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Pedro de Acuña

Biografía

Acuña, Pedro de. España, s. xvi – Manila (Filipinas), 24.VI.1606. Caballero de la Orden de San Juan, gobernador de Filipinas.

Hijo de doña Isabel de Acuña a quien, ya muerto don Pedro, se le hizo merced de una renta de mil escudos anuales por los méritos y servicios de su hijo (1613) y hermano de don Sancho Bravo de Acuña, adelantado de Terrenate.

Caballero de la Orden de San Juan y comendador de Salamanca, fue nombrado gobernador de Cartagena en el Nuevo Reino de Granada (26 de octubre de 1592), destino del que tomó posesión a finales del año siguiente y en el que sus primeras ocupaciones fueron las de mejorar las defensas de la caleta, en la que hizo construir una cortina de cantera. Sirvió durante siete años y en su residencia fue condenado en 5.604 ducados, los que le serían perdonados después de su muerte (7 de abril de 1607). Sobre consulta del Consejo de Indias (20 de noviembre de 1599), fue promovido a gobernador y capitán general de Filipinas y presidente de la Real Audiencia de Manila en lugar de don Fernando de Añasco, que se había excusado de pasar a aquel destino para suceder a don Francisco Tello de Guzmán, despachándosele su título antes de que acabara aquel año (24 de diciembre de 1599) y tomó posesión de estos empleos en junio de 1602.

Antes de que se contara un año de su llegada a Manila se produjo el alzamiento de los sangleyes de aquella ciudad (1603), con ocasión de lo cual logró reorganizar su estancia en ella y el trato y comercio con China y en ese mismo año se produjo un gran incendio en la ciudad de Manila, recibió también embajadores del Japón y realizó una visita a Bisayas.

Desde los primeros días de su gobierno tuvo diversos desencuentros con el oidor decano don Antonio de Ribera Maldonado, pero ellos pasaron a segundo plano cuando los holandeses atacaron y destruyeron la fortaleza de Tidore (1605), pues ante esta amenaza dispuso el gobernador que se construyera una galera de veintiséis bancos y se dirigió al astillero de Pantao en la provincia de Camarines para dar prisa a la fábrica de un navío y con una armada compuesta de pequeñas naos organizó una expedición a Terrenate.

Contando con el auxilio del rey de Tidore, logró recuperar aquellas fuerzas e hizo conducir a la ciudad de Manila al rey de Terrenate y su heredero (3 de junio de 1606), con quien había acordado unas capitulaciones para que se sujetasen a la jurisdicción de la Corona (10 de abril de 1606). Al poco tiempo de haber regresado de aquella jornada murió de una rápida enfermedad y algunos de los médicos que le examinaron fueron de parecer que había sido envenenado, y tras su muerte quedaron a cargo del oidor Téllez de Almazán las cosas de la guerra y el gobierno en manos de la audiencia.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Indias, Filipinas, 7, r. 1, n. 15, 18, 29; Filipinas, 19, r. 6, n. 97; Filipinas, 19, r. 7, n. 107; Filipinas, 36, n. 78; Indiferente General, 449, l. A3, fols. 4v.-6v.; Indiferente General, 746, n. 63; Indiferente General, 1.528, n. 20; Indiferente General, 1.957, l. 5, fols. 183r.; Méjico, 26, n. 36, 41, 75; Patronato, 47, r. 6, 7, 12, 18, 20; Patronato, 293, n. 21, r. 14 y 17; Santa Fe, 37, r. 7, n. 117, 118; Santa Fe, 38, r. 1, n. 28.

E. Schäfer, El Consejo Real y Supremo de las Indias. Su historia, organización y labor administrativa hasta la terminación de la Casa de Austria, II, Sevilla, Universidad de Sevilla, 1947, págs. 526, 534.

 

Javier Barrientos Grandon