, generalmente decorado con relieves. A este modelo se ajustan el ostensorio de las Carmelitas de Antequera (1653), adornado con esmaltes azules y verdes y otras joyas, que luce una inscripción alusiva a su pertenencia al convento y la fecha de 1929 en que se doró de nuevo, y el ostensorio del monasterio del Císter de Córdoba (1666), en cuya base se hace constar la fecha de realización y que se hizo en vida de la fundadora, así como el nombre del artífice. Además del empleo de cabujones de esmalte azul, es reseñable en este ejemplar el templete arquitectónico con edículos rematados en frontón, más ornamentado que el modelo malagueño, puesto que en él aparece la imagen de la Inmaculada, titular del monasterio, acompañada de los santos cistercienses Benito, Bernardo y Escolástica.
Por lo que atañe a la tipología turriforme, sólo consta la realización de un ejemplar; se trata de la custodia de asiento de la parroquia de Santaella, realizada en 1656 por encargo del obispo Antonio Valdés; la arquitectura, sobria y elegante, de esta pieza presenta soluciones de inspiración palladiana, sirviendo de enmarque a una ornamentación mesurada basada en lo figurativo. Está compuesta por una base sobre la que se alzan dos cuerpos y remate. Como en los modelos de mano, los esmaltes juegan un notable papel en la decoración, al igual que los relieves de inspiración clásica que lucen el basamento y las figuras de apóstoles y virtudes que se distribuyen por los pedestales y vértices; además, en el segundo cuerpo va alojada la imagen de Cristo resucitado y en el remate va situado san Miguel. La base luce una inscripción en la que se recogen la fecha y los nombres del donante y del artífice.
Dentro de la platería civil se le conoce como única realización las mazas del Ayuntamiento de Bujalance, cuya decoración concentra el protagonismo en los elementos arquitectónicos.
Obras de ~: cáliz con patena, fuente y aguamanil, catedral de Córdoba, 1652; ostensorio, convento de Madres Carmelitas, Antequera (Málaga), 1653; mazas de Ayuntamiento, Bujalance (Córdoba), 1655; custodia de asiento, Santaella (Córdoba), 1656; ostensorio, monasterio del Císter, Córdoba, 1666.
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María Teresa Dabrio González
