Valderrama, Jerónimo de. Talavera de la Reina (Toledo), s. xvi – Madrid, 22.VIII.1567. Consejero de Indias.
Desde su Talavera de la Reina natal pasó a la Universidad de Salamanca y allí, una vez graduado de bachiller, ingresó a su Colegio Mayor de San Salvador de Oviedo (31 de diciembre de 1545) y más tarde obtuvo el grado de licenciado. En 1554 fue nombrado oidor de la Contaduría Mayor de Cuentas y permaneció en ella hasta que fue promovido a una plaza togada en el Consejo de Indias (13 de marzo de 1560) en lugar del licenciado Gracián de Briviesca a quien se había llamado al Consejo Real.
En 1562 fue enviado como visitador general de la Nueva España, conservando el goce de su salario como consejero, embarcándose, previa la licencia de rigor (6 de marzo de 1563), en la flota del general Pedro de las Ruelas y arribó a la Nueva España a finales de julio de 1563, después de haber estado al borde de perder la vida en un naufragio: “yo salí de la nao en que venía desnudo”. Una de sus primeras ocupaciones, sin perjuicio de las específicas de la visita, fue la de reiterar a la Corte la solicitud de que se crearan plazas de alcaldes del Crimen en la Real Audiencia de México “como los hay en las de Valladolid y Granada y con la misma comisión y orden que allá tienen”, sugerencia que fue, finalmente, acogida y, sobre consulta del Consejo de Indias (4 de mayo de 1568), se decidió la creación de una sala de tres alcaldes del Crimen en la Real Audiencia de México.
En orden a la visita, el licenciado Valderrama había hecho presente en Madrid su poco deseo de desempeñarla, “porque es cosa muy odiosa tratar de vidas ajenas y muy ajeno de mi condición y cosa de que nunca se dejaron de cobrar enemigos” y ya a los pocos meses de su llegada a México (24 de febrero de 1564) escribía al Monarca para decirle que lo único que deseaba era que no hubiera nada que remediar en la Nueva España “para volverme más presto a servir a V. Mgd. en ese reyno, que es lo que de presente más deseo”. En cuanto al virrey Velasco, sus hijos y oficiales, estimaba que “está muy emparentado” y representaba al Monarca que, cuanto antes, se proveyera a otro en su lugar, y lo mismo ocurría con algunos ministros de la Audiencia: “Y algunos de los oydores también lo están y ansí pocos negocios dexan de tocar a los unos o a los otros y todos tienen padrinos”, y respecto de dos de ellos consideraba que era necesario retirarlos “no porque ayan hecho cosa indebida, que yo sepa hasta agora, sino porque el uno está muy viejo y no está para servir y el otro tampoco por estar muy sordo” y, si bien reconocía algunos problemas en materias de gobierno y justicia, las más necesitadas de remedio eran las de real hacienda: “Las cosas de hacienda están peor que las demás, porque ha habido mal recaudo en el acrecentarla y también en el librar en ella”. Durante el curso de la visita decretó la suspensión de los oidores Vasco de Puga y Luis de Villanueva, a quienes envió a los Reinos de España (1565), pero no avanzó mucho más en ella, pues en 1563 se le fijó término de dos años para finalizar sus trabajos y en 1565 se le ordenó que dejare los autos en el estado en que se hallaban y volviera a los Reinos de España y así las sentencias de esta visita sólo se pronunciaron en 1572.
A finales de 1565 embarcó de regreso a los Reinos de España y allí se reincorporó a su plaza en el Consejo de Indias, permaneciendo en el servicio de ella hasta su muerte.
Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias (Sevilla), Contratación, 5.537, l. 2, fol. 284r.; Contratación, 5.787, n. 1, l. 4, fols. 200r.-2001r.; Escribanía, 1.180; Guatemala, 9B, r. 3, n. 14; Indiferente General, 425, l. 23, fols. 463r.-464r.; Indiferente General, 1.967, l. 16, fols. 141v.-143r.; Méjico, 19, n. 32, 34, 96; Méjico, 68, r. 21, n. 51, 54; Patronato, 182, r. 8, 11; Méjico, 68, r. 22, n. 58, 59, 60, 62, 65; Archivo General de Simancas, Quitaciones de Corte, legs. 21, 31; Archivo Histórico Nacional (Madrid), Diversos-Colecciones, 24, n. 68, 69.
F. Ruiz de Vergara y Álava y J. Roxas y Contreras, Historia del Colegio Viejo de S. Bartholomé, Mayor de la célebre Universidad de Salamanca. Vida del Excmo. y Rmo. Sr. Don Diego de Anaya y Maldonado Arzobispo de Sevilla, su fundador, y noticia de sus Ilustres Hijos. Primera parte. Escrita por el Illmo. Sr. D. Francisco Ruiz de Vergara y Alava [...] Corregida y aumentada en esta segunda edición por Don Joseph de Roxas, y Contreras, Marqués de Alventos [...], Madrid, por Andrés Ortega, año de 1766, fol. 228; Colección de Documentos Inéditos para la Historia de Iberoamérica, t. I, Madrid, 1927, págs. 419-421; E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias. Su historia, organización y labor administrativa hasta la terminación de la Casa de Austria, t. I, Sevilla, Universidad, 1935, págs. 111, 130-131 y 355; J. M.ª Fernández Catón, “El Colegio Mayor de San Salvador de Oviedo de la Universidad de Salamanca.
Catálogo de sus colegiales”, en Studium Legionense, 1 (1960), pág. 291; P. Arregui Zamorano, La audiencia de Méjico según los visitadores (siglos xvi y xvii), México, Universidad Nacional Autónoma, 1983, págs. 74-80; A. M.ª Carabias Torres, “Catálogo de colegiales del Colegio Mayor de Oviedo (siglo xvi)”, en Studia Historica. Historia Moderna, III (1985), pág. 79; J. Martínez Millán, “Grupos de poder en la corte durante el reinado de Felipe II: La facción ebolista”, en J. Martínez Millán (ed.), Instituciones y Elites de Poder en la Monarquía Hispana durante el siglo xvi, Madrid, Universidad Autónoma, 1992, pág. 177.
Javier Barrientos Grandon
