Torres Tejeda, Alonso de. Alonso Tejeda. Zamora, 1540 – 7.II.1628. Maestro de Capilla.
Parece que la fecha de nacimiento del maestro zamorano tuvo lugar en 1540, según se deduce de la partida de defunción hallada por Luis Iglesias en la parroquia de San Isidoro en Zamora: “En 7 de febrero dicho año 1628 murió el racionero Alonso de Texeda, maestro de capilla, de hedad de más de 88 años”. Por otra parte, su más importante biógrafo, Dionisio Preciado proporciona datos muy importantes sobre su ascendencia y su limpieza de sangre. En el expediente figura que era hijo de Benito de Torres y de Atilana de Tejeda, vecinos de Zamora. La razón por la que Tejeda prescinde del apellido paterno es por “el deseo de proclamar su nobleza”, al ser nieto de Miguel de Tejeda, secretario del Consejo Real del emperador Carlos I.
Parece que debió de formarse en la década de los sesenta en la Catedral de Zamora, donde fue clérigo. De este modo, se le designa en su primer nombramiento como maestro de capilla en la Catedral de Calahorra el 29 de abril de 1572: “proveyeron la dicha media ración vacante en Alonso de Tejeda, clerigo de la diocesis de Zamora”. Siendo maestro de capilla en esta catedral, pretendió al menos en dos ocasiones el magisterio en otras dos catedrales: Burgos, en 1572, y Oviedo, en 1580.
Pero el siguiente magisterio lo ejerció en la Catedral de Ciudad Rodrigo, desde los primeros meses de 1581, con motivo de la marcha de Francisco de Velasco a la Catedral de Cuenca. Poco se puede saber de su magisterio en la citada catedral, salvo que en 1583 debió de relacionarse por un corto período de tiempo con Juan Esquivel de Barahona —quien había llegado desde Oviedo a Ciudad Rodrigo para recibir las órdenes sagradas— y que actuó como examinador en 1584 en las oposiciones al magisterio de capilla de la Catedral de Plasencia.
En febrero de 1591 es nombrado maestro de capilla en la Catedral de León, después de realizar una oposición a la que concurrieron —además de él— Juan García Garay, Marcos Esteban y Miguel Navarro. En esta catedral atendió las obligaciones que figuran en los Capítulos y ordenaciones que ha de guardar el maestro de capilla, entre ellas, impartir lecciones de música tanto a los seises como a los jóvenes canónigos que quisieran formarse en el arte musical, hacerse cargo de los mozos de coro y realizar los ensayos correspondientes con la capilla musical. Durante este magisterio y después de que el maestro zamorano diera el visto bueno, se recibieron en la Catedral leonesa varios libros de polifonía de Victoria y de Guerrero.
Después de permanecer en León por espacio de dos años, se trasladó a la Catedral de Salamanca, cuya plaza de maestro de capilla se hallaba vacante por la muerte de Roque de Salamanca, acaecida en enero de 1593. Convocada la oposición y realizada en abril de este mismo año, parece que ninguno de los candidatos satisfizo al cabildo salmantino, por lo que se acordó la suspensión de la provisión de la prebenda hasta nuevo acuerdo. Así pues, después de diversos contactos con otros maestros de capilla (Sebastián de Vivanco y Tomás Luis de Victoria), el cabildo debió de acordar el nombramiento de Tejeda para la plaza sin oposición. En noviembre de ese mismo año el músico zamorano tomó posesión de la misma. En esta catedral ejerció su cargo junto al organista Bernardo Clavijo del Castillo, quien además se encontraba al frente de la Cátedra de Música de la Universidad salmantina. En uno de los períodos de gracia otorgados al maestro por el cabildo en marzo de 1601, Tejeda opositó al magisterio en la Capilla Real de Granada. Habiendo obtenido la plaza, y sin llegar a hacerse cargo de la misma, regresó a Salamanca para seguir desempeñando su tarea unos meses más.
Tampoco parece que hubiera oposición para la siguiente plaza de maestro de capilla que obtuvo Tejeda en la Catedral de Zamora. Ante el ofrecimiento del propio Tejeda, el cabildo lo aceptó como nuevo maestro de capilla y tomó posesión el 3 de diciembre de 1601. En la catedral zamorana permaneció poco tiempo, hasta mayo de 1604, fecha en que Tejeda se trasladó a la Catedral primada de Toledo para opositar a la plaza de maestro, vacante por la marcha de Alonso Lobo. A esta oposición concurrieron además Francisco de Bustamante, Diego de Bruceña, Juan Siscar y Lucas Tercero. Ganó la plaza finalmente el maestro zamorano, quien se hizo cargo de ésta en mayo del año siguiente, después de un largo proceso en el que se habría de comprobar su limpieza de sangre. Durante su magisterio se recibieron en la Catedral toledana varios libros de música de los más importantes maestros del momento: Sebastián de Vivanco, Sebastián Aguilera de Heredia y Diego de Bruceña. Parece que estuvo al frente de la capilla musical toledana hasta mayo de 1617, momento en el que presentó por escrito su dimisión por causa de un altercado con tres miembros de la capilla. En la mente de Tejeda estaba además el deseo de retirarse a Madrid al Convento de los Agustinos ermitaños de San Felipe el Real. En este convento permaneció menos de un año, sin que llegara a profesar. Se trata de un paréntesis en la vida del maestro, un espacio de tiempo lo suficientemente necesario para volver a ejercer de nuevo un magisterio de capilla a una edad más que madura.
En efecto, ante el ofrecimiento de Tejeda desde Madrid para hacerse cargo del magisterio en la Catedral de Burgos, el cabildo burgalés aceptó el mismo y recibió al zamorano como nuevo maestro de capilla en abril de 1618. Su estancia en la catedral burgalesa estuvo marcada por varios conflictos en el seno de la capilla musical, pero acaso el más importante sea aquel que provocaron algunos cantores —para disgusto de Tejeda— cuando a propósito erraban en sus cantos o, simplemente, dejaban de cantar, con el fin de que las obras de éste no lucieran. El maestro amenazó con marcharse de la ciudad, aunque finalmente quedó conforme cuando el cabildo le permitió reducir a ciertos cantores parte de las ganancias que obtenían fuera del templo. Por esta época se recibieron en la Catedral de Burgos dos libros: el primero, de Sebastián Aguilera de Heredia y el segundo de Diego de Bruceña.
La última catedral en la que Tejeda ejercería su magisterio fue la de Zamora, después de haberse despedido de la de Burgos por ser “llamado de la santa iglesia de Zamora para maestro de capilla y por ser natural de aquella tierra y tener en ella sobrina a quien desde esta ciudad socorría por ser pobre”. Esta despedida tuvo lugar el 20 de febrero de 1623. En la Catedral zamorana pasó sus últimos años de vida. Efectivamente, Tejeda falleció cinco años más tarde: “En 7 de febrero, 1628, murio el maestro de capilla Alonso Tejeda, racionero de esta iglesia”.
Preciado valora tanto las cualidades humanas como las artísticas del compositor zamorano. Entre las primeras destaca su “afectividad y sensibilidad”. Desde el punto de vista musical, para Preciado, Tejeda “es un polifonista de gran talla, digno continuador de la tradición polifónica española”.
Obras de ~: Liber primus sacrarum cantionum quattuor vocum vulgo moteta vocant Alfonsus Texeda, manuscrito, s. xvii; Liber secundus sacrarum cantionum quinque vocum vulgo moteta vocant Alfonsus de Texeda, manuscrito, s. xvii; Liber tertius sacrarum cantionum / sex vocum et octo vulgo moteta vocant Alfonsus de Texeda, manuscrito, s. xvii.
Fuentes y bibl.: A. Sánchez Cabañas, Historia Civitatense que contiene la dedicación y planta de la Yglesia Catedral de la Ciudad de Ciudad Rodrigo, Biblioteca Nacional de España, (ms.) sign. 7112.
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Francisco J. Rodilla León
