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Bernardino Pimentel y Enríquez

Biografía

Pimentel y Enríquez, Bernardino. Marqués de Távara (I). ?, s. XV – 18.VII.1559. Militar, político, consejero de Estado y Guerra.

Procedía del linaje de los condes de Benavente y Alba de Liste (nieto por la vía paterna del III conde de Benavente, y por la materna del conde de Alba de Liste). Poco se conoce de los primeros años de su vida, pero la emergencia de la revuelta de las Comunidades de Castilla sacó su nombre a la luz. En 1520 era regidor de Valladolid, y hubo de lidiar con el ambiente de extrema tensión que comenzó a vivirse entre los dos bandos, que no tardó en derivar en abierta confrontación.

Bernardino tenía muy claras sus prioridades, de manera que fue de los primeros en marchar a Medina de Rioseco con el gobernador de Castilla nombrado por Carlos V, Adriano de Utrecht. Y se implicó de forma muy activa en aplastar la sedición. Estuvo en la toma de Tordesillas y en la batalla de Villalar. Además, fue designado, junto con el licenciado Polanco, para examinar los capítulos presentados por la junta en marzo de 1521. Mereció la confianza del condestable de Castilla, nuevo gobernador del Reino junto con el almirante, y combatió en el norte contra los franceses, que amenazaban Fuenterrabía. El agradecimiento imperial por su fidelidad en tan críticos momentos fue notorio. Durante la celebración de las Cortes de Castilla de 1523, Carlos V se alojó en su palacio de Valladolid, el mismo recinto donde nació el heredero de la Corona, Felipe, en mayo de 1527. En la década de 1530, Bernardino abandonó de forma aparente el servicio regio de primera línea, dedicado a afianzar su linaje y a intervenir en pleitos familiares: fue tutor del joven VI conde de Benavente (tras la muerte de su padre en 1530). Y también trabajó por acceder a la cúspide que suponía la nobleza titulada. En 1538 solicitó al Monarca la compra de Villafáfila, lugar de la Orden de Santiago con seiscientos vecinos. Fue muy discutida la transacción, que se dilató en el tiempo. Finalmente, las necesidades crematísticas de Carlos V inclinaron la balanza a su favor, y la operación fue cerrada en junio de 1540 por un importe total de 30.000 ducados, que fueron adelantados por su sobrino, el opulento conde de Benavente. Parece que Bernardino no fue diligente en la devolución del dinero, y hacia 1541 el conde, no poco enfadado, pretendió quedarse con el lugar. Finalmente, el Emperador decidió a favor de su antiguo y fiel servidor, al que poco antes, en la primavera de 1540, había distinguido con el marquesado de Távara. El título había sido solicitado por Bernardino con el decisivo apoyo de Francisco de los Cobos, hombre de confianza del Monarca, que controlaba gran parte de los resortes del Gobierno de Castilla. La proximidad al poderoso secretario no tardó en traer otros beneficios al recién estrenado marqués. Así, el 24 de abril de 1546 fue nombrado mayordomo mayor del servicio de las infantas, en lugar del fallecido conde de Cifuentes.

En 1548, con el cambio de escenario que supuso el matrimonio de la infanta María con Maximiliano de Austria, designados por el Rey para un nuevo período de regencia en los estados ibéricos debido a la marcha de Felipe, Bernardino consolidó su posición. Conservó el oficio de mayordomo mayor en el servicio de doña María, hecho que le abrió la entrada a los Consejos de Estado y Guerra de la regencia. Claro que, al menos desde 1550, su edad y achaques le llevaron a solicitar repetidas veces su retiro, petición que no fue atendida hasta mayo de 1551, cuando doña María y su marido se dispusieron a abandonar la Península ante el regreso de Felipe. Como su mayordomo mayor, acompañó a la infanta hasta Barcelona, donde se había de embarcar hacia el Imperio. Retirado en su casa, el I marqués de Távara y señor de Villafáfila murió en julio de 1559.

 

Bibl.: F. Barrios, El Consejo de Estado de la Monarquía Española, 1521-1812, Madrid, Consejo de Estado, 1984; S. Fernández Conti, “Pimentel y Enríquez, Bernardino”, en J. Martínez Millán (dir.), La Corte de Carlos V. III, Los Consejos y los consejeros de Carlos V, Madrid, Sociedad Estatal para la Conmemoración de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, 2000, págs. 339-340.

 

Santiago Fernández Conti

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