Fernández Montano, Juan. España, p. t. s. xvi – Perú, ú. t. s. xvi. Metalúrgico.
Especialista en minería que trabajó en las minas del virreinato del Perú a finales del siglo xvi y que dejó manuscrito un opúsculo de apenas dos hojas sobre una nueva forma, que él inventó, para mejorar el rendimiento de la industria extractiva argentífera por medio del mercurio. Observó que en las guairas, o pequeños hornillos de barro en que los indios peruanos fundían los metales, especialmente los de plata.
Es un informe datado en el año 1588 donde describe de forma sencilla cómo es el proceso que ideó. En realidad, es otro testimonio de los muchos existentes, realizado por personas que estaban a pie de mina y en los aledaños de los centros de extracción. La finalidad última del mismo, por otra parte, es similar a otros informes y trata de aumentar la productividad en las minas y su rendimiento. Este tipo de manifestaciones se dirigían directamente a las autoridades superiores, las cuales, a su vez, remitían a España, dado el interés real que había por la llegada de plata y oro del Nuevo Mundo.
Para que el autor pudiera escribir dicho informe es preciso que tuviera una mínima experiencia en las tareas cotidianas mineras del momento y en una zona específica, como es la del Perú, además de trabajar al lado de los indígenas de forma habitual, tal y como muestra en su texto, mediante el uso de término muy específicos como el de “guayra”, “piedra lipis” o el uso de “copapiri”, una palabra totalmente indígena referida a la “piedra lipis” o vitriolo azul.
Juan Fernández Montano observó que para beneficiar mejor los metales había que someterlos a ciertas operaciones previas a su paso por el horno. En la “harina del metal”, según su método, era preferible añadir salmuera en vez de sal. La salmuera, o agua que contenía mucha sal, era añadida al vitriolo azul primeramente. Una vez conseguida la pasta, Fernández Montano definía exactamente la cantidad a mezclar con el metal, en una proporción de veintidós quintales de vitriolo azul por cada cincuenta quintales de metal “en harina”. Todo ello era mezclado en un cajón.
La novedad del método de Fernández Montano radica en que utiliza los sobrantes de los minerales quemados en los hornos y que eran desechados por los que allí trabajaban. Es decir: usaba las lascas. Además, como complemento a su propuesta, diferencia otra variante metodológica, dependiendo si estas lascas estaban “lavadas” o no; si estaban sometidas a un proceso de limpieza en los arroyos y corrientes de agua artificiales que se fabricaban alrededor de las minas.
Una vez sometida la mezcla que él señaló al calor del fuego durante una noche, había que añadir mercurio a los cajones así preparados. Aún caliente dicha mezcla, se metía dentro de los hornos, donde se liberaría la plata con el mercurio. El efecto final era que no se perdía tanto azogue ni tanta plata en los restos de las cocciones previas del mineral, debido tanto a un segundo uso de los restos, como al propio método en sí.
Obras de ~: La orden que se ha de tener en el beneficio de metales de cuenta que hago yo Juan Fernández Montano, Biblioteca Nacional, ms. 3.040, fols. 411-411v.
Bibl.: U. Paoli, “L’Etá aurea della metallurgia hispano-coloniale”, en Archivo di Storia della Scienza, 20 (1927), pág. 54.
Miguel López Pérez
