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Julio Ríos Angüeso

Biografía

Ríos Angüeso, Julio. Lanajos (Huesca), 28.II.1888 – Sevilla, 6.V.1973. Militar, general de división, aviador y caballero Laureado de San Fernando.

Ingresó en la Academia de Infantería en 1906, siendo promovido a 2.º teniente tres años más tarde, y a 1.º en 1911; destinado en Valencia, en junio del año siguiente, logró dominar una insurrección en la Cárcel Modelo de aquella plaza, encontrándose de guardia en ella. Aquel mismo año, 1912, fue designado para efectuar en las Escuelas de Guadalajara y Cuatro Vientos, las prácticas de Aviación, obteniendo los títulos de piloto y observador de aeroplano. Formó parte de la escuadrilla de Aviación que, al mando del capitán Kindelán, marchó a Marruecos, instalándose en las proximidades de Tetuán, participando en las operaciones que el Alto Comisario de España en Marruecos, general Marina, llevaba a cabo en los alrededores de aquella plaza.

La escuadrilla comenzó sus vuelos de guerra el 3 de noviembre de 1912, con misiones de reconocimiento de la zona enemiga a vanguardia de Laucién, en las kabilas de Uad Ras y Beni Ider. El 19, el Mando requería información sobre los núcleos rebeldes establecidos en la ladera occidental del monte Cónico, y la misión fue asignada al biplano Farman n.º 1, pilotado por el teniente Ríos, llevando como observador al capitán Barreiro. Despegaron los aviadores a primeras horas de la mañana, del aeródromo de Adir, y se dirigieron a su objetivo; la necesidad de situar con precisión al enemigo oculto entre el espeso matorral que cubría el monte, forzó a Ríos a descender hasta casi rozar la gaba, volando el Farman en cota inferior a la de los puestos enemigos que desde la altura a que estaban dominaban con su fuego al aeroplano. Una descarga de los certeros tiradores yeblíes cogió de lleno al biplano, hiriendo de gravedad a ambos aviadores, con un disparo en el pecho a Barreiro, y a Ríos con dos, uno en el vientre y entre las piernas, otro. Sin perder la cabeza, pese a lo doloroso y grave de sus lesiones, inició Julio Ríos el regreso al campo español, logrando alcanzar el campamento principal, y, decidido a salvar el aparato y a no ocasionar daños en el campamento, pese a que la pérdida de sangre lo iba debilitando por momentos, dio una vuelta sobre aquél para elegir el lugar más apropiado para el aterrizaje, realizándolo a la vista del poblado enemigo de Zuitín, entre tiendas, armas y ganado, sin causar el menor desperfecto en el aeroplano ni en el campamento.

Sacados ambos aviadores del aparato y realizada la primera cura en el puesto de socorro del campamento, fueron trasladados al Hospital Militar de Tetuán, y en él permanecieron hasta que, pasada la fase de gravedad, estuvieron en condiciones de ser trasladados al de Carabanchel.

El Rey, en uso de sus atribuciones de jefe del Ejército, ascendió a ambos aviadores al empleo superior inmediato, felicitándoles por su brillante comportamiento y ordenando se abriera el expediente para la concesión de la Cruz Laureada, pero el Consejo Supremo de la Orden de San Fernando, aun reconociendo lo heroico del hecho realizado por el teniente Ríos, denegó la concesión de la Laureada, dado que el Reglamento de la Orden, vigente a la sazón, no preveía hechos realizados con aparatos aéreos. Una modificación de aquél, realizada en 1921, en la que se definían las acciones realizadas en aeróstatos y aeroplanos, susceptibles de ser premiadas con el ingreso en la Orden, permitió que se reabriera el expediente, y así, por Real Orden de 11 de agosto de 1921, le fue concedida al capitán Ríos la Cruz Laureada de San Fernando. El decreto de concesión decía escuetamente: “El día 19 de noviembre de 1913, el Teniente de Infantería, piloto aviador, D. Julio Ríos Angüeso, pilotando el biplano M.F. n.º 1, realizó un reconocimiento sobre el Monte Cónico (Tetuán), siendo gravemente herido por el enemigo, y regresó al campamento general sin causar desperfectos en el aparato, cumplida la misión encomendada”.

Continuó Ríos en el Servicio de Aeronáutica, destinado como profesor de vuelos en las escuelas de Cuatro Vientos, Getafe y Alcalá de Henares hasta noviembre de 1927 en que ascendido a comandante, y con la categoría aeronáutica de jefe de grupo, pasó destinado a los servicios de Material, en Cuatro Vientos, como jefe de la sección de Parque y Fabricación.

Al advenimiento de la República, en abril de 1931, se retiró del Ejército, y durante los primeros meses de 1936 se entrevistó en Tetuán con los jefes de la Mehal-la y las Mehaznías, obteniendo su adhesión al levantamiento que se preparaba.

El 19 de julio de aquel año fue detenido en Madrid, permaneciendo en prisión hasta noviembre en que, tras laboriosas gestiones del representante de Noruega, quedó en libertad y pudo refugiarse en la Legación de aquella nación; en marzo de 1937 pasó a la Embajada de Chile donde se encontraba al terminar la guerra.

Incorporado al Arma de Aviación del, a la sazón, recién creado Ejército del Aire, pasó a formar parte de la Escala del Aire, y ascendido a teniente coronel fue nombrado jefe de las Fuerzas Aéreas del Atlántico, permaneciendo únicamente tres meses en Las Palmas de Gran Canaria, ya que en septiembre fue nombrado jefe del Estado Mayor de las fuerzas Aéreas de Marruecos.

En febrero de 1941 pasó a la Escala de Tierra y, ascendido a coronel, fue designado 2.º jefe de la Región Aérea del Estrecho.

General de brigada en 1945, recibió el nombramiento de vocal del Consejo Supremo de Justicia Militar, cargo que desempeñó hasta 1952 en que pasó a la situación de Reserva, y fue ascendido a general de división.

El 6 de mayo de 1973, a los ochenta y cinco años de edad, en el Hospital del Aire, de Sevilla, falleció el general Julio Ríos Angüeso, el primer aviador que fuera condecorado con la Cruz Laureada de San Fernando.

 

Bibl.: J. Gomá Orduña, Historia de la Aeronáutica española, t. I, Madrid, Imprenta Prensa Española, 1946; Servicio Histórico Militar, Historia de las campañas de Marruecos, t. 2, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1951; VV. AA., Enciclopedia de Aviación y Astronáutica, Vitoria, Garriga Ediciones, 1972, t. 6; Servicio Histórico Militar, Galería militar contemporánea, t. VI, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1980; L. Serrano de Pablo, Historia de Tablada, Sevilla, 1981; Instituto de Historia y Cultura Aérea, Historia de la Aviación española, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1988; E. Herrera Alonso, Heroísmo en el cielo: laureados de San Fernando en el Museo del Aire, Madrid, Instituto de Historia y Cultura Aérea, 1999; Cien aviadores de España, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001; J. L. Isabel Sánchez, Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando (Infantería), t. I, vol. II, Madrid, Ministerio de Defensa, 2001.

 

Emilio Herrera Alonso