Menéndez, Pedro Antonio, Candás (Asturias), 25.VIII.1716 – Oviedo (Asturias), 21.I.1789. Arquitecto.
Su padre, Bernardo Menéndez, era maestro de cantería y, al año siguiente del nacimiento de Pedro, trasladó la residencia de la familia desde la villa costera de Candás a Oviedo, donde, sin duda, esperaría obtener mejores encargos profesionales y donde transcurrió la niñez y juventud de su hijo. Teniendo en cuenta los mecanismos endogámicos de formación gremial, Bernardo sería el responsable de su iniciación en el oficio arquitectónico y, aunque Ceán Bermúdez anota su aprendizaje con el maestro montañés Francisco de la Riva (1686- 1741), esta relación aún no ha podido ser demostrada.
La reaparición documental de Pedro Antonio Menéndez tiene lugar en 1744, cuando contrató dos obras de singular relieve: la capilla de ejercicios espirituales de los jesuitas y la culminación del palacio del Marqués de Camposagrado, ambas en la ciudad de Oviedo. En este momento ya estaba casado con Antonia García Casielles y convivía también con su madre, que había enviudado, en una casa situada frente a la puerta de los Trascorrales. Se ignora su trayectoria anterior a esta fecha, pero la confianza que le demostraron dos de los principales clientes de la ciudad indica que, pese a su juventud, había alcanzado ya cierto prestigio profesional. Además, la novedad de sus recursos, su estrecha relación con José Bernardo de la Meana (1715-1790), el maestro de la catedral que se había formado en Madrid, y su perfecto conocimiento de las corrientes artísticas del momento sugieren la posibilidad de un aprendizaje en la corte.
En 1751 contrató la reconstrucción de una gran parte del Monasterio de Santa María la Real de la Vega, en Oviedo, que incluía la habitación de las monjas y su claustro. Pero, al año siguiente, su carrera sufrió un impulso definitivo con la llegada del nuevo regente, Isidoro Gil de Jaz. Éste se encontraba plenamente comprometido con las iniciativas del reformismo borbónico y encargó a Menéndez la erección de un gran Hospicio y Hospital Real en Oviedo, que por su diseño y concepción teórica estaba destinado a convertirse en una obra emblemática de los planteamientos ilustrados en Asturias. Simultáneamente, Gil de Jaz le confió también la reconstrucción de los muelles del puerto de Gijón como sobrestante del ingeniero responsable del proyecto, Thomas O’Daly.
Mientras O’Daly permanecía en la región a cargo de las obras del puerto, Menéndez siguió residiendo en Oviedo y ocupándose del Hospicio y de otros proyectos, como la reforma de la iglesia de San Isidoro (1757), pero en 1759, tras la marcha del irlandés, trasladó su residencia a Gijón y asumió la dirección de unos trabajos que continuó con muchas dificultades hasta 1772. La compleja reconstrucción de los muelles gijoneses apenas le dejó tiempo para otros proyectos y le causó, además, un desgaste personal que se manifestó en 1777, cuando se decidió proseguir la obra. En este momento se pensó de nuevo en Menéndez como director, pero el arquitecto ya estaba afectado por una enfermedad mental que le había incapacitado para ejercer su oficio.
En 1783 su esposa solicitó que lo ingresaran en el Hospicio y Hospital Real que él mismo había proyectado y construido en Oviedo. Falleció en el año 1789 sin haberse curado de su demencia, y su cuerpo fue sepultado en el Convento de San Francisco de Oviedo.
Obras de ~: Capilla de la escuela de María Santísima para el Colegio de San Matías, Oviedo, 1744; Palacio del marqués de Camposagrado, Oviedo, 1744-1758; Iglesia parroquial de San Félix de El Pino, Aller (Asturias), 1745; Reconstrucción parcial del Monasterio de Santa María la Real de la Vega, Oviedo, 1751; Hospicio y hospital real, Oviedo, 1752; Reconstrucción de los muelles, Gijón, 1753-1772; Proyecto de reparación y aumento de la torre de la iglesia, Gijón, 1758; Reconstrucción de la iglesia de Santiago de Ambás, Carreño (Asturias), 1759; Reforma de la nave de San Juan de Cenero, Gijón, 1769.
Bibl.: J. A. Ceán Bermúdez, “Apéndice”, en E. Llaguno, Noticias de los arquitectos y arquitectura de España desde su Restauración, Madrid, Imprenta Real, 1829, pág. 290; G. Ramallo, La arquitectura civil asturiana (Época Moderna), Salinas, Ayalga, 1978, págs. 176-198; G. Ramallo, “El Barroco”, en VV. AA., Arte Asturiano II, Gijón, Júcar, 1981, págs. 44-46; G. Ramallo, “Las etapas arquitectónicas y de uso en el edificio del antiguo conservatorio de Oviedo”, en VV. AA., Homenaje a Carlos Cid, Oviedo, Universidad, 1989, págs. 353-372; V. de la Madrid, Pedro Antonio Menéndez. Un arquitecto entre el Barroco y la Ilustración, Avilés, Azucel, 1997.
Vidal de la Madrid Álvarez
