Perelló Sintes, Juan. Alexandre, Liberto Callejas. Mallorca (Islas Baleares), c. 1900 – Ciudad de México (México), 1970. Obrero y periodista, escritor y conferenciante anarquista de popularidad en los medios cenetistas.
La trayectoria de Liberto Callejas fue en sus inicios problemática, tanto familiar como personalmente.
Nacido en Mallorca, la pérdida muy temprana de su madre le llevó a ser cuidado por unos parientes en Mahón, de los que pronto se evadió —al parecer, por su empeño en iniciarlo en la carrera eclesiástica— para reunirse con su padre en Mallorca. Con posterioridad se trasladó a Barcelona, ciudad donde intentó desde muy joven ganarse la vida. Aunque sin sindicarse, el joven Callejas tuvo un incidente con el patrono de su empresa —Vidal y Rivas, jefe del Somatén barcelonés— que le llevó a la cárcel en 1919. Internado en un módulo de presos sociales, el joven —de carácter romántico y bohemio y devorador insaciable de lecturas variadas— conoció a lo más granado de la dirección anarcosindicalista y a jóvenes rebeldes, como Juan García Oliver, que estaban iniciándose en el anarquismo. En Barcelona, Callejas colaboró en 1922 en una de las muchas publicaciones anarquistas, como Crisol, integrado por colaboradores libertarios (Torres Tribó, Francisco Ascaso, Felipe Aláiz), que en Zaragoza habían publicado Voluntad.
Con Felipe Aláiz —a quien Callejas sucedió en la dirección de Solidaridad Obrera, en septiembre de 1932—, además de su caudal de lecturas carcelarias y formación autodidacta, Callejas compartió un prestigio creciente en los medios cenetistas, sin afiliarse a la Confederación Nacional del Trabajo (CNT). Callejas era más partidario de un anarquismo individualista que del sindicalismo, pero asistió no obstante a reuniones sindicales, como la asamblea plenaria de 1922 en Barcelona, convocada por el combativo Sindicato de la Madera contra los asesinatos del pistolerismo gubernativo y patronal. Aquel año pasó a integrar en Valencia un nuevo equipo de redactores del órgano anarcosindicalista, Solidaridad Obrera, que abrió ediciones propias, entre otras ciudades en la capital del Turia.
Durante la dictadura de Primo de Rivera Callejas se exilió a Francia; y en París —mientras trabajaba de carpintero, en 1924— se relacionó con Durruti y Ascaso y, al parecer, desempeñó un papel importante para la creación de su grupo “Los Solidarios”.
En 1929 volvería a encontrarse con ellos —y con otros ya famosos anarquistas— en Bélgica, al mismo tiempo que dirigió la revista Iberión, pronto rebautizada como Liberión. En 1925, mientras se relacionaba con Juan García Oliver aún en París, integró un comité anarquista internacional y fue el responsable en la capital francesa de una Editorial Anarquista Internacional.
En 1927 Callejas creo La Voz Anarquista, además de firmar un manifiesto de “Tiempos Nuevos” y adherirse al anarcosindicalismo.
Su vuelta a España desde el exilio, con la llegada de la Segunda República, fue definitiva para la progresiva proyección de Callejas en el ámbito obrero. A partir de 1931, Callejas dispuso de una creciente proyección periodística obrera: primero desde Cultura y Porvenir; después desde CNT en Madrid, del que, en 1932, Callejas fue su primer director. Con la ocasional clausura de CNT, Callejas ejerció como director de Solidaridad Obrera en Barcelona, aunque desde diciembre de 1935 volvió a su redacción; y asumió su dirección convertido ya en diario desde 1936, al principio de la Guerra Civil. En 1936, fue redactor de otra revista anarquista, Ideas de Hospitales; pero aún alcanzaría ecos su influencia periodística desde otras publicaciones, como desde la también anarquista Tiempos Nuevos y el periódico Tierra y Libertad, ambos editados en Barcelona durante la guerra, así como en México, durante su largo exilio.
De salud precaria, durante 1935 Liberto Callejas hubo de reponerse durante seis meses de una tuberculosis en su patria chica de Baleares, donde, no obstante, dirigió la publicación de Mahón, Fructidor.
Fue un dirigente de estrictos principios anarquistas que le llevaron a pronunciar un furibundo discurso antimilitarista, en diciembre de 1935, y a abandonar la dirección de Solidaridad Obrera en octubre de 1936, a causa de su desacuerdo con la promoción de cuatro ministros anarquistas al Gobierno de la República.
Liberto Callejas fue además un amplio lector y propagandista y en julio de 1937 aceptó el cargo de delegado de propaganda en una productora de cine del sindicato cenetista.
Al final de la guerra, como muchos de sus compatriotas consiguió llegar a Centroamérica y México, desde donde continuó su labor de conferenciante muy acreditado y periodista de pluma incisiva en Tiempos Nuevos y Tierra y Libertad, publicaciones anarquistas que continuó en México, desde 1944, así como en la redacción de la revista Inquietudes, desde 1945.
Murió en la capital azteca en 1970.
Bibl.: J. García Oliver, El eco de los pasos, Barcelona, Ruedo Ibérico, 1978, págs. 29-30, 70, 73-74, 80, 82-83, 99, 121, 124, 156-158, 201, 207, 420, 612, 628, 630 y 635; G. Kelsey, Anarcosindicalismo y Estado en Aragón: 1930-1938, Madrid, Fundación Salvador Seguí-Institución Fernando el Católico, 1994, pág. 186; A. Paz, Durruti en la revolución española, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 1996, págs. 14, 80, 90, 114, 159, 194, 209, 211, 215, 239, 307, 362, 378, 396, 421, 451, 454 y 686 [1.ª ed., Bruguera, 1978]; M. Íñíguez, Esbozo de una enciclopedia histórica del anarquismo español, Madrid, Fundación Anselmo Lorenzo, 2001, pág. 112.
Alejandro R. Díez Torre