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Constantino Ponce de la Fuente

Biografía

Ponce de la Fuente, Constantino. San Clemente (Cuenca), c. 1502 – Sevilla, ¿9.II.1560? Canónigo, predicador real y teólogo (condenado por herejía).

No abundan las noticias biográficas del doctor Ponce de la Fuente. Sus orígenes seguramente conversos propiciaron una discreción personal, velada en algunas ocasiones por la ironía, que hace difícil reconstruir su historia personal. No se sabe a ciencia cierta la fecha de su nacimiento ni sus ascendientes familiares.

Poco se conoce también de sus años estudiantiles, excepto que cursó estudios en la Universidad de Alcalá, recién fundada por el cardenal Cisneros y abierta a una renovación intelectual y espiritual, demostrada tanto por la publicación de la Biblia Políglota (1518) como por la creación de la Cátedra de Nominalismo.

De esta etapa de la vida del doctor Constantino surgió la imagen legendaria de estudiante disoluto a causa de una alusión de su primer biógrafo, el protestante Reginaldo González de Montes. Parece evidente, en cambio, la profunda influencia que la renovación bíblica complutense y el ambiente erasmista ejercieron en los Catecismos y Sermones que más tarde escribió.

Aprendió Griego, Latín y Hebreo y, en consecuencia, como buen humanista, solía acudir en su predicación y en su catequesis a la lengua original de los textos bíblicos.

Sobre las razones de su marcha de Alcalá se ha conjeturado que pudieran deberse a las medidas antierasmistas o al establecimiento del estatuto de limpieza de sangre en el curso 1532-1533. En todo caso, se trasladó a Sevilla sin haber obtenido ningún grado universitario.

Su etapa hispalense es mejor conocida. Entra pronto en contacto con el Cabildo catedralicio, al que pertenecían dos de sus compañeros complutenses: Juan de Egidio y Francisco de Vargas. Para completar su licenciatura asistió al Colegio de Santa María de Jesús.

Obtenidos los grados pertinentes, fue nombrado predicador de la Catedral en junio de 1533. En 1535 fue ordenado de presbítero. La fama de sus predicaciones se extendió rápidamente por la ciudad y por otras diócesis. Es invitado por el cardenal de Portugal y predicó en tierras lusas en varias ocasiones. Llegó incluso a rechazar ofertas del Cabildo de Toledo y de Cuenca para instalarse en estas ciudades.

Junto a su amigo Egidio emprendió una renovación espiritual de tintes humanistas y raíz cristocéntrica que pronto encontrará la oposición de los predicadores tradicionales, atentos a prácticas exteriores. Desde finales de la década de 1530, el doctor Constantino se retiró a escribir tratados y catecismos destinados a un público general que alcanzaron varias ediciones. En 1543, apareció su Suma de doctrina christiana, en forma dialogada, a la que se añadió su comentario al Sermón en el monte a partir de la cuarta edición publicada en Sevilla en 1547. Su doctrina catequética, de filiación filoprotestante, se amplió y culminó en su Catecismo cristiano (1547) y en Doctrina christiana (1548), en los que se da la primacía a las Escrituras y se matiza el contenido sacramental de la Eucaristía y la Penitencia. En todo caso, ejercieron una profunda impresión y animaron a la publicación de nuevos catecismos, algunos tan importantes como el del dominico Domingo de Soto.

Ponce de la Fuente también escribió una Exposición del primer Psalmo (1546). Pero sus cualidades como escritor sobresalieron en la Confesión de un pecador (1547), que fue publicada en primer lugar de forma anónima y que constituye su obra más depurada, cuyo estilo ha sido valorado unánimemente como una cima literaria por todos sus críticos, desde Montes a Menéndez Pelayo. En la edición de 1556 de Amberes acompaña al Catecismo Christiano.

En 1548 aceptó el nombramiento de predicador real que le ofreció Carlos V. En el séquito del príncipe Felipe viajó a Italia, Flandes, Alemania y llegó hasta Inglaterra. Con el Emperador viajó primero a Augsburgo y parece que llegó a asistir a su abdicación en Bruselas. De regreso a Sevilla en 1555 se encontró con una situación política y eclesiástica radicalmente cambiada desde que Fernando de Valdés había sido promovido a arzobispo de Sevilla y nombrado inquisidor general. Ya en 1552 había concluido el proceso contra el doctor Egidio, que se había retractado públicamente de sus opiniones heréticas en un auto de fe. El inquisidor contaba a la vuelta del doctor Constantino, con un informe sobre sus enseñanzas. Sin embargo, éste retomó sus predicaciones y se presentó al puesto de canónigo magistral.

Estalló entonces el conflicto, pues el Cabildo se decantó por Ponce en detrimento del candidato del provisor arzobispal que actuaba en nombre de Valdés.

Pese a los forcejeos y amenazas, que condujeron a Ponce por primera vez a la cárcel, el Cabildo logró nombrarlo en mayo de 1556. Empezó a desempeñar su nuevo cargo, pero en 1558 la Inquisición volvió a investigar sus libros y su doctrina oral. Fue llamado al castillo de Triana para ser interrogado y quedó detenido bajo la acusación de herejía el 16 de agosto de 1558, y fueron confiscados sus bienes y su biblioteca.

Todos sus libros fueron incluidos en el Índice promulgado en 1559.

Aunque al final los jesuitas no llegaron a admitirlo, está fuera de duda que Ponce se acercó a ellos para librarse de ser encarcelado. Sin embargo, resultan arbitrarios los rumores sobre su posible suicidio. Probablemente su muerte se produjo por una enfermedad agravada por las penalidades sufridas en la cárcel. Se ha señalado como fecha posible el 9 de febrero de 1560; en cualquier caso, se produjo antes de quedar concluido el proceso. El 22 de diciembre de ese mismo año se dictó sentencia contra los luteranos de Sevilla en un auto de fe en que el doctor Constantino fue quemado en efigie.

 

Obras de ~: Suma de doctrina christina, Sevilla, 1543 (ed. de L. Usoz, Madrid, 1869, Col. Reformistas antiguos españoles, vol. XIX); Exposición del primer Psalmo, Sevilla, 1546 (ed. de E. Boehmer, Bonn, Imprenta de Carlos Georgi, 1881; Beatus vir: carne de hoguera, ed. de E. Navarro de Keally, Madrid, Editora Nacional, 1977); Catecismo christiano, Sevilla, 1547 (ed. de L. Usoz, op. cit.); Confissión de un pecador, Sevilla, 1547 [aparecida como anónima], Évora, 1554 (ed. de M.ª P. Aspe Ansa, Salamanca- Madrid, Universidad Pontificia-Fundación Universitaria Española [FUE], 1988); Doctrina Christiana, Sevilla, 1548.

 

Bibl.: R. González de Montes, Artes de la Inquisición Española, Heidelberg, 1567 (trad. del latín por S. Usoz y ed. de L. Usoz, Madrid, 1851, col. Reformistas antiguos españoles, V, págs. 303-330); B. Arbousset, “Le docteur Constantine, un precurseur de la réforme en Espagne”, en La liberté chrétienne, 1-2 (1907), págs. 38-43; W. B. Jones, Constantino Ponce la Fuente: The Problem of the Protestant Influence in Sixteenth Century Spain, tesis doctoral, Tennessee, Vanderbilt University, 1965, 2 vols. (inéd.); M. Bataillon, Erasmo y España. Estudios sobre la historia espiritual del siglo xvi, México, Fondo de Cultura Económica, 1966, págs. 522-524 y 533- 548; J. R. Guerrero, Catecismos españoles del siglo xvi. La obra catequética del Doctor Constantino Ponce de la Fuente, Madrid, Instituto Superior de Pastoral, 1969; M.ª P. Aspe Ansa, Constantino Ponce de la Fuente. El hombre y su lenguaje, Madrid, FUE, 1975; E. Navarro de Kelley (ed.), Beatus vir: carne de hoguera, Madrid, Editora Nacional, 1978; K. Wagner, El doctor Constantino Ponce de la Fuente: el hombre y su biblioteca, Sevilla, Diputación Provincial, 1979; M. Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, vol. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1992, págs. 82-104; J. C. Nieto, “Constantino Ponce de la Fuente: Genio y figura”, “Doctor Sutil: la obra constantiniana” y “Constantino: ¿Erasmiano o luterano?”, en El Renacimiento y la otra España, Gèneve, Librarie Droz, 1997, caps. XI, XII, XVI, págs. 217- 269 y 349-362.

 

Armando Pego Puigbó