Sagarbinaga, Juan de. Axpe de Busturia (Vizcaya), 16.XII.1710 baut. – Salamanca, 18.XII.1797. Arquitecto.
Hijo de Juan de Sagarbinaga y María Cruz de Albiz, naturales de Axpe de Busturia, Juan de Sagarbinaga fue bautizado el 16 de diciembre de 1710 en la anteiglesia de Axpe de Busturia, del concejo de Busturia, partido judicial de Guernica y señorío de Vizcaya, motivo por el que gozó de la condición de hidalgo, de la que informó con orgullo en el Catastro de Ensenada en 1751 y por la que solicitó en 1771 ante la Real Chancillería de Valladolid, en su nombre y en el de sus hijos Juan Marcelino y Manuel Felipe, su condición nobiliar, que les fue otorgada ese año.
Sagarbinaga se dedicó, según Llaguno y Ceán, a la arquitectura desde muy joven con un tío suyo inteligente en cortes de cantería y a los veintitrés años se trasladó a Madrid, donde intervino en las obras del nuevo Palacio Real y del conjunto de Aranjuez. La primera referencia documental sobre su actividad profesional le sitúa trabajando en 1735 en la obra de la torre de la iglesia de Sotillo de la Ribera (Burgos). Aquí seguía en 1740, realizando la renovación del coro, como oficial de Domingo de Ondátegui, arquitecto vasco de prestigio al que se vinculó hasta 1742, y desde entonces de forma esporádica. Con él intervino en la primera fase de la edificación de la torre de la Catedral de El Burgo de Osma (Soria), siguiendo el proyecto del arquitecto José de la Calle, y en la renovación, junto a Francisco de Bazteguieta, de los contrafuertes de la capilla de Santa Tecla de la Catedral de Burgos. A esa relación profesional se unió la familiar al casarse Sagarbinaga con Saturia de la Horra, natural de Villamayor de los Montes (Burgos), cuñada de Ondátegui, que actuó como testigo de la boda, celebrada en El Burgo en enero de 1741. Fruto del enlace nacieron diez hijos, de los cuales sólo cuatro sobrevivieron a su padre y uno, Juan Marcelino (1753-1807), continuó la carrera paterna. Saturia murió en Salamanca en 1766.
En mayo de 1741 Sagarbinaga se declaraba vecino de La Horra (Burgos), villa a la que su familia política estaba muy vinculada. Su participación en las obras de la capilla de Santa Tecla de la catedral burgalesa, donde además realizó las trojes y junto a Ondátegui y Bazteguieta la zanja o mina que comunica la plaza de Santa María con la de la Puerta de la Pellejería, le hizo trasladar su residencia a esa ciudad, en la que estaba avecindado en 1742. En septiembre contrató una obra en la Real Abadía Cisterciense de San Andrés de Arroyo en Santibáñez de Ecla (Palencia).
Desde finales de 1745 y durante los ocho años dirigió la radical transformación que, ideada en gran medida por él, experimentará la Colegiata de Nuestra Señora del Manzano en Castrojeriz (Burgos) con la financiación del legado de Juan de Mendoza. Esas intervenciones, su primer gran proyecto y punto de partida de su arquitectura, efectuadas en cuatro etapas (sacristía de los capellanes, del cabildo y espadaña del hastial occidental; reforma de la fachada sur y capilla devocional de Nuestra Señora del Manzano, que denota la influencia del barroco cortesano en el que se había formado; transformación de la cabecera para acoger la cripta y los sepulcros de los patronos; cuerpo de campanas y remate de la torre), otorgaron una nueva silueta al exterior del edificio y alteraron en el interior la relación entre los distintos ámbitos espaciales al potenciar el eje transversal y reivindicar el presbiterio como lugar de enterramiento para los patronos. Durante esos años se avecindó en Castrojeriz; aún lo estaba en 1756, y realizó otras obras tanto en esta villa como en núcleos próximos, unos burgaleses (torre de la iglesia de Melgar de Fernamental y portada sur de la de Padilla de Abajo, donde planteó una intervención sin disonancias estilísticas) y otros palentinos (fachada oeste de la iglesia de Santa Eugenia de Astudillo). Sagarbinaga y Ondátegui pasaron a petición del abad del Monasterio de Santo Domingo de Silos a reconocer y certificar el estado de ruina en el que se hallaba la iglesia abacial y en 1754 se hicieron cargo del proyecto que fray Antonio de San José Pontones había ideado para el Colegio Mayor de Santa Cruz de Valladolid, edificio con el que Sagarbinaga volvió a estar ligado en 1764, cuando el rectorado le encargó un informe para la reforma de las fachadas, y en 1769.
En noviembre de 1754, tras haber reconocido el trabajo de Manuel de Larra Churriguera en la antesacristía de la Catedral Nueva de Salamanca, el Cabildo le nombró maestro mayor de las obras del templo si vivía en la ciudad y dirigía personalmente los trabajos de la antesacristía. Sagarbinaga aceptó y llegó en enero de 1755 a Salamanca, donde estuvo avecindado hasta su óbito y efectuó algunas de sus intervenciones más importantes, si bien por motivos labores residió largas temporadas fuera, sobre todo en Ciudad Rodrigo y en Medina del Campo, donde dirigió, siguiendo el proyecto de Ventura Rodríguez, la construcción de los cuarteles militares desde su inicio en 1776 hasta la paralización de los trabajos en1785, al carecer el consistorio de recursos.
Durante los años de su maestría mayor en la catedral (noviembre de 1754 a febrero de 1767, fecha en la que cesó debido, entre otros motivos, a sus discrepancias con el Cabildo por la solución que se debía tomar ante los graves problemas que presentaba la torre), Sagarbinaga hizo frente a varias intervenciones que le pusieron en contacto con arquitectos de gran crédito en el ámbito nacional (Sacchetti, Ventura Rodríguez, Moradillo, fray Antonio de San José Pontones, fray Antonio Manzanares, Baltasar Dreveton, Manuel Godoy) y en las que adoptará diferentes criterios arquitectónicos. Así, fue el responsable de la simbiosis que se produjo entre el gótico y el barroco en la conclusión de la antesacristía, a él se debe el aguamanil, y en realización a partir de sus trazas de la de prebendados, del triunfo del barroco clasicista en el cimborrio, a partir de un proyecto suyo revisado por Pontones, y de la utilización de una arquitectura más racionalista en los muros perimetrales de la capilla mayor. El Cabildo le volvió a requerir en 1790 para que dibujara una detallada planta de la Catedral Nueva dentro del proyecto para la realización del tabernáculo, finalmente no materializado, con el que se pretendía enriquecer el presbiterio.
En 1755 el consistorio salmantino le encargó que proyectara el arreglo del Puente Mayor y el del Zurguén, quedando ligado a los intentos y reparaciones que en esos puentes se harán más tarde. Igualmente recibió el encargo municipal de finalizar las obras de la Plaza Mayor, que se alargaron hasta 1771 y afectaron a las casas sitas en el ángulo noreste de la plaza. Además estuvo vinculado con las instituciones académicas, para las que hizo trabajos y encargos menores, otros de mayor envergadura (el desaparecido retablo de mármoles de la capilla del Colegio Mayor de Oviedo (1756-1758) y las reformas de las rectorales y estancias anejas del Colegio Mayor Fonseca y del Menor de Huérfanos en 1765), uno de gran interés por el criterio de intervención utilizado (la sala de manuscritos de la biblioteca en las Escuelas Mayores en 1774) y algunas de sus intervenciones más destacadas: el anfiteatro anatómico (1776-1778), el desaparecido teatro físico (1777-1780) y sobre todo la dirección entre 1760 y 1779 de las obras del Colegio Mayor de Anaya, según las trazas de José de Hermosilla, en el que se levantaron según los principios de la arquitectura racionalista sus espacios más notables (fachada principal, patio, escalera claustral). En 1775 ideó, pero no se materializó, un proyecto de ampliación de las Escuelas Mayores.
En la década de 1760 ideó el remate de la torre de la Catedral de El Burgo de Osma, que plasmaron Martín de Beratúa y Manuel Isasbiribil, y trazó dos proyectos no ejecutados para levantar una nueva sacristía. Además intervino en varias iglesias de la diócesis salmantina como Cantalpino (1763-1768), pero sus dos obras más interesantes no se conservan: la cúpula del crucero de la iglesia de San Miguel de Peñaranda de Bracamonte (1760-1768) y el templo de Santiago de Cordovilla (1766-1767), uno de sus primeros ejemplos de clasicismo depurado.
Y será en Ciudad Rodrigo donde Sagarbinaga encontró, apoyado por el prelado ilustrado Cayetano Cuadrillero y Mota, que rigió la diócesis entre 1763 y 1777, las condiciones propicias para alcanzar su madurez y plenitud profesional. En el verano de 1759 reconocía uno de los edificios que acabará siendo clave en su carrera profesional, el Monasterio Premostratense de Nuestra Señora de La Caridad, muy próximo a Ciudad Rodrigo, en el que a lo largo de veinticinco años efectuó una drástica renovación y transformación del conjunto monacal, decantándose por una arquitectura muy depurada y heredera del gusto herreriano. Fruto de las dos fases que planeó y dirigió (la tercera, (1787-1795), aprobada por él, se debe a su discípulo Ventura Moiños Rocha), son el claustro (proyecto que Sagarbinaga eligió para obtener el título de académico de mérito de la Real de Bellas Artes de San Fernando en 1776), la escalera principal, el desiderio y gran parte de la iglesia (capilla mayor, crucero, retablos pétreos y espadaña).
En 1761 ya era maestro mayor de la Catedral de Ciudad Rodrigo, en la que proyectó, dirigió y materializó, en alguna ocasión en colaboración con Ramón Pasqual Díez, los principales trabajos que se efectuaron en ese templo durante tres décadas, destacando la realización de la torre y la fachada de poniente (1764-1772), uno de los mejores ejemplos del ideario edilicio de Sagarbinaga. En esas fechas conoció a Cuadrillero, para quien hizo el seminario y su iglesia (1764-1774), actuando como aparejador Ramón Pasqual Díez, la ampliación del Palacio Episcopal (1768) y trazó el hospicio, materializado entre 1778 y1783 por su hijo Juan Marcelino de Sagarvínaga, que durante años desarrolló una intensa actividad profesional a su lado, llegando a ser su principal colaborador. El Hospital de la Pasión le confió la obra de las casas de la calle de los Colegios y de la portada norte del edificio (1776) y también fue requerido para idear la renovación del Convento de Santa Clara, sobre todo de su iglesia y coro, encargándose de su ejecución Ventura Moiños. Además en el episcopado de Cuadrillero fue maestro mayor de obras del obispado realizando, entre otras, la reforma de la cubierta de la iglesia de Robleda (1769), el templo del Convento de la Casa Baja en El Maíllo (1774-1775), la iglesia de Fuenterroble de Abajo (1774-1777), la reforma de la de Lumbrales (1775) y el palacio de Sepúlveda de Yeltes (1773).
Por último, cabe reseñar que desde la década de 1760 Sagarbinaga fue requerido por el Consejo de Castilla para reconocer, proyectar y dirigir diferentes obras de utilidad pública, destacando la realización, entre 1770 y 1773, de la mitad del puente mayor de Ciudad Rodrigo, los tres arcos pétreos más próximos a la ciudad, teniendo como aparejador al trasmerano Simón del Cotero. Pero será a partir de su nombramiento de académico de mérito cuando, liberado de sus grandes obras y tras convertirse en el arquitecto de confianza de la Academia en Salamanca y zonas limítrofes, su condición de veedor de puentes, caminos y calzadas adquiera una mayor dimensión, quedando su nombre vinculado por informes, proyectos o intervenciones a numerosos puentes de las provincias de Salamanca, Zamora, Valladolid, Ávila, Cáceres y La Rioja.
Obras de ~: Torre y otras obras en la iglesia, Sotillo de la Ribera (Burgos), 1735-1740; Capilla mayor y sacristía de la iglesia, Andaluz (Soria), 1740-1742; Transformación de la cabecera y sacristía de la iglesia, Tajueco (Soria), 1740-1742; Torre de la catedral, El Burgo de Osma (Soria), 1741; Obra en la capilla de Santa Tecla, casa de las trojes y la “mina” de la catedral, Burgos, 1741-1742; Obras en la Real Abadía, San Andrés de Arroyo (Palencia), 1742-1745; Transformación de la colegiata, Castrojeriz (Burgos), 1746-1753; Torre y otras obras de la iglesia, Melgar de Fernamental (Burgos), 1749-1753; Informe sobre el estado de la iglesia abacial, Santo Domingo de Silos (Burgos), 1750; Reforma de la fachada de la iglesia, Padilla de Abajo (Burgos), 1750-1751; Fachada de poniente de la iglesia de Santa Eugenia, Astudillo (Palencia), 1751-1754; Obras e informes en el Colegio Mayor de Santa Cruz, Valladolid, 1754, 1764 y 1769; Antesacristía y sacristía mayor, aguamanil, muros perimetrales y trasaltar, retablo de la capilla de los Dolores, cimborrio y proyectos de restauración de la torre de la catedral, Salamanca, 1754-1767; Retablo del Colegio Mayor de Oviedo, Salamanca, 1756-1758; Dirección de las obras de la Plaza Mayor, Salamanca, 1758- 1771; Transformación del claustro e iglesia del Monasterio de La Caridad, cerca de Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1759-1795; Cúpula del crucero y otras obras en la iglesia, Peñaranda de Bracamonte (Salamanca), 1760-1768; Dirección de la obra del Colegio Mayor de Anaya (fachada principal, patio y escalera claustral), Salamanca, 1760-1778; Torre, fachada de poniente y otras obras en la Catedral, Ciudad Rodrigo, 1761-1792; Obra en la iglesia, Cantalpino (Salamanca), 1763-1768; Rectoral y otras estancias del Colegio Mayor de Fonseca, Salamanca, 1764-1765; Seminario conciliar e iglesia, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1764- 1771; Rectoral y otras estancias del Colegio Menor de Huérfanos, Salamanca, 1765; Obra en la iglesia, Cordovilla (Salamanca), 1766-1777; Mitad oriental del puente mayor, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1770-1773; Reforma del palacio de Sepúlveda, Yeltes (Salamanca), 1773; Sala de manuscritos de la biblioteca de la Universidad, Salamanca, 1774; Iglesia del Convento de la Casa Baja, El Maíllo (Salamanca), 1774-1775; Proyecto para encauzar las aguas del río Oja, Santo Domingo de la Calzada (La Rioja), 1774-1775 y 1781-1792; Iglesia, Fuenterroble de Abajo (Salamanca), 1774-1777; Fachada del Hospital de la Pasión, Ciudad Rodrigo (Salamanca), 1776-1777; Anfiteatro anatómico de la Universidad, Salamanca, 1776-1778; Cuartel militar, Medina del Campo (Valladolid), 1776-1781; Teatro físico de la Universidad, Salamanca, 1777-1780; Puente sobre el río Negro, Ríonegro (Zamora), 1779; Reforma del puente sobre el Esla, Castrogonzalo (Zamora), 1784-1788; Puente sobre el río Árrag, entre Coria y Moraleja (Cáceres), 1785-1788; Puente, Salvatierra de Tormes (Salamanca), 1786.
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Eduardo Azofra Agustín