Collado, Pablo. España, p. t. s. xvi – 1567 post. Gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela.
Recibió la Real Cédula de 13 de febrero de 1558 del rey Felipe II, por la que le nombraba gobernador y capitán general de la provincia de Venezuela, y tomó posesión del cargo en la ciudad de Coro, por entonces la capital de las tierras venezolanas descubiertas, el 2 de agosto de 1559. Uno de sus primeros actos fue encargar a Diego García de Paredes la conquista de los cuicas y a Francisco Fajardo la conquista de los caracas. A este último lo nombra teniente general, le envía con un exiguo ejército de treinta soldados españoles y treinta indios de ayuda, y poco después le retira el mando, aunque Fajardo funda, en 1560, la que llama Villa de Collado (hoy, Carabellada). Dícese que le retiró el mando por causa de haber recibido unas muestras de oro de las minas del territorio de los teques y, tentado seguramente por la codicia, revocó el nombramiento de Fajardo para sustituirlo por un vecino del Tocuyo, Pedro Miranda. Después de nombrar para la conquista de los caracas a Pedro de Mendoza, le retiró también el mando y se lo otorgó a Juan Rodríguez Suárez, que pasó a los anales americanos, con el majestuoso epíteto de El Invencible Caballero de la Capa Roja, poblador de Nueva Pamplona con Ursúa y fundador de Mérida, quien, “por la envidia de sus émulos, fue a caer a un calabozo de la cárcel de Santa Fe, del que logró escapar, refugiándose en la casa del obispo fray Juan de los Barrios, hasta donde fue a perseguirlo el odio del oidor Pérez de Arteaga, quien atropellando la dignidad del lugar, por la fuerza lo sacó de allí. Vuelto a la cárcel y condenado a degüello por la Audiencia, con la ayuda de unos amigos logró una segunda evasión” (Sucre, 1928). El Caballero de la Capa Roja murió en combate contra miles de indios teques, mandados por el cacique Guaicaipuro.
En julio de 1561 arriba Lope de Aguirre, el Tirano, con sus marañones a la isla Margarita. La noticia llega pronto a la Tierra Firme (la costa venezolana) por dos marañones desertores: Pedro de Monguía, que informa a fray Francisco Montesinos, y así llega la noticia a Borburata; otro desertor, Pedro Alonso de Galeas, lleva personalmente la noticia a las autoridades de Barquisimeto. El Tirano Aguirre desembarca en Borburata el 7 de septiembre de 1561. Al gobernador Collado le entra un pánico insuperable y, reaccionando al fin, nombra a Gutierre de la Peña Langayo capitán general de sus tropas, siendo éste el estratega que elabora la resistencia y el contraataque contra las huestes de Aguirre, con Diego García de Paredes como maestre de campo. Aun cuando oficialmente Collado se reserva el mando superior, queda siempre en la retaguardia, confiado en el buen hacer de sus generales.
Culminada la campaña contra Aguirre, Pablo Collado, que, aterrorizado, quedó en la retaguardia como se ha dicho, se ufana del triunfo y comparte las manifestaciones de júbilo, pero “se envaneció tanto que con su soberbia y despotismo se enajenó las simpatías de los vecinos” (Enciclopedia Espasa, 1912); “se envaneció con el triunfo, se irritó con las burlas que provocaba su cobardía y persiguió y maltrató a cuantos hicieron mofa de su miedo” (Sucre, 1928), y “es objeto de críticas y burlas por su cobarde actitud” (Diccionario de Historia de Venezuela, 1988).
La Real Audiencia de Santo Domingo, al llegar a su conocimiento la actitud poco ética de Collado durante toda la crisis y su final, envía al licenciado Alonso Bernáldez como juez de residencia. El 1 de diciembre de 1561 se inicia el juicio, del que resulta la condena a muerte de Collado, quien es enviado preso a España, desempeñando Gutierre de la Peña el oficio de carcelero durante la travesía. En junio de 1563, el Consejo de Indias, vistas las actuaciones, le conmuta la pena de muerte por tres años de prisión.
Transcurridos éstos, y una vez libre, Collado obtiene en 1567 una pensión de 500 ducados “por cada año que le quede de vida”, como recompensa por la captura y muerte del Tirano Lope de Aguirre. A partir de este año se pierde la pista de Collado y cabe suponer que murió poco después.
Bibl.: A. de Alcedo, Diccionario Geográfico-Histórico de las Indias Occidentales o América [...], vol. I, Madrid, Imprenta de Benito Caro, 1786, pág. 362; J. de Oviedo y Baños, Historia de la Conquista y Población de la provincia de Venezuela [...] ilustrada con citas y documentos por el capitán de navío Cesáreo Fernández Duro[...], vol. I, Madrid, Luis Navarro, 1885, págs. 245-246, 253, 259-260, 329, 350, 355-356; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, vol. XIV, Barcelona, Hijos de J. Espasa, 1912, pág. 458; A. Sucre, Gobernadores y Capitanes Generales de Venezuela, Caracas, Litografía y Tipografía del Comercio, 1928, págs. 55-57; F. Montenegro y Colón, Historia de Venezuela, vol. I, Caracas, Venezuela, Academia Nacional de la Historia, 1960, págs. 135-137; M. Briceño Perozo, Documentos para la historia de la Fundación de Caracas existentes en el Archivo General de la Nación, Caracas, Archivo General de la Nación, 1969, págs. 15, 82, 99, 105, 232, 234, 376, 581, 583, 617; J. Llavador Mira, La Gobernación de Venezuela en el siglo xvii, Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1969, págs. 90, 103; G. Morón, Historia de Venezuela, vol. III, Caracas, Italgráfica, Impresores Editores, SRL, 1971, págs. 75-82, 280, 289, 315- 316; y vol. IV, págs. 158, 167, 169; VV. AA., Diccionario de Historia de Venezuela, vol. I, Caracas, Fundación Polar, 1988, págs. 726-727; L. Vaccari San Miguel, Sobre Gobernadores y Residencias en la Provincia de Venezuela (siglos xvi, xvii, xviii), Caracas, Academia Nacional de la Historia, 1992, págs. 59-60, 194; VV. AA., Gran Enciclopedia de Venezuela, vol. III, Caracas, Editorial Globe, 1998, págs. 102, 105, 126-127.
Fernando Rodríguez de la Torre