Gómez Pérez, Hipólito. Hipólito Casiano de Santa Ana. El Carpio de Tajo (Toledo), c. 1655 – Manila (Filipinas), 1.XII.1725. Agustino (OSA), gramático.
Por el acta original de su profesión se sabe que fue natural de “Carpio de Montalbán” [Carpio de Tajo] (Toledo) y bautizado en la parroquia de San Miguel, y que fueron sus padres Juan Gómez de Santa Ana y María Pérez. A su llegada a Filipinas en septiembre de 1679 se anota que era “de quatro messes de professión y de edad veintiquatro”, por lo que se deduce que su nacimiento sería en torno al año 1655.
Se supone que principió su noviciado en el convento madrileño de San Felipe el Real y que luego se embarcó en la misión colectada por el comisario general de Filipinas padre Juan García, ante quien emitió su profesión solemne el 10 de mayo de 1679 en el navío San Telmo, que cubría la ruta entre Acapulco y Manila. La primera vez que se le nombra en el archipiélago magallánico es en el acta de un definitorio privado, celebrado por los superiores agustinos el 18 de septiembre de 1679, para afiliarlo y recordar su edad y tiempo de profesión. En el convento de San Agustín de Manila completaría sus estudios eclesiásticos.
Luego pasó a la isla de Panay y, tras el aprendizaje de la lengua bisaya y años de experiencia ministerial, llegó en 1690 su nombramiento como vicario-prior del pueblo de Antique, donde dejó recuerdos de sabio y virtuoso misionero, a quien se debe la conquista espiritual de la isla de Cagayancillo, por su visita en los tiempos antiguos. En 1704 el superior provincial fray Juan Bautista de Olarte informaba al gobernador de las islas de su laboreo apostólico con estas palabras: “Tiene esta Provincia [de Agustinos] otra Misión en la provincia de Octón, en los montes de Antique, donde asistió el P. Fr. Hipólito Casiano quince años, sin haber hecho gasto alguno de la Real Hacienda y, habiendo hallado el dicho pueblo de Antique con número de 128 tributarios, hoy pasa su cuenta de 400. Todos bajados de los montes, infieles, que llaman Mundos, y apóstatas de nuestra fe. Y asistiendo en este dicho pueblo dicho religioso pasaba en cada un año a las islas que llaman Cagayán, que distan 48 horas de travesía por mar, y con su predicación redujo al conocimiento de Dios nuestro Señor todos los habitantes en ellas, y recibieron el santo bautismo. Son hasta 300 tributos”.
Administró también los pueblos de Panay (1704 y 1710), Otón (1707 y 1722), Dumangas (1713), Antique (1714), Jaro (1717) y Guimbal (1719). En 1710 fue elegido definidor provincial.
Ejerció una dilatada labor evangélica en contacto con los naturales a los que se dirigía en su lengua vernácula, de la que llegó a ser un gran conocedor y hablista, pasando a la posteridad por sus conocimientos del dialecto panayano, por lo que mereció ser calificado de “Quintiliano bisaya”. Al servicio de la evangelización tradujo varios libros de devoción, algunos de ellos manuscritos. De los tres que merecieron letras de molde destaca por su difusión y número de ediciones el Paquigpolongpolong o “Diálogo entre una madre y su hija sobre las cosas necesarias para hacer una buena confesión”. El método dialogado y el estilo sencillo con que se enseñan las condiciones principales para hacer una buena confesión hizo muy común su uso y lectura entre las gentes llanas.
Murió el 1 de diciembre de 1725, en el convento de Manila.
Obras de ~: Paquigpolongpolong sang isa ca iloy sa isa ca anac sa nahatungud sang mga quinahanglan sa maayo nga pag confesar, Manila, 1870; ‘Relación sobre el pueblo de Antique’, en Archivo Agustiniano, 12 (1919), págs. 357-360.
Bibl.: G. Cano, Catálogo de los Religiosos de N. P. S. Agustín de la Provincia del Smo. Nombre de Jesús de Filipinas desde su establecimiento en estas Islas hasta nuestros días, con algunos datos biográficos de los mismos, Manila, Est. Tipográfico La Opinión, 1864, pág. 95; E. Jorde, Catálogo bio-bibliográfico de los religiosos agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de las Islas Filipinas desde su fundación hasta nuestros días, Manila, Colegio de Santo Tomás, 1901, págs. 150-151; T. López Bardón, Monastici Augustiniani, t. III, Valladolid, 1916, págs. 333-334; G. de Santiago Vela, Ensayo de una biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, t. III, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1917, págs. 128-130; M. Merino, Agustinos evangelizadores de Filipinas (1565-1965), Madrid, Archivo Agustiniano, 1965, pág. 499.
Jesús Álvarez Fernández, OSA