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Francisco de la Trinidad Arrieta y Araujo

Biografía

Arrieta y Araujo, Francisco de la Trinidad. San Sebastián (Guipúzcoa), 1605 – Río Hachas (Colombia), 23.III.1663. Dominico (OP), evangelizador y obispo.

A temprana edad viajó con su familia a Filipinas, y en 1620 ingresó en el Colegio de San Juan de Letrán.

El 9 de junio de 1631 tomó el hábito en el convento de Santo Domingo y el 11 del mismo mes de 1632 hizo su profesión religiosa. Inmediatamente comenzó los estudios eclesiásticos. Las Actas del Capítulo de 1637 lo presentaron como sacerdote de la mencionada comunidad conventual. No pasó mucho tiempo en Santo Domingo, pues pronto fue destinado al Colegio de Santo Tomás, donde fue nombrado lector de Humanidades y Filosofía (Artes), ocupación que tuvo entre 1639 y 1645; luego fue promovido al cargo de maestro de estudiantes (1645-1647), y finalmente fue lector de Teología y catedrático de Vísperas en la recién fundada Universidad de Santo Tomás.

Quizá por motivos de salud, en 1650 se interrumpió su brillante carrera académica y es destinado a la casa de San Juan del Monte. En 1651 fue elegido prior de Santo Domingo de Manila; sin embargo, no concluye el trienio de su priorato, ya que fue elegido como procurador de la Provincia en Madrid y Roma y definidor para el Capítulo General. En Roma asistió al Capítulo General de 1656 y obtuvo del maestro general el permiso para llevar un grupo de frailes a Filipinas. Con estas licencias vino a España y logró las ayudas reales para aviamiento y viaje de una nueva expedición de frailes. Mientras desarrollaba estos cometidos, llegó la noticia del fallecimiento de Francisco de la Cruz, dominico y obispo de Santa Marta (Colombia).

El obispado de Santa Marta llevaba varios años sin prelado, pues aunque el 23 de noviembre de 1657 había sido presentado fray Francisco de la Cruz, este religioso dominico retardó hacerse cargo de la diócesis —dicen los historiadores— por esperar la autorización del maestro general de la Orden, no obstante los reiterados requerimientos entre 1657 y 1660 del Consejo y del propio Rey (Archivo General de Indias, Santa Fe, leg. 4). Finalmente, fray Francisco se puso en camino, pero falleció en Potosí el 24 de abril de 1660 sin haber llegado a Colombia.

La noticia de la muerte, y el largo tiempo en sede vacante, urgieron al Rey a poner sus ojos en fray Francisco Arrieta: el 25 de febrero de 1661 fue electo obispo; el 12 de junio, encomendaba el Rey a su embajador en Roma que obtuviese el plácet del Papa; terminado y recibido en Roma el expediente canónico hecho en Madrid, fue preconizado en el Consistorio de 5 de septiembre de 1661 y diez días más tarde eran remitidas las bulas a Madrid. Vistas en el Consejo de Indias en enero de 1662, el Rey expedía las correspondientes ejecutoriales el 15 de febrero de 1662.

Con idénticas prisas, fray Francisco acataba la disposición del Consejo de Indias que le urgía fuese “con toda brevedad a governar dicha iglesia por haver muchos años que es sin prelado”. La Cámara y Consejo de Indias le proporcionaron la ayuda económica para proveerse de lo más necesario para el viaje y dejar pagadas las bulas. En Cartagena de Indias recibió la consagración episcopal de manos de Antonio Sanz Lozano, y llegadas las bulas y ejecutoriales, pudo tomar posesión de su diócesis el 14 de junio de 1662.

Gobernó su diócesis poco más de un año. En ese tiempo concluyó la nueva catedral, que inauguró el 22 de marzo de 1663. Se le atribuye también la fundación de una escuela literaria en Santa Marta.

El 8 de diciembre de 1663 fallecía en Río Hachas mientras realizaba la visita pastoral, “siendo su muerte muy sentida por todos”, pues habían depositado en él grandes esperanzas al ver que sus primeras actuaciones pastorales habían sido muy prometedoras, desplegando el ardor de “un celo sólo comparable a los obispos de la primitiva Iglesia”.

Y cuando ya reposaba en el sepulcro, el Rey le eligió para el obispado de Popayán en la primera mitad de 1664, elección que debió de coincidir con la llegada a Madrid de la noticia de su fallecimiento. El 19 de julio de 1664 ya había sido nombrado su sucesor en Santa Marta.

 

Bibl.: J. Peguero, Historia en compendio de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de Filipinas de la Orden de Predicadores [Archivo Provincial de Nuestra Señora del Rosario, 1691 (ms.), Ávila]; H. Ocio y Viana, Compendio de la reseña biográfica de los religiosos de la Provincia de Nuestra Señora del Rosario de la Orden de Predicadores, Manila, Universidad de Santo Tomás, 1895; A. Ariza, Los dominicos en Colombia, vols. I-II, Santa Fe de Bogotá, Ediciones Antropos, 1992-1993; M. González Pola, “Dominicos misioneros en el Extremo Oriente, obispos en Hispanoamérica”, en Studium, 34 (1994), págs. 292-295; E. Neira, Misioneros dominicos en el Extremo Oriente 1587-1835, Manila, Life Today Editions, 2000.

 

Miguel Ángel Medina, OP

 

 

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