Ximénez Peset, José Salvador. Castellón, 6.VIII.1713 – ?, 31.III.1803. Farmacéutico, botánico
Fue bautizado en la iglesia parroquial de Santa María de Castellón, tal y como figura en los registros bautismales allí conservados, posiblemente estudiaría las primeras letras en las Aulas de Latinidad y se desconoce con exactitud en qué lugar cursó los de Farmacia. En 1735 se casó en Castellón con Teresa Bedós Peligrí, natural de San Mateo (Castellón), de la que enviudó en 1747, se volvió a casar con Antonia Pitarch Sanchis y el matrimonio vivía en una casa de la calle del Medio donde Ximénez tenía abierta farmacia. Toda su vida transcurrió en Castellón, lugar en el que ejerció su profesión y se destacó como el más notable de los cinco farmacéuticos que ejercían en la población gracias a la confección de ungüentos y pócimas celebrados localmente. Hizo testamento con el notario de Castellón Felipe Meliá Traver en 4 de mayo de 1797. A su muerte fue enterrado, con el hábito del Padre San Francisco, en la sepultura de los Pitarch en la iglesia de Santa María. Tuvo cuatro hijos, una hija de su primer matrimonio y dos varones y una hembra del segundo.
Junto a su actividad de boticario, se dedicó a herborizar, coleccionar y dibujar aves y mariposas del término de Castellón. De su trabajo como botánico, ornitólogo y entomólogo se hizo eco Antonio José Cavanilles que en sus Observaciones sobre la historia natural del Reyno de Valencia dijo de él: “Hallé en Castelló lo que no se encontrará en España, ni tal vez fuera de ella, esto es, un hombre que sin libros, sin haber visto jardines, ni tratado con botánicos ha dibuxado las plantas, aves y mariposas de aquel término, distinguiéndose en el reyno vegetal, pues ha dibuxado y animado con colores naturales como 700 plantas, notando en donde se crían, quando florecen, y el uso que tienen en la medicina. Verdad es que son plantas conocidas, y qué a todas falta el sistema de la fructificación; pero en medio de estos defectos si Linneo hubiera visto los quatro tomos que forman, sin duda hubiera dado al autor los elogios correspondientes. Es este el boticario de dicha villa llamado Joseph Ximénez, hombre ya sexagenario: empleó diez y seis años en recorrer la marina, los montes, campos y barrancos para formar su flora; y aunque empiezan á faltarle las fuerzas, pero no el amor á las plantas: vive retirado en su patria cargado de años y pobreza sin ser conocido ni menos recompensado. Cavanilles, su descubridor, le dedicó con su nombre el género Ximenesia donde figura en la Flora Europea”.
En el año 1873 la revista La Unión Médica editada en Castellón, en su primer número se hacía eco de la existencia en la ciudad de la obra de Ximénez, La flora de Castellón de la Plana, que en aquel momento se encontraba en poder de sus descendientes y en perfecto estado de conservación. En 1879 el científico Fernando Bou consultó la mencionada obra para la confección de un estudio sobre la familia de las auranciáceas. En el año 1883 el Ayuntamiento de Castellón acordó dedicar una calle a su nombre. Del manuscrito, reiteradamente citado en numerosos estudios y prácticamente dado por perdido, nada se supo hasta el año 2005 en que algunas investigaciones lo han localizado en manos particulares en la ciudad de Castellón.
Obras de ~: La flora de Castellón de la Plana, s.l., s.f. (ms.).
Bibl.: A. Sánchez Gozalbo, “Un botánico castellonense”, en Revista de Castellón, t. II, 4 (1913).
Elena Sánchez Almela